En
la anterior entrada veíamos cómo la red de alcantarillados de Las
Arenas estaba en su punto más álgido y algunos propietarios
solicitaban el enganche a la red que el Ayuntamiento estaba
construyendo.
El
27 de agosto de 1892, en el pleno municipal, se trataba sobre la
posibilidad de sacar a la venta el viejo matadero de la
estrada de Mosu, en la zona de Iturribarria de Algorta: “...De
acuerdo con el expediente instruido este Ayuntamiento esta
autorizado para vender en pública subasta la casa matadero actual
por sus malas condiciones, falta de ventilación y corta capacidad,
así como sus tierras, conforme al plano obrante en dicho expediente,
a fin de destinar a aliviar el coste de las obras de otro nuevo.
Acuerda este Ayuntamiento que antes de proceder a la subasta se
amojone la citada casa y sus tierras con la debida claridad a fin de
evitar cuestiones desagradables en el futuro...”
De cara a la edificación del nuevo matadero se nombró al Alcalde S.
Diliz y al Sindico Sr. Laca para que
hicieran
gestiones con
de los propietarios de las
tierras
colindantes para poder ampliar sus dimensiones.
En
el pleno del 1 de septiembre de 1892 se trataba sobre la recepción
de una oficio de de la Diputación de la Provincia, con las reglas
que iban a ser repartidas entre los pueblos de los nuevos distritos
en que se hallaba dividida la Provincia, con los importes de los
nuevos servicios de bagajes.
En
esa misma fecha en el despacho del Gobernador Civil se trataba, en
una reunión con los miembros de la Junta de Sanidad, sobre la
posible llegada de una epidemia de Cólera: “...Los
acuerdos
en pro de la higiene y salubridad pública en la provincia,
acordándose también prevenirse para el desgraciado caso de que
fuéramos invadidos por la epidemia colérica que tantos estragos
causa hoy en Europa. Crear un hospital provisional de coléricos,
donde serán conducidos los primeros atacados que pudiera haber, para
de este modo aislarlos y poder aminorar en todo lo posible el
contagio...”
Sin embargo la prensa local, el diario bilbaíno “El Nervión”,
se extrañaba del echo de que tras la llegada de un grupo de
trabajadores Belgas a la vecina fabrica de vidrios de Lamiaco no se
hubiera tomado ninguna medida, ya que uno de ellos había quedado
retenido en la estación de Irún
tras presentar síntomas de dicha enfermedad.
La
luz eléctrica, novedosa forma de iluminar calles y hogares era
materia sobre que la misma prensa trataba en esos días: “...No
puede esta clase de luz obtener entre el público el desarrollo que
era de esperar para su consumo, debido única y exclusivamente a la
seria competencia de precios que la hace el alumbrado por gas. Somos
los primeros en comprender la ventaja que existe entre uno y otro
alumbrado, ventaja ya reconocida por las clases pudientes, las cuales
se han apresurado a instalar en sus domicilios la eléctrica, por las
comodidades, seguridad y limpieza. En varias importantes ciudades del
extranjero en donde algunas empresas tratan de efectuar instalaciones
bajo la base de un salto de aguas como fuerza motriz. Hemos podido
observar y de ello nos hemos convencido al palpar las ventajas que en
precios tienen algunos de los pueblos de esta provincia, como el de
Durango, debido a la instalación aludida, pues puede proporcionar al
público esta clase de luz por diez céntimos de peseta...”
El
servicio de alumbrado público, para los barrios de Algorta y
Areeta-Las Arenas, mediante corriente eléctrica no llegaría hasta
1895.
Y
como se acercaba la fecha en la que se iba a producir la elección de
Diputados Provinciales, la cual se iba a celebrar el día 11 de
septiembre del actual, el Ayuntamiento de Getxo acordaba designar los
locales para dicho acto estableciendo que: “...Se
designa para la elección de un Diputado Provincial por el distrito
de Bilbao, que es el que corresponde a esta Anteiglesia, los locales
para la votación para los dos distritos en que se halla divido este
termino municipal: Para el Distrito 1º la casa Consistorial de San
Nicolás de Algorta y para el Distrito 2º la Casa Hospital, también
de este barrio. Sirviendo comidas, como viene siendo habitual, a los
componentes de las dos mesas por un coste a lo más de 50
pesetas...”
