domingo, 1 de mayo de 2022

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -272-

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos cómo el Diputado por Gasteiz, D. Ricardo Becerro de Bengoa, ofrecía un extenso discurso en el que se refería a la forma de gobierno.

El 31 de diciembre la prensa bilbaína informaba sobe una orden del Gobierno Civil de la Provincia: “...El Gobernador Civil recuerda a los Alcaldes de 40 pueblos de la Provincia que en el termino de 15 días deben de remitir el censo de cría del ganado caballar, en caso de no hacerlo se le impondrá una multa de 17,50 pesetas...” (El Noticiero Bilbaíno del 31 de mayo de 1895). El Ayuntamiento, según consta en la “Estadística rectificada de la riqueza pecuaria realizada por el Ayuntamiento de Guecho” de la Diputación Foral de 1895 contaba con varios ejemplares de caballos, cuyos propietarios eran: “...De Santa María de Guecho: Andresa Menchacatorre, de Torrebarria (1) y Juan Cruz Ibarra, de Cucullaga (2).

De Algorta: José Madariaga de Vega-erdicoa (1), Domingo Besuen (1), Jesús Arteche (1), Emeterio Camiruaga (1), José Ramón Mota (2), Robustiano Larrondo (1), Manuel Eguia (1), Idelfondo Arrola (2), Juan Luis Uriarte (1).

De Las Arenas: Andrés Larrazabal (1), Marcos Zamacona (3); Nicasio Román (1); José González (1), Vicente Zabala (1), Lucio Frias (1), José María Martínez Rivas (7)...” En total la cabaña caballar de Getxo de 1895 ascendía a 29 equinos. (Padrón de Ganadería de Getxo del Archivo Foral)

El día 31 de mayo, en el diario bilbaíno “El Nervión”, informaban en su primera plana sobre un libro de un empleado del Ayuntamiento de Bilbao, sobre el mismo decían: “...Obra de paciencia, obra de benedictino, es lo que ha escrito con el titulo de “Cómo se vive y cómo se muere en Bilbao”, el Sr. Gómez, empleado en las oficinas de Estadística del gobierno. A parece en los primeros capítulos el número de habitantes de la Villa, después viene la clasificación por sexo y estado civil y la trasformación que ha sufrido por este concepto desde 1878 a 1888; lo que ha sido la inmigración durante el periodo ya señalado, los efectos que ha producido esa inmigración y como final de la primera parte vienen los datos referentes a la instrucción elemental, los progresos, de la enseñanza y la clasificación que corresponde a esta Villa comparada con las demás poblaciones de la nación.

En la segunda parte se trata de los nacimientos, comparándolos con las defunciones; la influencia de las estaciones sobre los nacimientos, el sexo de los nacidos y preponderancia del sexo masculino y el grado de mortalidad de la población.

En la tercera parte, seguramente la más importante de la obra, se ocupa el autor de la mortalidad en la Villa, comparándola con la de las principales poblaciones del extranjero. Aparecen en los estados las clasificaciones por estado y edades, haciéndose resaltar la enorme mortalidad de niños en la Villa. Las tablas de supervivencia y sus aplicaciones, la vida media y métodos empleados para deducirla.

También se ocupa la obra de la mortalidad, el curso de esta, estudiado por meses y la causa de las defunciones; las enfermedades epidémicas, frecuencia e intensidad de las mismas, y por último la influencia combinada de los meses y de las enfermedades sobre la mortalidad y los extraños efectos de las enfermedades epidémicas...” En el libro, el autor afirmaba: “...En 1860 solamente contaba la Villa con 17.969 habitantes, cuyo número llegó a 32.734 al terminar el año de 1877; de donde se deduce que en el espacio de diez y siete años obtuvo un aumento de 14.765 habitantes, del cual es preciso descontar el procedente de la anexión de parte de las anteiglesias de Abando y Begoña, verificada en 2 de Abril de 1870, que aportó una población de 9.485 habitantes; lo que reduce el aumento efectivo a 5.280, el cual repartido entre los diez y siete años que median entre uno y otro recuento, supone un aumento anual de 310 habitantes; aumento insignificante si se le compara con el que corresponde a los años posteriores. En efecto; los que fueron 32.734 en 1877, se convierten en 50.772 al finalizar el año de 1887, lo cual acusa un crecimiento que excede de 18.000 habitantes en diez años; crecimiento extraordinario, del cual tan sólo una pequeña parte corresponde al exceso de los nacimientos sobre las defunciones que dejó a favor de la población una diferencia de 2.867 habitantes durante el decenio. El resto del aumento es el resultado de la afluencia de gentes extrañas que han atraído la fama de su creciente prosperidad y las necesidades del desenvolvimiento de sus industrias...” Bajo este texto podemos ver la tabla de población probable de Bilbao, que estudió el autor del libro, desde 1878 a 1888 y a continuación la de número de habitantes de otras poblaciones del Estado.

El día 2 de junio de 1895, en el diario “El Noticiero Bilbaíno”, en una carta al director, nos hablaba el corresponsal de algunas costumbres religiosas de uno de nuestros barrios, Algorta: “...Dos funciones religiosas y las dos de la misma índole, o sea en honor de la Madre del Amor Hermoso, de despedida a la Santísima Virgen, han tenido lugar hoy aquí. De admirar ha sido el Sr. Director y las inocentes niñas vestidas totalmente de blanco, acercarse al altar donde estaba la Virgen y tras dirigirla sentidas frases alusivas a la fiesta, con la gracia propia de su edad, han depositado en el fragantes y olorosos ramos de flores naturales. La fiesta ha sido de las que es difícil se pierda en la memoria. Al terminar la ceremonia la concurrencia se deshizo en alabanzas y felicitaciones a las niñas. Para lograr ese éxito ha sido precisa la intervención del las Hijas de San Vicente y las profesoras del centro, que han trabajado y mucho con sus discípulas.

La segunda función ha tenido lugar el la Iglesia de San Nicolás, donde se ha expuesto la imagen de la Virgen. Ha empezado a las siete con cánticos y una letanía a los Santos, acto seguido con el Santo Rosario y un sermón alusivo al asunto, predicado por el cura párroco D. Ángel Amunategui. La capilla, estaba dirigida por su inteligente maestro D. Pablo Mugica, ha cantado, como acostumbra, sentidas flores y una despedida a la Virgen María, a terminado con un besapiés a la Virgen...” (El Noticiero Bilbaíno del 2 de junio de 1895).

Según contaban los diarios “El Noticiero Bilbaíno” y “El Nervión”: “...El gobernador Civil ha concedido el oportuno permiso para la traslación del cadáver de la niña Rosario Uriarte y Uriarte, desde el Desierto al cementerio de Algorta...” Los padres de la pequeña eran D. Fidel Uriarte y Dña. Rufina Uriarte, la conducción del cadáver se realizó desde la casa mortuoria “El Siglo” de Erandio. Acto seguido se celebró una isa de Gloria en la Parroquia de San Nicolás de Algorta. (“El Noticiero Bilbaíno” y “El Nervión” del 5 de junio de 1895).

En la próxima entrada de esta serie veremos como el convento de los Trinitarios de Algorta enviaba una invitación, al Ayuntamiento de Getxo, para participar en una de sus celebraciones.


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