En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, a nuestro puerto, muchas veces, llegaban vapores de otras latitudes, con algún marinero enfermo.
Publicaba un diario bilbaíno en sus páginas la Memoria de la Junta de Obras del Puerto y Ría de Bilbao del periodo de 1895-1896, en las que incluía las concernientes a nuestra Anteiglesia: “...Hemos recibido la Memoria de la Junta de Obras del Puerto y ría de Bilbao. En ese documento del ilustre ingeniero Evaristo de Churruca expone la marcha de las obras del rompeolas, que son las más antiguas de las que están en construcción, luego trata de las del contramuelle, y después de las obras de nueva construcción que se acababa de terminar en el interior de la ría...” Al hablar de las obras del Contramuelle decía el informe: “...La longitud de esta obra en total ha de ser de 1.500 metros aproximádamente. A la terminación del año económico, el 30 de Junio último, tenía la nueva infraestructura una longitud total de 216 metros. Hubo que construir un muelle transversal de 35,5 metros de longitud que enlaza la obra antigua con la nueva; trasladar la Titan de un lugar a otro; también se ha echo la escollera del basamento de la nueva superestructura, se ha trabajado en completar con bloques el basamento de la defensa exterior, la cual solo puede realizarse en las pleamares vivas y con mar bella. En el taller de Axpe estaban construidos el día 30 de junio casi todos los cajones uno que serán necesarios para la campaña del verano y otoño. La cantidad abonada a los contratistas durante este año económico asciende a 2.724.722,10 pesetas, agregada esta suma a la de años anteriores hace un total de 14.350.087.76 pesetas...” Seguía el informe con lo referente al Contramuelle: “...El contramuelle o dique del Este es complemento indispensable del rompeolas del Oeste, puesto que por el espacio de más de un kilómetro de anchura comprendido entre la cabeza de este último y la costa de Algorta entra una gran marejada, que ya directamente o por reflexión en dicha costa había de transmitirse a la superficie cubierta por el rompeolas, era necesario interponer un dique que la desviara para dejar una boca donde puedan entrar y salir los buques con facilidad. El dique proyectado para este objeto fue aprobado por R. O. del 14 de agosto de 1893, tiene 1.096 metros de longitud, a partir de la extremidad de las peñas llamadas Arriluce, situadas al pie del promontorio o punta donde, en otros tiempos, estuvo situada la batería conocida con el nombre de “La Begoña”. Además del dique la obra comprende una carretera de 602 metros de longitud, apoyada en un fuerte muro de contención de 510 metros, con alturas que varían desde los 4 a los 11 metros, que sirven para enlazar el origen del contramuelle con la carretera de Algorta a Las Arenas...” (El Noticiero Bilbaíno del 24 de noviembre de 1896).
La víspera de aquel mismo día una desgracia motivada por la mar estuvo a punto de acontecer cerca de la escollera de Algorta: “...Cerca de la escollera de Algorta fue a pique ayer por la mañana una lancha tripulada un marinero el cual, cuando se hallaba a punto de desaparecer entre las aguas, fue salvado por los tripulantes de la lancha que hace el servicio de baliza...” (El Noticiero Bilbaíno del 24 de noviembre de 1896).
Algunos actos de heroísmo en la playa de Las Arenas eran recompensados por la Junta de Salvamento de Náufragos: “...La Junta de Salvamento de Náufragos ha acordado conceder la medalla de bronce y diploma correspondiente a los bañeros de la playa de Las Arenas, Alejandro Larrea, Eusebio Echaguri y José Rubio, por haber salvado al bañero Joaquín Salazar, y a dos personas más...” (El Nervión del 26 de noviembre de 1896).
En el pleno municipal de Getxo del 26 de noviembre, se trataba entre otros asuntos, de las aguas sucias en la zona de María Cristina, que afectaban y causaban problemas de asentamiento en alguna propiedad cercana: “...Se da lectura a una instancia presentada por Dña. Manuela R. Arteta, en la que solicita que para evitar los perjuicios que causan tanto a la propiedad particular cuanto a la comunal, las aguas y materias fecales que desembocan en el monte conocido por “Carnicería Vieja”, bajo el paseo de María Cristina, procedentes de las casas inmediatas a la que habita la exponente, causando reblandecimiento en el terreno por donde cursan, se construya una nueva alcantarilla que partiendo desde las inmediaciones de la casa de Dña. Joaquina Aguirre, se una a la existente cerca de la del finado D. Pedro B. Sarria la cual desagua en Ereaga...”