Y
alguien se preguntaba en esa fechas “...¿Que
si merece la pena de vivir la vida? ¡Ya lo creo, se respondía!. El
procedimiento o el medio curativo que puede iniciarse, es el de vivir
en compañía de un buen amigo, que aleje con su espíritu alegre las
sombras. Levantarse temprano, tempranito, ir en dirección a Las
Arenas, Santurce o Algorta, respirar allí el aire saturado de
oxigeno, qué viene cabalgando sobre las olas a las playas; oír allí
la música que produce el oleaje qué va a chocar contra las rocas o
que se extiende mansamente por el arenal; contemplar ese espectáculo,
siempre nuevo, de las olas que vienen a humedecer las arenas y
después de haber aspirado a plenos pulmones el aire que vivifica y
comer en buena mesa con amable compañía y con gran apetito…”
Formula válida para todos los tiempos, más en estos tiempos de
claustro.
En
el pleno del 11 de septiembre de 1892, entre otras cosas, se
enumeraba una relación de pagos que el consistorio acordaba
realizar: “...A
D. Juan Anta, pirotécnico que disparó los fuegos de artificio en
las fiestas del verano, 860 pesetas por el importe de los fuegos y
voladores quemados en las noches de tres romerías de julio y agosto.
A Dña. Florencia Elosua 58,15 pesetas por velas y comidas de
algunos empleados municipales, facilitadas con motivo con motivo de
la celebración de las romerías de Las Arenas, los días 26 de julio
y 7 de agosto últimos. A la costurera Dña. Isabel Uriarte 65
pesetas por costuras de cortinones para la plaza cubierta, confección
de algunos banderines y colocación de escudos a la bandera principal
del municipio. Al cura párroco de Santa María 50 pesetas por el
sermón y funeral celebrado el día 15 de agosto próximo pasado en
esa iglesia...”
Finalizaba
aquel pleno con un informe sobre las gestiones realizadas para la
adquisición de un terreno para la ampliación del nuevo matadero:
“...Enseguida,
la comisión nombrada el pasado 7 de agosto último, encargada de
hacer gestiones cerca de los propietarios de tierras colindantes a
dicho proyecto de matadero para poder ampliar sus dimensiones, hemos
realizado varias conferencias con D. Antonio María Ugarte
propietario contiguo al punto donde se trata de emplazar el referido
matadero, el cual tiene 150 metros cuadrados, dicho propietario dijo
que su precio estimado es de unas 480 pesetas. Considerando este
Ayuntamiento que agregando el terreno del que se trata al que en
aquel punto posee el Municipio se podrá emplazar un matadero de las
condiciones requeridas, con todas las dependencias y divisiones y que
el precio solicitado no es excesivo, acordamos adquirir el citado
terreno...”
Firmaba aquel acuerdo el Alcalde D. Santiago Diliz.
La
prensa local “El Nervión” del 5 de septiembre de 1892 hacía
notar, probablemente debido a la amenaza del cólera morbo, que
corría por Europa que: “...Los
bacteriólogos de la Habana, los señores Acosta y Graude Rossi, han
tenido la curiosidad de estudiar los microbios del billete de Banco y
han publicado el resultado de sus investigaciones en la Crónica
médico-quirúrgica de la Habana. Han notado que los billetes del
Banco español de Cuba, aumentaban de peso a medida que circulaban
como consecuencia de la adición
de materias extrañas. Al cabo de cierto tiempo, el análisis
bacteriológico demuestra que el aumento de una inmensa cantidad de
microbios, que en dos casos ascendían a 19.000. Dichos señores han
logrado reconocer ocho especies patógenas, entre las cuales están
el bacilo de la tuberculosis, el de la difteria, la erisipela y
otros…”
A la vez que en Bilbao se estudiaban los anteproyectos de para el
saneamiento de la ría.
En
la próxima entrada de esta serie veremos cómo se trataba sobre el
embaldosado de la Calle Mayor de Algorta (Actual Avenida Basagoiti).
No hay comentarios:
Publicar un comentario