En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como se estaba trabajando en el sistema de alimentación de agua potable para el Hospital Hospicio de Algorta.
En el pleno del 14 de agosto de 1895 se trataba entre otros asuntos de la defunción de un concejal de Las Arenas: “...A las once y diez minutos se declaraba abierta la sesión ordinaria, a causa de no hacerlo podido el Ayuntamiento hacerlo hasta esa hora por haber asistido en Corporación al acompañamiento de la conducción del cadáver del Sr. 2º Teniente de Alcalde, D. Juan Domingo Echeverria, ocurrido en la noche del 12 del actual, desde su morada en el barrio de Las Arenas la cementerio de San Nicolás de Bari en Algorta…” D. Juan Domingo Echevarria y Garate, que había nacido en Elgoibar: “...Falleció a los 65 años de edad. A lo largo de su vida además de ostentar el cargo de 2º Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Getxo, había sido contratista de obras, participando en la construcción de la mayor parte de edificios y chalets de Las Arenas, cuando este barrio empezaba a formarse...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 14 de agosto de 1895).
En el pleno municipal de Getxo del 22 de agosto de 1895, se daba cuenta de de un Oficio de la Administración de Hacienda de la Provincia: “...Encargando se ordene la inmediata suspensión de la extracción de piedra y arena en los terrenos llamados de Aiboa, por haber sido adjudicados por la Dirección General del Estado a favor del que causó remate el día 3 de julio de 1894…”
En ese mismo pleno, y tras el fallecimiento del Segundo Teniente de Alcalde de Las Arenas, D. Juan Echevarria, para cubrir la vacante por el dejada, el pleno municipal acordaba:”...Proceder al nombramiento de D. Juan José Bilbao, residente en dicho barrio…”
Y para evitar situaciones como la acontecida días ante, el mismo pleno, decidía: “...Que habiendo tenido noticia de que el farmacéutico de Las Arenas, se excusó hace pocos días de practicar la primera cura a un herido de forma airada. Acuerda este Ayuntamiento se haga saber a los farmacéuticos y Médicos titulares de este Municipio: La obligación en que quedan desde hoy en adelante de practicar la primera vista de reconocimiento y cura a cualquier persona, de la clase que fuere, que se encontrare herida o en mal estado en la vía pública, y fuese reclamad la asistencia facultativa, así como suministrar los primeros medicamentos por momento, todos gratis…”
Una idea del trasiego de buques en el Puerto de Bilbao nos la da el informe que presentaba un diario bilbaíno: “...Durante la pasada semana, el movimiento del puerto de Bilbao, según los datos publicados por el «Suplemento comercial» de “El Nervión ha sido. Han entrado a puerto los siguientes barcos: 21 vapores españoles, 38 ingleses 4 franceses, 4 alemanes, 4 holandeses, 2 belgas, 1 noruego y 10 veleros españoles.
Con 54,114 toneladas de registro y la siguiente clase de carga: Carbón inglés 8.323.807 kilos, Id español 1.798.090, Carga general 3.289.611, Bacalao 292.022 y Cemento español 136.000 kilos.
Además se ha importado la madera siguiente: 1.225 traviesas, 9.749 tablas, 1.815 atados, 916 fajos, 120 postes.
Han salido de puerto los siguientes barcos: 22 Vapores españoles, 29 ingleses, 8 franceses, 5 noruegos, 2 Belgas, 1 holandés y 7 Veleros españoles. Con 43.559 toneladas de registro y la siguiente carga: Mineral de hierro 75.580.850 kilos, de lingote, 2.367.000 kilos, de carga general 1.146.878, de Hierro y acero 892.984, de hoja de lata 102.152 y de harina 57.834 kilos…” (“El Nervión” del 24 de agosto de 1895)
También resultaba curiosa, por estadística, una relación que el mismo diario, efectuada por un médico militar francés, acerca del estado sanitario de los ejércitos de Europa: “…De Francia, Alemania, Inglaterra, Austria, Bélgica, España e Italia, del cual se deduce que, gracias a las medidas higiénicas y a la severidad en el reclutamiento, las muertes en la milicia son hoy dos o tres veces menores en número que hace treinta años. Cada ejército tiene una fisonomía patológica especial:
En Francia dominan las enfermedades generales, las fiebres tifoideas, las eruptivas y la pneumonía, la difteria y la disentería.
