miércoles, 23 de septiembre de 2020

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -177-


En la anterior entrada veíamos cómo finalizaba el año 1892 en medio de noticias relacionadas con asuntos de robos en el barrio de Algorta.

 

Respecto a aquel año que acababa de dejarnos, la prensa bilbaína decía al referirse a él que ya las costumbres de la época, aunque obviamente se refirieran a las clases sociales más acomodadas: “...Para el año que ha descendido al sepulcro, como todos los años, los pavos, capones, gallinas y los besugos han pagado el tributo a la glotonería. Los escaparates de confiterías aún presentan las colinetas, turrones...” Quizá por ello algunos artículos presentaban rebajas en sus precios como los del pan: “...En la panadería de “La Magdalena” de la calle Tendería de Bilbao, los fotes (panes) de media libra, de primera clase, iban a costar 0,09 pesetas...”

 

Al entrar en el nuevo año, en el pleno municipal del 5 de enero de 1893, se trataba sobre la solicitud: “...De D. José Iraola para que el Ayuntamiento le expidiera un certificado para poder inscribir en el Registro de la Propiedad una parte de la casa “Echevarri”, situada en la calle Rivera de Algorta, perteneciente a Dña, Salomé Uria...”

 

En ese mismo pleno se trataba sobre la epidemia de viruela que había venido afectando al municipio, la cual se dejaba sentir en los trabajos y costes que la misma provocaba al municipio: “...Dicha epidemia que ha reinado en Las Arenas, durante cinco meses aproximadamente, ha hecho necesario algunos suministro, los cuales fueron realizados por Dña. Florencia Elosua, por un importe de 127,25 pesetas...” Así como  otros derivados de instalaciones realizadas para tratar las ropas de los infectados: “...La instalación de una caseta, hecha en el punto llamado Gobelas de Las Arenas, para limpieza de las ropas de las personas atacadas de viruela, desde julio último hasta diciembre, realizada por el carpintero D. Rafael Elcoro, la cual ha importado la cantidad de 214,31 pesetas. También se ha colocado dentro de la misma una cocina u hornillo por  D. Gabriel Navarro  para el lavado de dichas ropas...” Los medicamentos que se suministraban a los pobres, para combatir la viruela eran del tipo “específicos”, y eran facilitados por el farmacéutico titular D. Miguel García Salazar. Y se compraba una “carrada de cal viva” a D. José María Otazua por 31,25 pesetas para utilizar en la desinfección de las casas atacadas por la viruela.

 

Oros suministros eran de carácter religioso, sin que estos tuvieran relación con la epidemia citada, como la: “...Alfombra del comercio “Gastón y Daniela”, de Bilbao, para el presbiterio de la iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta, con destino al servicio del Ayuntamiento, en los días en que este asista a las prácticas religiosas de dicha parroquia, la cual a supuesto un coste de 128,25 pesetas...”

 

El 12 de enero de 1893 se daba cuenta en el pleno municipal de un oficio remitido por la Comisión Provincial: “...Con fecha 10 del actual, aprobando el expediente instruido por el Ayuntamiento de Guecho para la ejecución de un matadero de nueva construcción, autorizando a que pague las obras...” Por ello el consistorio aprobaba: “...Sacar a subasta las expresadas por el sistema de pliegos cerrados, el día 2 de febrero a las nueve de la mañana...”

 

Por aquellos días las obras del Puente Palacios (actual Bizkako Zubia) marchaban a buen ritmo, se iba a inaugurar el día 28 de 1893, y para alimentar de agua a la caldera de dicho puente: “...Se da cuenta de una instancia de D. Alberto Palacios, concesionario del puente de Las Arenas a Portugalete, del 8 de enero de 1893, solicitando autorización para la construcción de un pozo para alimentar de agua al puente. Dicho pozo estará situado junto al muro del jardín de la antigua casa del Sr. Maturana, en Las Arenas...”

 


Para los amigos del buen yantar resulta curioso saber que en febrero de 1893, en la calle Bidebarrieta de Bilbao, en el restaurante “El Antiguo”, una buena comida tan solo costaba 3 pesetas, la misma estaba compuesta por las siguientes exquisiteces: “...Unos entrantes a base de: Ostras y croquetas de ave, le seguía un primer plato a elegir entre bacalao a la vizcaina o angulas de la isla, continuaba el ágape con lomo asado dulce y terminaba con un postre variado...” Aquella comida tenía incluido en el precio el vino. Aunque parece que no todo el mundo podía permitirse, ese para hoy, exiguo precio, ya que: “...La aparición en plena ría, entre los muelles del Arenal, de un “pato de mar” dio lugar a una auténtica cacería marinera, en la que barios botes de remos persiguieron al asustado ánade hasta lograr el ansiado trofeo...” Contaba el diario “El Nervión” del 13 de ese mes.

