En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, se inauguraba el Hospital Hospicio de Alango.
La prensa bilbaína, al acercarse los carnavales, nos dejaba algunos datos de las costumbres bilbaínas de dicha celebración: “...En el circo del Ensanche, se preparan tres grandes bailes por tarde y noche para los días de Carnaval, y otros dos en Piñata. Por la tarde el precio de los palcos será 5 pesetas; 1,50 los caballeros y 50 céntimos las señoras. Por la noche 5 pesetas; 3 los caballeros, y gratis las señoras...” (El Nervión del 10 de febrero de 1897).
Por otro lado, el mismo diario, informaba de una feria que se había celebrado en el barrio de Las Arenas: “...En Las Arenas se ha celebrado hoy una feria de ganados que se vio muy concurrida. Acudieron muchos tablajeros de Bilbao y las transacciones que se hicieron fueron numerosas...” (El Nervión del 11 de febrero de 1897).
En el pleno municipal de Getxo del 18 de febrero de 1897, entre otros asuntos se trataba sobre los asuntos del Hospital Hospicio de Algorta: “...Acordó el Ayuntamiento autorizar en forma competente al Sr. Alcalde para que en nombre y representación de esta Corporación, dirija una atenta exposición al Ilmo. Sr. Obispo de la Diócesis, suplicándole se digne dar sus órdenes, con el fin de que, mientras el Ayuntamiento carezca de fondos para poner un capellán, se celebre una misa todos los días festivos en la capilla del Hospital Hospicio Municipal del Sagrado Corazón de Jesús...” De la cuenta de gastos de dicho centro se desprendían algunas de las las actuaciones que aquel Hospital había requerido para su inauguración, se habían abonado: “...Al peón caminero D. Ignacio Bilbao 30,55 pesetas por el importe de once docenas de cohetes. A la tesorera de las Hijas de María 12 pesetas por las velas para la inauguración del edificio. A D. Pedro Ganchegui 4,5 pesetas por las invitaciones para la bendición e inauguración del Hospital-Hospicio. Al librero Emperaile 12 pesetas por varios útiles para el escritorio del edificio. A los Hijos de Johon y Compañía de Bilbao 400 pesetas por los útiles de loza para la cocina...”
Por otro lado, se acordaba también: “...Que con el fin de sujetar los árboles, de los lugares públicos, del barrio de Las Arenas se compren 200 estacas de castaño...”
Por aquellos días era frecuente ver en la prensa bibaína citaciones, de diferentes Ayuntamientos, a los mozos en edad militar, y el de Getxo no iba a ser menos que los de otras poblaciones: “...El Ayuntamiento de Guecho cita a los mozos Asensio Mota Encera, Juan Cruz Aguirremota Videa y Angel Lorente Erazu...” (El Nervión del 20 de febrero de 1897).
Con los carnavales encima y con uno de mis diarios de cabecera sin publicaciones, las noticias sobre Getxo escaseaban. No obstante el otro diario bilbaíno hablaba sobre como los jóvenes bilbaínos iban disfrutar de los mismos: “...Algunos jóvenes de buen humor se proponen recorrer en los próximos Carnavales, las calles de la población en un amplio carro, representando a nuestros ediles en una sesión borrascosa. El espectáculo será curiosísimo, pero no nuevo. También sabemos de otros conocidos jóvenes, que saldrán vestidos de Gedeón, Juan Palomo, Juan Lanas, etc., etc...” Mientras un buque llegado a puerto y amarrado en Portugalete era puesto en cuarentena: “...Procedente de Londres ha fondeado en las boyas de Portugalete el vapor ingles «Emerald». El director de Sanidad ha dispuesto que dicho buque quede anclado en observación cuarentenaria. La causa de esta orden obedece a que el «Emerald» trae a bordo dos mil y pico pacas de yute, cargadas en Londres, que proceden de los puertos de Calcuta y Chittagong, pues dicha mercancía fue embarcada en diciembre último. Se ha dado cuenta la superioridad para que adopte las medidas convenientes...” (El Nervión del 25 de febrero de 1897).
En el plano municipal de Getxo del 25 de febrero de 1897 una vecina de Las Arenas solicitaba ayuda por la perdida de su hijo en la Isla de Cuba: “...Se da cuenta de la instancia de Dña. Paula Mateo, vecina esta del barrio de Las Arenas, solicitando se le haga algún socorro de los fondos municipales por haber fallecido, en el Ejercito de la Isla de Cuba su hijo D. Jacinto Sagredo del remplazo de 1893 por el cupo de este Pueblo. El Ayuntamiento acordaba comunicar a dicha señora que: Esta Corporación no tiene señalada cantidad alguna para tales socorros...”
Seguía el pleno municipal de Getxo con otros asuntos, y uno de ellos era la rotulación de las calles de Algorta. Precisamente ese año de 1897 se elaboraba por segunda vez, la primera fue en 1887, un callejero de todo el Municipio, que se elaboro en el mes de septiembre de aquel año, la cual abarcaba a los barrios de: Santa María de Getxo, Algorta (que llegaba hasta Atxekolandeta), Baserri (Era así llamada la zona que va desde Jauregui Argalena por Zubilleta, Boluzarreta, Kukullaga a Santa Coloma), Las Arenas y la Vega de Santa Eufemia (de la que se indicaba que estaba formada por edificios diseminados). Fue elaborado durante el mandato del Alcalde D. Juan José Bilbao. (El callejero de Getxo de 1897 esta recogido en el expediente del Archivo Municipal: Código 2147, Signatura 2510-15) En el pleno se decía respecto de la rotulación de calles y edificios de Algorta: “...Se acuerda pagar a D. Paulino Elejade de Bilbao, la cantidad de 350 pesetas, por el valor de 38 placas para la rotulación de calles de Algorta, y 5 para las oficinas incluyendo su colocación...”
A continuación, en el mismo pleno, se trataba sobre los pobres que acababan de ingresar en el Hospital Hospicio de Alango: “...Habiendo ingresado hasta el presente diez pobres de ambos sexos en el Hospital Hospicio Municipal del Sagrado Corazón de Jesus se acuerda, mientras otra cosa no se determine, visiten aquel establecimiento por lo menos una vez al día, desde primeros de marzo, con el fin de prestar los auxilios a los enfermos que hubiera en él. Los servicios médicos serán prestados por meses de la siguiente manera: En marzo el médico D. Manuel Hormaeche, abril D. Ezequiel Anitua y en mayo D. Donato Saloñas, volviendo en junio a comenzar por ese orden...”
Siguiendo con los carnavales, días en los que la sátira, critica social y parece ser que religiosa, hacía que nuestras primeras autoridades eclesiásticas se sintieran incomodas, llevó a que el prelado de Bizkaia decidiera celebrar un triduo de desagravio: “...Secundando los deseos de nuestro Exmo. Prelado, de desagraviar al Señor de las injurias que especialmente se le infieren en los próximos días de Carnaval, se ha dispuesto celebrar un triduo de la siguiente forma: Al toque de oraciones de los citados días se expondrá el Señor Sacramentado y le seguirá un devoto ejercicio de desagravios. El primer día lo suplirá el ejercicio de los siete domingos de San José. Procuraremos con ello desarmar el brazo de la ira del Señor, especialmente en estos días de calamidad para nuestra infortunada Nación, lejos de provocar nuevamente el rigor de su justicia, como lo hacen los mundanos en estos días de disolución y libertinaje...” (El Nervión del 27 de febrero de 1897).
En la próxima entrada de esta serie veremos como, en el año 1897 se elaboraba un callejero de todo el Municipio.
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