En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como una de las sociedades recreativas de Algorta celebraba el cuarto aniversario de su fundación, se trataba del «Circulo Algorteño».
En el pleno del Ayuntamiento de Getxo del 20 de mayo de 1897, entre otros asuntos, se trataba sobre una modificación en los reglamentos del Hospital Hospicio que la Junta de Caridad de proponía para dicha institución: “...Se da cuenta, y el Ayuntamiento queda enterado, de un oficio del Secretario de la Junta de Caridad del Hospital Hospicio de Algorta, proponiendo la reforma del reglamento de dicho Asilo referente a algunos pocos artículos del mismo...”
En aquel mismo pleno se daba cuanta de una solicitud del Gerente del «Puente Vizcaya»: “...En vista de una instancia de D. Mateo Retuerto, vecino de Portugalete, en concepto de Director Gerente de la Sociedad del Puente de Vizcaya, solicitando permiso para para colocar una cañería de hierro para conducir cinco metros cúbicos de agua del rio Gobelas, cada veinticuatro horas, para alimentar la caldera de vapor que da movimiento a la maquinaria que conduce el transbordador de una orilla a otra entre Las Arenas y Portugalete...”
Otro de los asuntos tratados estaba referido al estado algunos caminos de Algorta, los cuales al parecer no estaban en buenas condiciones para el transito de los vecinos: “...Se da cuenta de una instancia de varios vecinos, en la que después de manifestar el mal estado actual del camino o estrada, que desde la campa de Alango pasando por las casas de Alangüetas y Arene se dirige se dirige a las Vegas, suplican se proceda a la reparación de dicho camino. Así mismo llaman la atención del mal estado del camino que desde la casa de D. José I. Amann se dirige al Fuerte las Canteras. Acuerda el Ayuntamiento que durante el otoño próximo se proceda a la reposición de dichos caminos...”
Tan solo habían transcurrido diez días cuando llegaba un informe del Arquitecto Municipal, a cerca de la casa en ruinas de las calle San Nicolás de Algorta, dicho informe recogía lo siguiente: “...El Arquitecto Municipal da cuenta en un informe remitido, tras las quejas de D. Juan Cruz Mezo, D. José Antonio Zabala y otros vecinos, que denunciaron el estado ruinoso y peligroso que presentaba la casa inhabilitada que esta el el Alto de San Martín, donde empieza la calle de San Nicolás. El informe indica que: Dicho edificio esta abandonado y en estado ruinoso, por lo que se hace necesario proceder a su derribo. El Ayuntamiento de Getxo acordaba que: Ya que no existe en este pueblo ningún propietario de dicho inmueble que esta abandonada por completo, y conocido el ruinoso estado de la citada casa, y ya que según noticias recibidas su propietario D. Juan Ibarra se halla en la Isla de Cuba, se autorizar el derribo de la misma de conformidad con las Ordenanzas Municipales vigentes a fin de evitar todo peligro...”
Llegando casi a los últimos días de mayo de 1897, las tarifas de los tranvías y ferrocarriles experimentaban una subida en sus precios, se veía venir la llegada del estío y la mayor afluencia de bañistas a nuestras playas y establecimientos hosteleros, por lo que los propietarios de esos medios de comunicación aprovechaban para hacer su “agosto”: “...La Compañía del Tranvía Eléctrico de Bilbao ha anunciado las nuevas tarifas y modificación de secciones en el servició de viajeros que regirán desde el día primero de Junio próximo: Las secciones serán cuatro en ambas líneas, en las correspondientes a Guecho: En la de Las Arenas.- De Luchana a Las Arenas (Plazuela) y de Las Arenas a Algorta, los precios serán de: Una sección 40 céntimos y la otra sección 45 céntimos. Se expiden billetes para los obreros (ida y vuelta) de 30 céntimos, de Bilbao a Portugalete o Las Arenas y de 35 hasta Santurce o Algorta...” Por otro lado la Compañía del Ferrocarril de Bilbao a Las Arenas anunciaban sus nuevas tarifas: “...El Ferrocarril de Bilbao a Las Arenas, desde el 1 de junio próximo, da a conocer las tarifas que regirán en 1ª, 2ª y 3ª clase: Billetes de ida de Bilbao a Las Arenas, 0,70 pesetas, 0,50 y 0,40 pesetas; en billetes de ida y vuelta de Bilbao a Las Arenas: 1,15 pesetas, 0,90 y 0,70 pesetas. Además se establece tarjetas de abonos para veinte viajes entre Bilbao y las demás estaciones, de la línea a precios reducidos y también billetes de abono...” (El Nervión del 21 de mayo de 1897).