En Alemania los reumatismos, las enfermedades de los ojos y los suicidios.
En Austria, las mismas causas y además el paludismo.
En Italia, la fiebre tifoidea, el sarampión, la pneumonía, la tuberculosis, la meningitis cerebro espinal y el paludismo.
En Inglaterra, el reumatismo.
En Bélgica, la fiebre tifoidea y las oftalmías.
En España, la fiebre tifoidea, la viruela, la pneumonía y la tuberculosis…”
El domingo día 25 de agosto de 1895 fue todo un espectáculo para los vecinos de Las Arenas, tres fueron lo elementos que contribuyeron a crear la diversión de aquel día: “…Por un lado la llegada del crucero “Almirante Oquendo”, que fondeó en el Muelle de hierro de Portugalete, haciendo pruebas de sus poderosos focos eléctricos, y los fuegos de artificio que con motivo del día de la patrona se lanzaron…” Fuegos que como decimos los de Areeta-Las Arenas !Se ven mejor desde nuestro barrio, y pagan los de Portugalete!. Durante unos días, mientras el crucero realizó pruebas frente a Armintza: “...A las nueve de la mañana el crucero llegó frente al cabo Machichaco, allí dio comienzo a las pruebas recorriendo tres veces la milla y medía que le separaba de Arminza, con una velocidad de 18 millas y algunas décimas…” Pero no solo desde tierra era admirado aquel crucero, ya que, quienes tenían medios económicos, se pudieron permitir hacer excursiones a bordo de los vapores “Siglo” y “Auxiliar” hasta aquel punto, para admirar el enorme crucero; el precio del pasaje era: “...Sobre puente 3 pesetas, sobre cubierta 2 pesetas...” (“El Noticiero Bilbaino” del 25 de agosto de 1895).
En un diario bilbaíno se publicaba una actuación “milagrosa” del Jefe de estación de Las Arenas: “...Por el jefe de la estación de las Arenas, D. Isidoro González, fue milagrosamente salvada de una muerte cierta en dicha estación, una niña de corta edad. Esta atravesaba la vía en el momento en que entraba en los andenes el tren procedente de Plencia, que tiene la llegada a la estación de Las Arenas a las 3 y 12 minutos de la tarde y hubiera perecido sin la oportuna intervención del jefe…” (“El Nervión” del 28 de agosto de 1895).
En el pleno del 29 de agosto de 1895, el Ayuntamiento de Getxo, trataba sobre una vieja discusión entre nuestro consistorio y la “Administración Especial de Hacienda de Vizcaya”: “...Se volvió a dar cuenta de un Oficio de la “Administración Especial de Hacienda de Vizcaya”, encargando a esta alcaldía a petición del rematante, D. Ignacio Ituarte, ordene la inmediata suspensión de la extracción de piedra y arena de los llamados terrenos de “Aiboa”, por haber sido adjudicados a dicho Sr. Ituarte como consecuencia de la subasta verificada en Madrid el día 3 de julio de 1894…” El Ayuntamiento de Gtxo acordaba: “...Que por decisión adoptada por unanimidad, se conteste con el debido respeto al Sr. Administrador Especial de Hacienda, que esta Corporación Municipal tiene acordado entablar, dentro del termino legal, un recurso Contencioso Administrativo contra las Reales Ordenes del 16 de junio último y dos del corriente, comunicadas por dicho Administrador Especial el pasado 8 de julio y 12 de agosto, y que entretanto, no habiéndose dado posesión a los compradores, entiende este Ayuntamiento que no puede introducir alteración alguna en el estado actual de cosas…”
En la próxima entrada de esta serie veremos como se denegaba la autorización a varios vecinos para que el maestro de las Escuelas Públicas pudiera impartir clases particulares en las mismas.
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