 

Eran días de climatología siberiana, en la que los tejados de las casas, tras unas fortísimas heladas, aparecían blancos y los charcos cubiertos de una capa de hielo, mientras que los montes cercanos estaban cubiertos de un blanco manto de nieve y el frío viento era capaz de helar “las carótidas del puente de Las Arenas”. Los temporales de aquellos días provocaron que en la ría se reforzaran las amarras de los buques y en la capitanía del puerto hondeara la bandera azul, en señal de que los buques se previnieran contra la corriente. Durante tres mareas resultó imposible la salida o entrada de embarcaciones del puerto. El día 16 de enero de 1893, por la tarde, lograron salir 19 vapores, lo cual hizo que el espectáculo, para los vecinos de ambas margenes de la ría, resultara todo un acontecimiento. Mientras, los prolegómenos de unas reñidas elecciones a Diputados a Cortes se dejaban sentir en el teatro circo de la Gran Vía.

 

Los últimos días de la casa matadero, de la estrada de Mosu en la zona de Iturribarria de Algorta, veía llegar el final de sus días, cuando en el pleno del 19 de enero de 1893 se decía que: “...El Ayuntamiento de Guecho, próximo a vender dentro de breves días la casa y sus terrenos, acuerda oficiar a Dña. Geronima Achutegui, viuda del finado D. Francisco Guerediaga, que ocupa actualmente dicha casa y las tierras, que a partir de esta fecha quedarán a disposición de este Ayuntamiento la expresada casa y tierras, sin que se pueda hacer labor alguna en estas, debiendo dejar la casa libre cuando esta corporación lo indicare...”

 

En esa misma fecha se fijaban las cuentas municipales del ejercicio de 1891 a 1892, quedando como siguen: “...Cargo 128.740,28 pesetas, Data 99.119,13 pesetas, Existencias, para el ejercicio de 1892 a 1893, 29.621,15 pesetas...”

 

En el pleno del 26 de enero de 1893 se daba cuenta de la invitación cursada al Alcalde D. Santiago Diliz, por la Comisión del la Iglesia de San Ignacio: “...Que se va a celebrar en la sacristía de esta iglesia para enterarle de las gestiones realizadas por esta Comisión durante el año 1892, y del estado económico de la misma...” Por otro lado el presbítero D. Fernando Ansoleaga informaba: “Que he sido nombrado coadjutor para la iglesia de San Nicolás de Bari de Algorta...”

 

En el diario “El Noticiero Bilbaíno” del 22 de enero de 1893, el Ayuntamiento de Getxo anunciaba que: “...El Ayuntamiento de esta Anteiglesia, autorizado competentemente y con arreglo a las disposiciones vigentes, sacará a pública subasta en la Casa Consistorial, el día 3 de febrero próximo, a las nueve de la mañana, por el sistema de pliegos cerrados, la construcción de un matadero de nueva planta, cuya base es de 30.885,10 pesetas de presupuesto de contrata, bajo las condiciones y planos que desde hoy se hallan de manifiesto en la Secretaria del Municipio para los que gusten enterarse en las horas de oficina. El Alcalde, Santiago Diliz...”

 

El  alcantarillado del municipio seguía siendo una de las prioridades del municipio. En el pleno del 26 de enero de 1893 se trataba del proyecto formado por el arquitecto municipal para: “...La construcción de una alcantarilla desde junto de la casa del finado D. Domingo Aurrecoechea (a) “Chominchu”, hasta Ereaga...” Se hablaba de que aquella obra era necesaria para: “...Hacer desaparecer la inmundicias que salen de las casas situadas en dicho trayecto con prejuicio para la salud pública...” Hasta entonces esas aguas sucias bajaban siguiendo la cárcava del camino hasta llegar a la playa.

 

Y a pesar de que algún registro mal consignado podía haber librado del poco apreciado servicio militar, el 26 de enero de 1893, la perseverancia de algún responsable municipal corrigió el error, haciendo que la inscrita como “Eustaquia” (la cual había sido bautizada como niña), pasara a ser incluida en el alistamiento de mozos de 1893 como: “...Eustaquio Zarraga Corbera, hijo legitimo de D. Cosme Zarraga, nacido en esta localidad el día 22 de mayo de 1874…”

 

Ya se acercaban los días del Carnaval y las caretas y los capuchones hacían su aparición en los escaparates de las tiendas.

 

En la próxima entrada veremos cómo se estaban produciendo expropiaciones en algunas propiedades de la calle San Nicolás de Algorta.


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