En ese mismo año, en una publicación francesa el día 21 de mayo de 1897, aparecía un árticulo relacionado con nuestro «Transbordador», el Puente de Bizkaia, que fue contestado con otro por un diario local, El Nervión del 26 de mayo. En la contestación del diario bilbaíno se decía: “...El puente “Vizcaya.- En la crónica, científica publicada en el número del diario francés titulado La Petite Gironde, correspondiente al día 21 del actual, y firmada por Mr. E. Rodier, se trata extensamente del puente colgante de Portugalete, que une ambas orillas del Nervión en su desembocadura al mar. AI hacer el cronista la descripción de dicha obra, afirma que el ingeniero francés Mr. Ferdinand Arnodin es el inventor de tal sistema de puentes, siendo éste, agrega, quien construyó el de Portugalete, o sea el primero que de éste género se construyó en el mundo. Creemos que el articulista del periódico francés ha incurrido en una omisión por virtud de la cual queda en su trabajo, sin la gloria que le corresponde, nuestro amigo y convecino el distinguido ingeniero D. Alberto Palacios, que fue quien ideó la colosal obra de que se trata y dirigió en persona la construcción del Puente de Portugalete sobre el río Nervión. Cónstele así al señor Rodier, autor de la crónica que aparece en el periódico aludido bajo el titulo «El Puente con trasbordador»...” (El Nervión del 26 de mayo de 1897).
Pues bien, según lo publicado hasta la fecha, para aclarar aquella “polémica”, cabe decir lo siguiente: El puente Vizcaya fue proyectado en 1888 por D. Martín Alberto de Palacio Elissagüe (1856-1939), junto al ingeniero francés Mr. Ferdinand Arnodin, quien un años antes había patentado la idea del transbordador. El «Puente Vizcaya» en lo que tiene de Transbordador fue invención de Palacio y en lo que tiene de Colgante se debe a la contribución de Mr. Arnodin.
El diseño fue obra del ingeniero Alberto Palacio Elissague. El ingeniero francés Ferdinand Joseph Arnodin se hizo cargo de la construcción de la obra, y el empresario textil bilbaíno Santos López de Letona (un indiano enriquecido en América) fue el principal valedor y financiador del proyecto .
La construcción de nuestro transbordador fue lenta, no se ajustó al proyecto inicial en las condiciones técnicas, ni en las económicas, ni en los plazos, y no fue ajena a conflictos entre ambos ingenieros. Las obras dieron comienzo el 1 de julio de 1890, sin embargo aquellas discrepancias surgirían desde el inicio de la obra, fundamentalmente debidas a las diferencias de criterio sobre la idea de la funcionalidad de dicho Puente. Mientras que Alberto Palacios consideraba la obra como algo personal, y proponía ideas innovadoras sobre dicha obra (la instalación de cafés o restaurantes, una pasarela superior y ascensores); Mr. Arnodin entendía aquel transbordador como algo simple y funcional. Las discrepancias sobre su construcción llegaron a tal nivel que se hizo necesaria la intermediación del autor de la afamada torre parisina, Mr. Gustave Eiffel, de quien Palacios fuera discípulo.
El Transbordador, Puente Colgante o Bizkaiko Zubia, se inauguró oficialmente el 28 de julio de 1893. Y es Patrimonio de la Humanidad desde 2006. Algunos de los datos referidos al «Puente Palacio o Puente Vizcaya» fueron publicados en enero de 1896, en la Sección de “Apuntes Vascos” por el diario “El Noticiero Bilbaíno”.
En la próxima entrada de esta serie veremos como, un nuevo vapor de la Compañía Aznar y Sota, el «Portugalete», llegaba al Abra con objeto de abanderarse.
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