En
la anterior entrada veíamos cómo la prensa diaria bilbaína hablaba
sobre el informe de la Comisión de Hacienda de la Diputación,
relativo a la aprobación de las bases para la organización de la
beneficencia hospitalaria.
Era
a mediados de diciembre y algunos cazadores de Las Arenas eran
denunciados por varios vecinos debido a los abusos que cometían en
este barrio y en el próximo de Leioa, deteriorando los huertos,
además de las sustracciones de verduras y coles.
Por
esas fechas la pared del caserío “Piñaga” de Getxo presenta un
estado ruinoso y amenazaba con caer. Dicha heredad era propiedad de
D. Tomás Uria.
Por
entonces el barrio de Las Arenas ya contaba con un local destinado a
varios usos, entre ellos el de servir como centro de retención:
“...Se
hace constar en este pleno de noviembre que el barrio de Las Arenas
cuenta desde julio último, por cuenta del Ayuntamiento, con un local
decente y adecuado, destinado a la retención en él provisionalmente
de diferentes personas malhechoras y sospechosas, así como para
otros servicios o guarda de efectos pertenecientes al municipio,
siendo su alquiler anual de 200 pesetas...”
Finalmente el Ayuntamiento acordó: “...Asignar
al maestro de Santa María para vivir el y su familia la habitación
alta o piso principal, de la casa construida por D. Domingo
Zugazabeitia, de la calle San Nicolas en Algorta, abonando el
municipio de sus fondos la renta anual de 250 pesetas por dicha
habitación...”
Era
el 19 de diciembre de 1889 cuando las obras en las calles de Algorta
tomaban buen ritmo, comenzaba el enanche de “Torrena”: “...La
Diputación Provincial accede a la petición del Ayuntamiento de
Guecho para realizar el ensanche de la entrada de Torrena, en el
trozo de carretera comprendido entre las plazuelas de Calvetena y
Amesti, costeándolo a partes iguales entre ambas entidades...”
En aquel trozo de calle se había suspendido una obra que trataba de
realizar en un terreno de su propiedad D. Tomás Goicoechea, por lo
que el consistorio solicitó a la Diputación que se levantara la
prohibición.
El
alguacil de Las Arenas D. Eusebio Uriona, por esa época, era el
encargado de realizar los viajes a Bilbao para asuntos municipales,
cobraba por dichos viajes 1,70 pesetas.
La
asistencia actos litúrgicos era algo habitual de aquellas
corporaciones municipales: “...Acuerda
el Ayuntamiento asistir en Corporación a misa mayor de la parroquia
de San Nicolás de Bari de Algorta, el día 25 del actual, con motivo
de la festividad del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo...”
El
26 de diciembre de 1889 acordaba: “...Que
con fin de dar posesión al nuevo Ayuntamiento se celebrara una
reunión el día de enero próximo, a las nueve de la mañana, en
esta casa consistorial, y para ello se convoque a los concejales
proclamados el pasado día 8 de diciembre...”
El
Ayuntamiento de Getxo iba creciendo y ya se hacía necesaria la
figura del Arquitecto Municipal por lo que acordaron nombrar al
bilbaíno D. Eladio Iturria para ocupar ese puesto.
Durante
la noche del 28 al 29 de diciembre de 1889 un nuevo siniestro
marítimo vino a turbar la vida de nuestro pueblo y sus entornos:
“...Los
vapores “Nervión” y “Cantabria”, que estaban sacando de la
barra un buque inglés, chocaron entre si, y ambos fueron a pique. Al
parecer el buque pego una arremetida contra uno de los remolcadores,
envistiendo este al otro remolcador. Al “Nervión” le daban por
perdido y al otro remolcador, el “Cantabria”, que estaba en muy
mala situación, parecía que había algunas esperanzas de salvarle,
para ello acudió al lugar del siniestro el ingeniero del Puerto D.
Evaristo Churruca, quien estudió la situación desde el muelle. La
canal había quedado obstruida, no pudiendo los buques salir ni
entrar por la ría. Las olas arrojaron a la playa de Las Arenas
algunos trozos de la chimenea del “Nervión” y varios tablones.
Por la noche dos buzos llegados desde Castro reconocieron el
“Nervión” para ver si se podía intentar su salvamento, pero al
no ser posible hacerlo se hablaba de volar con dinamita el vapor,
para dejar libre el paso de la ría. La situación del “Cantabria”
iba empeorando por lo que decidieron dejarlo a su suerte…”
Antes
de terminar el año 1889 se producía una nueva distribución de los
médicos de Santa María y Algorta: “...Teniendo
en cuenta la renuncia presentada por D. Antonio Barrena, médico
titular de Algorta, y considerando la necesidad de que ni en un solo
día falte la asistencia médica a los enfermos pobres. Acuerda este
Ayuntamiento dejando ratificado el nombramiento de médico titular de
la Parroquia de Santa María que conserva D. Gabriel Gori, nombrara
también a este médico titular de una parte de la Parroquia de
Algorta desde el 1 de enero próximo de 1890, para la asistencia de
enfermos pobres. Y de la otra parte de Algorta será el actual
titular D. Manuel Hormaeche...”
Terminaba
aquel 1889 que había sido muy intenso, sobre todo por el intento de
desanexión de Las Arenas, reflejando en la prensa bilbaína una de
las tristes noticias del año, el fallecimiento de “Antón el de
los Cantares”, D. Antonio de Trueba, autor entre otras obras de “El
Libro de los Cantares”, que había fallecido en marzo de 1889.
En
la próxima entrada veremos cómo fue la toma de posesión del nuevo
Ayuntamiento el 1 de enero de 1890.
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