En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos cómo el Casino Algorteño iba a abrir una nueva puerta para mejorar la accesibilidad al mismo.
Continuando con el pleno municipal de Getxo del 2 de mayo de 1895, traigo a estas páginas lo que relataban, en dicho pleno, sobre la traída de agua potable a Las Arenas y Algorta: “...Se da cuenta de una instancia de D. Dionisio Zubiaga referente a las ocupaciones que le había tenido ocupado en el verano de 1893, durante ese tiempo estuvo ejecutando varias obras en los montes de la jurisdicción de Berango para aumentar el caudal de las aguas que surtían a los barrios de Las Arenas y Algorta...” Por ese motivo el Ayuntamiento de Getxo acordaba: “...Nombrar una Comisión para encarar con el exponente dicho asunto y buscar la mejor solución a la traída de aguas...”
En ese mismo pleno se trataba sobre la mejora de nuestros paseos y más concretamente del paseo de “Arriluze-La Avanzada”: “...El señor Alcalde Presidente manifiesta que a consecuencia de las obras que se están ejecutando en el contramuelle del Puerto exterior, que en el punto llamado “Arriluce”, es indudable que una vez concluyan aquellas dicho contramuelle será un paseo para la gente tanto del Pueblo como forastera, por consiguiente, estando próximo el que el Ayuntamiento tiene en la Avanzada, y siendo este algo pequeño, cree conveniente se amplíe con el solar o terreno que el Ayuntamiento posee en la parte Sur del mismo destinado al servicio público, al efecto es de parecer se arregle dicho dicho solar explanándolo convenientemente y poniendo asientos, así como arbolado cuando llegue la estación para ello...” El pleno Municipal en vista de esa propuesta acordaba: “...Considerando que la misma es conveniente y de utilidad, por unanimidad acordamos se lleve a efecto y sin levantar mano lo mencionado en ella, en la parte que se pueda por ahora, para lo cual se autoriza a la Comisión de Obras a fin de que se ejecuten las obras mediante jornaleros. Y que por medio del señor Alcalde se dirija oficio al dueños de las piedras que existen sobre el solar requiriéndoles para que dentro de un plazo que no exceda de ocho días retiren de aquel punto las mencionadas piedras...”
Seguía el pleno, y en el se estaban estableciendo los rangos y jefaturas de las oficinas de contaduría municipal: “...Se hace presente que habiendo fallecido, el día 30 de marzo último, la persona que venía ocupando el cargo de escribiente de las oficinas del municipio, se hace necesario cubrir con alguna persona capaz y de buena conducta dicha plaza. En seguida y abierta una meditada y razonada discusión acerca del particular entre los señores concejales, acuerda este Ayuntamiento por unanimidad que en adelante el mencionado cargo de escribiente, sea temporal o permanente según convenga. Para dicho puesto se establece un salario de 725 pesetas anuales, debiendo el que fuera agraciado reconocer como Jefe de la Oficinas Municipales al Secretario y respetar también al Contador como inmediato de aquel y oficial de las mismas...”
Por aquellos días, en ese pleno, se exhortaba a un hostelero de Las Arenas para que acometiera debidamente las obras del caño que desde su establecimiento iba al general del municipio: “...Que no estando arreglada dicha obra en las condiciones establecidas por este municipio, los trabajos del caño injerto para conducir a las alcantarillas del Municipio en Las Arenas, ejecutados por cuenta del propietario, D. Jenaro Sanz, del Hotel Ventura, cuyo hecho perjudica al municipio, se manifieste al expresado señor propietario que debe de obligar al contratista a que las citadas obras en la parte parte de la vía pública, deben de ser realizadas de acuerdo con lo establecido en la normativa, porque en caso de no hacerlo ordenará su reconocimiento al Señor Arquitecto Municipal, y si esta operación resultare no estar realizada según dichas condiciones, se procederá a la destrucción y cierre del caño...”
La llegada de la luz eléctrica al municipio había causado serios perjuicios a los suministradores de petróleo para farolas callejeras y consumo privado. En el pleno del 2 de mayo de 1894 se trataba este tema: “...Con el fin de conferenciar y llegar a un arreglo prudencial, siempre que sea posible, con el rematante de los arbitrios municipales, D. Severino Picaza, sobre un oficio que tiene remitido a esta Corporación, en el que calcula que dichos prejuicios ascienden a unas 2.400 pesetas, que le habrá de originar el menor consumo del petróleo, por la instalación de la luz eléctrica pública y privada de esta localidad. Este Ayuntamiento nombra una Comisión para conferenciar con dicho señor...”
En ese pleno municipal se daba cuenta de la próxima convocatoria de elecciones municipales: “...De conformidad con las disposiciones legales acuerda este Ayuntamiento, para la elección de concejales que ha de tener lugar el día 12 de mayo en esta Anteiglesia, la siguiente designación de locales: “...Para el Distrito Nº 1, Sección Única, la Casa Consistorial en la Plaza de San Nicolás; para el Distrito Nº 2, Sección Única: la Casa llamada “Hospital”, cercana a la iglesia de San Ignacio. Se pondrá en conocimiento de la Junta Municipal del Censo para que el próximo día 5 sea convocada dicha Junta, con el fin de proceder al nombramiento de Interventores y Suplentes para las dos mesas. Así como que se proporcione comida para dicha Junta el día 5 de mayo...”
La gravedad de los arrestos en la prevención durante el mes de abril de 1895, a decir de la prensa, se centraba fundamentalmente en los siguientes casos: “...Por escándalo público 147 casos, por postular (pedir limosna) 122, 40 detenciones de sospechosos, por blasfemar 40, 15 por asesinato, otros 15 por heridas causadas, y por comer, beber y no pagar 5 casos...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 3 de mayo de 1895).
Era la época en la que los contadores de agua llegaban a los domicilios de Bilbao: “...En la sesión celebrada ayer tarde por el municipio bilbaíno, quedó aprobado un informe de la comisión de Industria, autorizando la compra de contadores de agua, para darlos en alquiler a los abonados a este servicio...” (“El Nervión” del 4 de mayo de 1895).
El día 5 de mayo de 1895 se celebraba en el municipio contiguo de Berango una romería que era recogida por al prensa local: “...Ayer se verificó una alegre romería en Berango. Acudieron dos comparsas que fueron las encargadas de amenizar la fiesta. Se bailaron tres aurreskus y se lanzaron infinidad de cohetes. En la campa se situaron corros de ciego y pianos de manubrio, que amenizaron la fiesta. La animación duró hasta el anochecido, hora en que terminó la romería...”(“El Nervión” y “El Noticiero Bilbaíno” del 6 y 7 de mayo de 1895).
Aquellos inicios del mes de mayo resultaron muy alborotados, por lo que relataban los diarios locales, respecto a los temporales de viento y agua: “...Los pescadores continúan por causa del temporal sin poder salir a la mar. Por tal motivo solamente llegaron hoy a la plaza del Mercado 400 kilos de pescado...” (“El Nervión” del 7 de mayo de 1895).
En la próxima entrada de esta serie veremos cómo un vecino de Leioa solicitaba permiso para colocar casetas de baños en la playa de Las Arenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario