En la anterior entrada veíamos cómo finalizaba el año 1892 en medio de noticias relacionadas con asuntos de robos en el barrio de Algorta.
Respecto a aquel año que acababa de dejarnos, la prensa bilbaína decía al referirse a él que ya las costumbres de la época, aunque obviamente se refirieran a las clases sociales más acomodadas: “...Para el año que ha descendido al sepulcro, como todos los años, los pavos, capones, gallinas y los besugos han pagado el tributo a la glotonería. Los escaparates de confiterías aún presentan las colinetas, turrones...” Quizá por ello algunos artículos presentaban rebajas en sus precios como los del pan: “...En la panadería de “La Magdalena” de la calle Tendería de Bilbao, los fotes (panes) de media libra, de primera clase, iban a costar 0,09 pesetas...”
Al entrar en el nuevo año, en el
pleno municipal del 5 de enero de 1893, se trataba sobre la solicitud: “...De D. José Iraola para que el
Ayuntamiento le expidiera un certificado para poder inscribir en el Registro de
la Propiedad una parte de la casa “Echevarri”, situada en la calle Rivera de
Algorta, perteneciente a Dña, Salomé Uria...”
En ese mismo pleno se trataba sobre
la epidemia de viruela que había venido afectando al municipio, la cual se
dejaba sentir en los trabajos y costes que la misma provocaba al municipio:
“...Dicha epidemia que ha reinado en
Las Arenas, durante cinco meses aproximadamente, ha hecho necesario algunos
suministro, los cuales fueron realizados por Dña. Florencia Elosua, por un
importe de 127,25 pesetas...”
Así como otros derivados de
instalaciones realizadas para tratar las ropas de los infectados: “...La instalación de una caseta, hecha
en el punto llamado Gobelas de Las Arenas, para limpieza de las ropas de las
personas atacadas de viruela, desde julio último hasta diciembre, realizada por
el carpintero D. Rafael Elcoro, la cual ha importado la cantidad de 214,31
pesetas. También se ha colocado dentro de la misma una cocina u hornillo por D. Gabriel Navarro para el lavado de dichas ropas...” Los medicamentos que se
suministraban a los pobres, para combatir la viruela eran del tipo
“específicos”, y eran facilitados por el farmacéutico titular D. Miguel García
Salazar. Y se compraba una “carrada de cal viva” a D. José María Otazua por
31,25 pesetas para utilizar en la desinfección de las casas atacadas por la
viruela.
Oros suministros eran de carácter
religioso, sin que estos tuvieran relación con la epidemia citada, como la:
“...Alfombra del
comercio “Gastón y Daniela”, de Bilbao, para el presbiterio de la iglesia de
San Nicolás de Bari de Algorta, con destino al servicio del Ayuntamiento, en
los días en que este asista a las prácticas religiosas de dicha parroquia, la
cual a supuesto un coste de 128,25 pesetas...”
El 12 de enero de 1893 se daba
cuenta en el pleno municipal de un oficio remitido por la Comisión Provincial:
“...Con fecha
10 del actual, aprobando el expediente instruido por el Ayuntamiento de Guecho
para la ejecución de un matadero de nueva construcción, autorizando a que pague
las obras...”
Por ello el consistorio aprobaba: “...Sacar a subasta las expresadas por el sistema de pliegos
cerrados, el día 2 de febrero a las nueve de la mañana...”
Por aquellos días las obras del
Puente Palacios (actual Bizkako Zubia) marchaban a buen ritmo, se iba a
inaugurar el día 28 de 1893, y para alimentar de agua a la caldera de dicho
puente: “...Se
da cuenta de una instancia de D. Alberto Palacios, concesionario del puente de
Las Arenas a Portugalete, del 8 de enero de 1893, solicitando autorización para
la construcción de un pozo para alimentar de agua al puente. Dicho pozo estará
situado junto al muro del jardín de la antigua casa del Sr. Maturana, en Las
Arenas...”
Para los amigos del buen yantar
resulta curioso saber que en febrero de 1893, en la calle Bidebarrieta de
Bilbao, en el restaurante “El Antiguo”, una buena comida tan solo costaba 3
pesetas, la misma estaba compuesta por las siguientes exquisiteces: “...Unos entrantes a base de: Ostras y
croquetas de ave, le seguía un primer plato a elegir entre bacalao a la
vizcaina o angulas de la isla, continuaba el ágape con lomo asado dulce y
terminaba con un postre variado...” Aquella comida tenía incluido en el precio el vino. Aunque parece
que no todo el mundo podía permitirse, ese para hoy, exiguo precio, ya que:
“...La
aparición en plena ría, entre los muelles del Arenal, de un “pato de mar” dio
lugar a una auténtica cacería marinera, en la que barios botes de remos
persiguieron al asustado ánade hasta lograr el ansiado trofeo...” Contaba el diario “El Nervión”
del 13 de ese mes.
