En
la anterior entrada veíamos que, estando
ya encima las fiestas locales, se trabajaba para darles gran
vistosidad con festejos populares, quema de vistosos fuegos
artificiales y toros embolados. Otro de los atractivos de las fiestas
iban a ser las
regatas Internacionales del Club Náutico de Bilbao, que se
celebraron en ambas márgenes de la ría. En esta entrada veremos
cómo varios
vecinos de Las Arenas se dirigían al Ayuntamiento solicitando
permiso para construir un camino arbolado desde las casas de D.
Álvaro García y de la Sra. viuda de Anduiza hasta enlazar con la
calle que se dirigía a la Capilla de Santa Ana.
A
primeros de octubre de 1882 varios vecinos de Las Arenas se dirigían
al Ayuntamiento solicitando: “...«permiso
de esta corporación para construir a costa de los mismos, un camino
arbolado desde las casas de D. Álvaro García y de la Sra. viuda de
Anduiza, hasta enlazar con la calle que se dirige a la Capilla de
Santa Ana»...”
El consistorio accedió con la condición de que el camino fuera de
propiedad municipal y se realizara de acuerdo con las indicaciones
del maestro de obras D. Francisco Ciriaco de Menchaca.
Como
en todas las épocas los pequeños diablillos de Algorta, durante las
fiestas de julio y agosto, se habían dedicado a romper unos
farolillos de papel, que el Ayuntamiento había colocado para
engalanar las zonas festivas e iluminar las mismas. Así que a los
pequeños alborotadores, la autoridad municipal impuso unas multas
para resarcir sus destrozos. Multas que en la totalidad alcanzaron
los 123 reales.
En
octubre de 1882 se encontraba acuartelado en el Fuerte las Canteras
de Aiboa, el 5º Regimiento de Artillería. El consistorio venía
suministrando al regimiento pan y aceite de forma regular, por lo que
el Ayuntamiento decidió reunir todos los recibos firmados por el
responsable del acuartelamiento para reclamar a la administración
militar el pago de los suministros.
En
esas fechas, la maestra de la Fundación de Niñas Pobres de San
Martín solicitaba al Ayuntamiento, diferentes libros y objetos para
la enseñanza. Por lo que el consistorio decidió enviarle media
docena de paquetes de polvos para hacer tinta, otra media de cajas de
plumas, además de hilo blanco; así mismo autorizaba a la maestra,
con cargo al municipio, a suscribirse al periódico “La Guirnalda”.
Este periódico que se publicaba quincenalmente, se empezó a editar
en 1867 por el profesor de estudios católicos de Madrid D. Vicente
Oliveras, para “ampliar la cultura de la mujer” sobre las bases
de la propiedad y el catolicismo más acendrado. Y como decía en su
portada estaba destinado “Al bello Sexo”. Sus artículos recogían
figurines, patrones y bordados; el precio de la suscripción era de 7
pesetas al trimestre.
Para
finales de octubre de 1882, el responsable del mantenimiento de los
faroles de Algorta era D. Matías Cuevas, el cual desempeñaba su
cargo por ocho reales diarios. Al parecer esa cantidad no era
suficiente para su sustento por lo que solicitaba al consistorio que:
“...«Se
le cedan sin pago las latas vacías donde trae la esencia para el
alumbrado»...”
Los
derechos de abacería de aquel mes de octubre, por degüello de
cerdos, había supuesto para las arcas municipales la cantidad de
2359 reales.
A
principios de noviembre de 1882 la estrada de Píñaga, debido a los
derrumbes ocurridos en los terrenos circundantes como consecuencia de
las fuertes lluvias acaecidas, se encontraba intransitable. Uno de
los vecinos, D. Ramón de Guerediaga, que habitaba en Piñaga-Erdikoa,
solicitaba ayuda al consistorio para reparar dicha estrada. El
Ayuntamiento acordaba reparar aquella estrada junto a las que
conducían a los caseríos de Telletxe y Elorri.
El
3 de noviembre de ese año era nombrada maestra de la Escuela de
primeras letras de Santa María de Getxo Dña. Andresa Goñi y
Zabalza
Días
más tarde, el 9 de noviembre, se daba curso a una petición de los
testamentarios de Dña. Francisca Antonia de Mugica, que presentaban
D. Luciano de Alday y D. Jose E. de Gorrondona, reclamando el pago de
50.000 reales, que adeudaba el Pueblo de Getxo a dichos
testamentarios.
Por
otro lado, los primeros vigías del Semáforo de la Galea D. Miguel
Morales (Jefe del Semáforo) y el segundo vigía agregado D. Ricardo
Sarachaga y Arteaga, solicitaban ser exentos del pago de derechos
municipales de consumo. El 12 de octubre se había abierto al público
dicha estación electro-semafórica.
A
mediados de noviembre se trabajaba en la ejecución de los desmontes
y terraplenes de los solares del barrio de Algorta que llamaban de
“Alangüetas” para realizar las rasantes de las calles para
edificar en dichos solares. El consistorio pedía a los propietarios
de esos terrenos que tapiaran los limites de sus propiedades a fin de
hacer que las obras de rasantes fueran: “...«Más
perfectas y evitar cuestiones de deslindes»...”
A la vez se proyectaba realizar una carretera desde Amorotoena (junto
a la plaza de Jardingana) hasta el barranco del Castillo, en el punto
denominado Arrigunaga. Formaban parte de esas obras la continuación
de las que se estaban realizando desde el Casino hasta Jardingana,
que iban a continuar hasta San Martín. También en dicho proyecto se
incluía otra que iba desde la encrucijada de Jauregi hasta la
Iglesia de Andra Mari, en Getxo.
En
la próxima entrada veremos la importancia que se daba a los fondos
municipales y las necesidades de información administrativa y legal
parece que anidaban en nuestro munícipes. Y cómo trataba la prensa
en agosto de 1882 al barrio de Las Arenas, del que decía la prensa
que hacía
veinte años, tan solo había en él no más que dos ó tres
edificios, y aquella llanura era toda arenales y dunas sin ninguna
vegetación. Y en ese año estaba cubierta de bosques y jardines
frondosos, entre los que se alzan multitud de lindos y suntuosos
edificios.
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