En
la anterior entrada hablaba cómo el problema de las comunicaciones
escritas estaba sobre la mesa del consistorio en octubre de 1877.
También sobre el proyecto de construcción de un Pabellón Balneario
en Las Arenas. En esta avanzaré sobre otros temas: cómo se solicitó
permiso para hacer un juego de bolos en la trasera de la Venta, entre
la Ermita del Ángel y dicha taberna. Así como el fervor religioso
se dejaba sentir en julio de 1878, por el que los vecinos de Alango
solicitaban la creación de una ermita o iglesia dedicada al culto a
San Ignacio.
Como
contaba recientemente, en las actas municipales del 21 de marzo de
1878 D. Nicanor Amigo solicitaba al Ayuntamiento: “...permiso
para hacer un juego de bolos desde la esquina del paredón que cierra
el patio de la ermita del Ángel hasta dentro de la cuadra de la casa
taberna llamada Venta del Ángel...”
A
finales de marzo, la Diputación de Bizkaia pedía al Ayuntamiento de
Getxo: “...Se remita a la misma una relación de los montes
comunes, con expresión de sus nombres, linderos, especie de árbol
dominante, a fin de efectuar una clasificación de los montes
públicos...” La respuesta del municipio fue muy escueta:
“...La Galea: como lugar de pasto y recreo de ganado;
Baserri: de pasto y un poco argoma; y Aiboa: como lugar de pasto y
canteras...”
La
preparación de la Semana Santa en Algorta, contó con la propuesta
del cura párroco y la necesidad del consistorio, de conseguir unas
propinas y atraer a propios y extraños al Pueblo. Proponía el
párroco de San Nicolás de Bari: “...celebrar con alguna
solemnidad los oficios de la próxima Semana Santa, predicando un
sacerdote forastero el jueves y viernes. Saliendo este último día
una procesión, para lo que sería necesario contar con alguna
limosna para poder sufragar los gastos...” Por su parte el
Ayuntamiento consideraba que: “...También es llegado el
tiempo de que se haga todo lo que proceda para la celebración de la
Semana Santa en esta población con alguna solemnidad, a fin de
atraer gente, tanto de esta Anteiglesia como de las inmediaciones,
para evitar que muchos marchen a Bilbao y Portugalete...”
Autorizaban al mayordomo D. José Antonio de Uriarte para ponerse al
frente y organizar aquella celebración. En abril de 1878, al igual
que en otras épocas, pero en este caso al coincidir la celebración
de la Semana Santa, que deseaban fuera brillante, decidieron prohibir
la llegada de mendigos así como enviar fuera de la población a los
que se encontraban en ella: “...teniendo en cuenta que es
hasta peligroso e inmoral, el número considerable de mendigos
forasteros, que se encuentran en estos días en el pueblo para pedir
limosna, acuerda este Ayuntamiento autorizar al alguacil y camineros,
para prohibir la entrada a todos los mendigos forasteros, así como
para expulsar fuera del pueblo a todos cuantos se encuentren en
él...”
El
8 de junio de 1878 se anunciaba la venta de la casa denominada “Fonda
Napoleana” con sus dependencias y terreno adyacente en la plazuela
de Las Arenas.
Otra
de las procesiones de Algorta era la del “Corpus Christi”, la
procesión del 20 de junio de 1878 fue festejada con la invitación
por parte del consistorio al jefe de las fuerzas armadas del pueblo y
al sargento de carabineros.
Y
como el fervor religioso se dejaba sentir, en julio de 1878, los
vecinos de Alango solicitaban la creación de una ermita o iglesia:
“...en un terreno próximo al termino llamado
Andresaconetas...”, la edificación se iba a realizar
mediante suscripción particular y voluntaria, e iba a estar dedicada
a la advocación de San Ignacio de Loyola. En la solicitud que la
encabezaba D. Robustiano de Larrondo, pedían se autorizara colocar
los cimientos el día 31 de julio, el acto se celebró a las cinco y
media de la tarde.
La
moral en nuestro litoral dejaba sentirse. En julio de 1878 se
publicaba un bando prohibiendo bañarse sin traje de baño en
nuestras playas, bajo la multa de 1 peseta y de 2 si se reincidiera.
El
alumbrado de las calles de la población fue uno de los asuntos de
aquel verano de 1878, en agosto el consistorio decidía: “...Que
habiéndose aprobado el presupuesto municipal y hallándose en él
una cantidad de 10.000 reales para el establecimiento del alumbrado
público..., teniendo presente la preponderancia que va
tomando en la población, con la mucha concurrencia de forasteros en
la temporada de baños…, y teniendo en cuenta el
estado de penuria de los fondos municipales, para que el alumbrado se
haga extensivo a toda la población se acuerda por unanimidad, que
como ensayo se establezca por ahora el alumbrado en la toda la calle
Tetuán (Avd. Basagoiti actual), como más larga y
concurrida de la población, y que atraviesa la parte más poblada,
utilizando 10 faroles que el Ayuntamiento posee para el alumbrado
durante las fiestas...” Los faroles eran móviles y tenían
unas peanas de sujeción, tuvieron que adquirir algunos más para
completar el alumbrado de la calle. Lo que sí parece es que el
Ayuntamiento era algo llorón, ya que siempre utilizaba la misma
cantinela “...teniendo en cuenta el estado de penuria de los
fondos municipales...”
Para
dar a conocer al público el nuevo sistema de transporte, el tranvía
de Bilbao a Algorta, que en septiembre de 1878 tan solo llegaba hasta
la Avanzada, solicitó permiso para la actuación, en los primeros
días de septiembre, de un funambulista, en la plazuela de Las Arenas
(actual Puente Bizkaia). La idea fue acogida con interés por parte
del consistorio.
El
medio de transporte ideal en esos días era mediante carros tirados
por yuntas de bueyes. Al parecer los carreteros eran un poco
descuidados con sus “caballerías” y dejaban que las mismas se
movieran sin ir ellos en cabeza. Por lo que el consistorio tuvo que
editar un bando: “...Ordenando a los carreteros que vayan
delante de los bueyes dentro de la población, para evitar desgracias
personales, como la que estuvo a punto de suceder recientemente...”
Las
obras tomaban consistencia en el día a día del Pueblo, las de
Algorta, a mediados de octubre de 1878, eran las más cuantiosas, se
trabajaba en el camino desde Ereaga hasta la carnicería (María
Cristina), con un ramal que iba hasta San Nicolás y San Martín y
desde allí hasta un punto denominado Azcane. En la cuesta San
Ignacio; en el matadero del Puerto de Algorta y ya se pensaba en el
traslado a otro punto más céntrico de la población; se preparaba
el techo del cobertizo de la fuente y lavadero de Sarri; y en la
plaza de San Nicolás. Sobre el Salón de sesiones se decía:
“...carece de todas las condiciones para el objeto, porque
como su nombre indica, no es más que un salón pequeño, sin ninguna
dependencia ni oficina, la documentación y libros se colocan donde
se puede, en casas particulares que se hallan cercanas. El objeto de
ese salón era para realizar los exámenes a niños y niñas de las
escuelas de la plaza. Por lo que se hace necesario ampliar el local
de las escuelas agregando a él, el Salón de Sesiones...”
También se trabajaba en los caminos y calzadas rurales.
En
la próxima entrada hablaré sobre las diferentes clases de “Cédulas
Personales”, el anuncio de la distribución de las mismas y los
conflictos con la compañía del tranvía, que no cesaban.
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