Eran días de climatología
siberiana, en la que los tejados de las casas, tras unas fortísimas heladas,
aparecían blancos y los charcos cubiertos de una capa de hielo, mientras que
los montes cercanos estaban cubiertos de un blanco manto de nieve y el frío
viento era capaz de helar “las carótidas del puente de Las Arenas”. Los
temporales de aquellos días provocaron que en la ría se
reforzaran las amarras de los buques y en la capitanía del puerto hondeara la
bandera azul, en señal de que los buques se previnieran contra la corriente. Durante tres mareas resultó
imposible la salida o entrada de embarcaciones del puerto. El día 16 de enero
de 1893, por la tarde, lograron salir 19 vapores, lo cual hizo que el
espectáculo, para los vecinos de ambas margenes de la ría, resultara todo un
acontecimiento. Mientras, los prolegómenos de unas reñidas elecciones a
Diputados a Cortes se dejaban sentir en el teatro circo de la Gran Vía.
Los últimos días de la casa
matadero, de la estrada de Mosu en la zona
de Iturribarria de Algorta, veía llegar el final de sus días, cuando en el
pleno del 19 de enero de 1893 se decía que: “...El Ayuntamiento de Guecho, próximo
a vender dentro de breves días la casa y sus terrenos, acuerda oficiar a Dña.
Geronima Achutegui, viuda del finado D. Francisco Guerediaga, que ocupa
actualmente dicha casa y las tierras, que a partir de esta fecha quedarán a
disposición de este Ayuntamiento la expresada casa y tierras, sin que se pueda
hacer labor alguna en estas, debiendo dejar la casa libre cuando esta
corporación lo indicare...”
En esa misma fecha se fijaban las
cuentas municipales del ejercicio de 1891 a 1892, quedando como siguen: “...Cargo 128.740,28 pesetas, Data
99.119,13 pesetas, Existencias, para el ejercicio de 1892 a 1893, 29.621,15
pesetas...”
En el pleno del 26 de enero de 1893
se daba cuenta de la invitación cursada al Alcalde D. Santiago Diliz, por la
Comisión del la Iglesia de San Ignacio: “...Que se va a celebrar en la
sacristía de esta iglesia para enterarle de las gestiones realizadas por esta
Comisión durante el año 1892, y del estado económico de la misma...” Por otro lado el presbítero D.
Fernando Ansoleaga informaba: “Que he sido nombrado coadjutor para la iglesia de San
Nicolás de Bari de Algorta...”
En el diario “El Noticiero
Bilbaíno” del 22 de enero de 1893, el Ayuntamiento de Getxo anunciaba que: “...El Ayuntamiento de esta
Anteiglesia, autorizado competentemente y con arreglo a las disposiciones
vigentes, sacará a pública subasta en la Casa Consistorial, el día 3 de febrero
próximo, a las nueve de la mañana, por el sistema de pliegos cerrados, la
construcción de un matadero de nueva planta, cuya base es de 30.885,10 pesetas de
presupuesto de contrata, bajo las condiciones y planos que desde hoy se hallan
de manifiesto en la Secretaria del Municipio para los que gusten enterarse en
las horas de oficina. El Alcalde, Santiago Diliz...”
El
alcantarillado del municipio seguía siendo una de las prioridades del
municipio. En el pleno del 26 de enero de 1893 se trataba del proyecto formado
por el arquitecto municipal para: “...La construcción de una alcantarilla desde junto de la casa
del finado D. Domingo Aurrecoechea (a) “Chominchu”, hasta Ereaga...” Se hablaba de que aquella obra
era necesaria para: “...Hacer desaparecer la inmundicias que salen de las casas situadas
en dicho trayecto con prejuicio para la salud pública...” Hasta entonces esas aguas
sucias bajaban siguiendo la cárcava del camino hasta llegar a la playa.
Y a pesar de que algún registro mal
consignado podía haber librado del poco apreciado servicio militar, el 26 de
enero de 1893, la perseverancia de algún responsable municipal corrigió el
error, haciendo que la inscrita como “Eustaquia” (la cual había sido bautizada
como niña), pasara a ser incluida en el alistamiento de mozos de 1893 como:
“...Eustaquio
Zarraga Corbera, hijo legitimo de D. Cosme Zarraga, nacido en esta localidad el
día 22 de mayo de 1874…”
Ya se acercaban los días del
Carnaval y las caretas y los capuchones hacían su aparición en los escaparates
de las tiendas.
En la próxima entrada veremos cómo
se estaban produciendo expropiaciones en algunas propiedades de la calle San
Nicolás de Algorta.
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