Cómo
todos los años, por fin llegan las vacaciones, incluso, qué
paradoja, para los jubilados. Debe de ser porque esas las pagamos
nosotros y no cuestan al erario público, por eso no son cuestionadas
por los que mandan más.
Días
para romper con la monotonía para la que no tenemos tiempo, porque
entre las muchas obligaciones de nuestro nuevo estatus, que algunas
de ellas las realizamos con verdadera satisfacción, casi no nos
queda tiempo para el relax.
Tiempo
para rearmar y preparar nuevos temas, para pensar en qué hacer y
disfrutar de unos días de paseo por nuestro maravilloso pueblo y
otros cercanos. Sacar fotografías de nuestras fiestas locales, de
fantásticos atardeceres, mojar los pies en nuestras calas mientras
vemos complacidos a los nietos corretear por la arena.
También
para hacer alguna aventura gastronómica con los amigos, que de eso
algo sabemos, aunque sea por acumulación de experiencias.
Redescubrir lugares casi olvidados de nuestro entorno y su historia.
Desempolvar viejos legajos que nos ayuden a recordarla y completar
nuestros conocimientos de un Pueblo que merece la pena ser
descubierto.
Así,
sin más, me despido por unos días de todos vosotros, deseando que
disfrutéis de esta corta pero intensa gloria que son las vacaciones,
sobre todo para los que aún pesa la “maldición divina”, que
forma parte de una superstición teológica, que
por no escuchar y comer en exceso, dicen fuimos condenados.
Volveré
a estas páginas el día 3 de septiembre con nuevos y viejos temas.
Hasta entonces:
!!!ONDO
PASA!!!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPása buenas y merecidas vacaciones. Coge fuerzas para cuando vuelvas, con mas ganas si cabe. Bueno saludos. Hasta pronto....
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