En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como algunos actos de heroísmo, en la playa de Las Arenas, eran recompensados por la Junta de Salvamento de Náufragos.
Continuaba el pleno municipal del Ayuntamiento de Getxo, del 26 de noviembre de 1896, y en el se trataba sobre el Hospital Hospicio de Algorta: “...Se da lectura a un oficio de la Dirección General del Real Noviciado de las Hijas de la Caridad, poniendo en conocimiento de estas Alcaldía que el día 23 del actual salieron para esta las hermanas designadas para el servicio del Santo Hospital Hospicio, viniendo con el cargo de superiora Sor Francisca Arroz, con quien deberán entenderse para la toma de posesión del establecimiento...”
Contaba anteriormente, que a mediados de noviembre de 1896, a nuestro puerto, había llegado un vapor de otras latitudes, con algún marinero enfermo de la temida viruela. Pues bien, “El Ángel de la Muerte” que era como se conocía a esa enfermedad, ya estaba entre nosotros. En el pleno del 26 de noviembre de 1896 se trataba sobre ella, y sobre las medidas que se venían tomando para evitar su propagación: “...Este Ayuntamiento, en vista de que no da el resultado apetecido el situar guardias en las casas donde existen algunos enfermos, y a pesar de los sacrificios realizados que reportan al Municipio importantes gastos. Acordamos que hasta tanto no fueren aquellos síntomas declarados epidemias, pero siempre recomendando a los dueños de las casas sonde ocurrieren casos de enfermedades contagiosas, el más estricto aislamiento y cuantas precauciones fueren necesarias para evitar su contagio...”
En el pleno municipal del 3 de diciembre de 1896 se trataba sobra la conveniencia de mejorar el aspecto de la bajada a Ereaga: “...Se da cuenta de una instancia de D. Antonio Arechavala, quien se ofrece a realizar algunos arreglos, realizando algunas plantaciones y mejoras en la bajada a Erega. El Ayuntamiento de Guecho acuerda solicitar a dicho señor, que tenga la bondad de pasar un proyecto razonado con las mejoras que plantea realizar...”
En ese mismo pleno se volvía a tratar sobre el muro de defensa de la ladera de Satistegi: “...Se da cuanta de un oficio del Sr. Gobernador Civil de la Provincia fechado el día 1 del actual, adjuntando el expediente promovido por este Ayuntamiento para construir un muro de defensa, contra los embates del mar, al pie de los escarpes del monte de Satistegui en el barrio de Algorta de esta Anteiglesia, cuyos corrimientos afectan a una de las principales calles de este barrio, dicho expediente remite a aquella autoridad para que esta Corporación Municipal con vista del informe emitido por la Jefatura de Obras Públicas con fecha del 16 de noviembre pasado, se sirva comunicar si acepta o no la modificación que propone para hacer viable dicho proyecto. Tras leer con detenimiento el informe y la modificación propuesta, la cual se fija en un plano, este Ayuntamiento acuerda por unanimidad manifestar al Gobernador Civil que esta Corporación acepta la modificación propuesta, en cuanto al emplazamiento del muro propuesta por la jefatura de Obras Públicas en el informe del 16 de noviembre, pero se reserva la misma Corporación Municipal aceptar o no las condiciones facultativas que trata de imponer aquella para la realización de la obras de referencia...”
Por último, en aquel pleno municipal, se daba la gracias a las Hijas de María: “...Acuerda el Ayuntamiento que en su nombre el Sr. Alcalde y Presidente se den la más expresivas gracias a las Hijas de María de la Asociación de Algorta, las cuales graciosamente sin retribución alguna han hecho trabajos de arreglo, repulgos y todo los demás necesario de las sabanas y fundas de almohadas para el Hospital Hospicio de este Municipio...”
El día 4 de diciembre de 1896, la prensa bilbaína, informaba sobre asuntos de cierta relevancia: “...La Academia de ciencias de Francia ha emitido un informe declarando que el Siglo XX comenzará a contarse el día 1º de enero de 1901, y no el 12 de enero de 1900, como se creía generalmente...” (El Noticiero Bilbaíno del 4 de diciembre de 1896).
Por otro lado, la misma rotativa, y en la misma fecha, informaba sobre los colegios de Primera Enseñanza de Bizkaia: “...Hay en Vizcaya las siguientes escuelas Públicas: De niños, superiores, 2; elementales completas, 135; de niñas, elementales completas, 131; incompletas 2; de ambos sexos, dirigidas por maestros, 31; dirigidas por maestras, 12; de párvulos, 8; de adultos, 8. Lo que hace un total de 339 centros...” (El Noticiero Bilbaíno del 4 de diciembre de 1896).
Mientras que otro de los diarios de la época recordaba una triste efeméride: “...Anoche se celebró en este sagrado templo la tradicional función religiosa, por el 42 aniversario del terrible azote conocido por el Cólera Morbo, que en 1854 diezmo esta Villa...” (El Nervión del 4 de diciembre de 1896).
Según contaba la prensa bilbaína el temporal que amenazaba la costa bizkaina era de gran magnitud: “...El mar se hallaba ayer imponente, y por este motivo hasta la marea de la tarde no hubo ni entrada ni salida de vapores. Según nos dicen, uno de los vapores que intento salir, hizo una guiñada y fue chocar contra el muelle de Portugalete...” Así que los paganos del temporal fueron los patos: “...Son tantos los patos de mar que se ven estos días en los muelles de Portugalete y la Benedicta, que varios pescadores se dedican a cazarlos...” (El Noticiero Bilbaíno del 6 de diciembre de 1896).
Y en medio de aquel temporal, una noticia del barrio de Las Arenas saltaba a la prensa: “...Con motivo de la festividad de Nuestra Señora de la Concepción, el pequeño orfeón de la Sociedad Recreativa de Las Arenas cantará a las siete de la tarde en la Iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes una Salve de R. Calahorra, y maña a las nueve, una misa de L. Bordesse. La parte del órgano esta encomendada a D. Millán Armero y Echevarria pianista de la referida Sociedad...” (El Noticiero Bilbaíno del 7 de diciembre de 1896).
En la próxima entrada de esta serie veremos como el Administrador Especial de Hacienda de Bizkaia ordenaba se le remitieran los amojonamientos y deslindes de los pueblos de la Provincia.
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