Seguía el pleno municipal y en el se trataba sobre la destitución del organista de San Nicolás de Bari de Algorta D. Pablo Mugica y también profesor de la clase de solfeo en las Escuelas de la Plaza llamada de la Constitución (Actual San Nicolás): “...Quedó enterado el Ayuntamiento de una comunicación del Cura Párroco de San Nicolás de Bari de Algorta, en la que da cuenta de la destitución del cargo de organista de la misma D. Pablo Mugica, acordada por la Junta de Fabrica a consecuencia de los comunicados publicados por el mismo, en el Noticiero Bilbaíno los días 15 y 20 de noviembre. Declarando vacante la plaza hasta la fecha ocupada por dicho organista, por cuanto cesará en su empleo desde el día 30 de noviembre del presente año. Y como quiera que tiene entendido esta Junta de Fabrica que esta Corporación satisface, aunque indirectamente, un sueldo al organista, se se apresura a poner en conocimiento del Ayuntamiento tal determinación tomada a su pesar...” En la carta enviada por D. Pablo Mugica a la prensa el día 15 de noviembre decía: “...El día 9 de Agosto de este año fué examinado el órgano de esta Parroquia por D. Castor Gorrichategui, quien dice en su certificado: Que da por bastante bien afinado y respondiendo todos los tubos o cañas con la debida precisión que se puede exigir a los órganos de su clase y precio. El 11 del mismo mes, se celebro una solemne función de Iglesia, se cantó la gran misa del maestro Zubiaurre a piano y armónium, y tocando dicho órgano, en los intermedios observé, muy sorprendido, que el órgano estaba desafinado en su conjunto, en cuyo momento llamé a tocar a un señor profesor de bien merecida reputación que estaba presente, quien dijo que estaba muy desafinado. Así las cosas, al día siguiente subí de nuevo al coro y examiné registro por registro, nota por nota, por quintas y octavas, resultando que no sólo era desafinación general, sino que las notas del pedalier estaban más altas que las de los teclados; en segundo lugar que algunas notas fundamentales del flautado 13 no contestaban hasta muy después de pisar sus teclas, faltando por consiguiente aquella precisión supuesta por el Sr. Gorrichategui en su certificado, de términos antitécnicos; además de toda esta calamidad, los sonidos en todos sus registros y eran y son de igual volumen. ¿Cómo ha examinado el Sr. Gorrichategui en cuestión? ¿Con los oídos enguatados y con los ojos sin vista? Antes que conteste en genero “sepulcral” o en género fugado, debo decirlo muy en alta voz que el órgano de esta Parroquia de Algorta está y estaba en una desafinación monumental. Para que resalte una vez más la verdad de mi aserto por sus cuatro costados, y acto continuo digamos al pueblo en alta voz, “sotto voce, et totta forza”: Pueblo de Algorta: el órgano de vuestra Parroquia yace en completa desafinación y descomposición. Entre tanto invito a todos los Algorteños a que vengan a escuchar dicho órgano, pues gustoso les acompañaré. Vivo en Calleja, Nº 2, planta baja...” Aquella misiva le siguió la contestación del organista D. Cástor de Gorrichategui el día 18 de noviembre de 1896: “...En el número del día 15 de noviembre de su periódico aparece un comunicado suscrito por D. Pablo Mugica, en el que este señor al cabo de tres meses, y a pretexto de de rebatir una certificación relativa al reconocimiento que, rogado por el señor cura, practique en el órgano de la parroquia de Algorta, a consecuencia de un pequeño arreglo ejecutado por un organero, a quien no conozco. Rechazo cuanto se afirma respecto a la certificación de referencia...” Al parecer y como quiera que el Sr. Gorrichategui, en un parte de su comunicado que no recojo en este escrito, hacía referencia a que la forma correcta de actuar debía haber sido hacer las consideraciones a través de la Junta de Fabrica, deja traslucir que en aquel enredo había alguno desencuentro entre el Párroco, la Junta, Mugica y finalmente el Sr. Gorrichategui, ya que venía precedido de una queja de los vecinos de Algorta, que apareció en el diario El Noticiero Bilbaíno del 2 de enero de 1896: “...Nos escriben de Algorta.-Parece que los vecinos de esta localidad estamos condenados, a no escuchar como antaño, los hermosos acordes del órgano de esta parroquia, al cual hace muchos meses esta cerrado, por hallarse en malas condiciones. Sabemos positivamente que nuestro organista, D. Pablo de Mugica, ha puesto el asunto en manos de la Junta de Fabrica. Hace algunos meses se abrió una suscripción entre cierta parte del vecindario. Se recogieron unas 1.000 pesetas, las cuales unidas a las 2.000 que tiene prometidas el Ayuntamiento, no llegan para cubrir la reparación. ! Pues que se abra una nueva suscripción para realizar una obra tan importante, y arreglar el armónium!...” Castor Gorrochategui (1849-1916) fue un berriztarra organista y director de Banda en Durango, y antecesor de Guridi en el órgano de los Santos Juanes de Bilbao.
En la próxima entrada de esta serie veremos como se notificaba al Ayuntamiento de Getxo la próxima llegada al Hospital Hospicio de Algorta de las Hijas de la Caridad.
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