En la entrada
anterior, de esta serie, veíamos que algunas veces las discrepancias con la
Administración Provincial, respecto a las recaudaciones, provocaban choques epistolares entre la misma
y nuestro Consistorio.
El 7 de
diciembre de 1893, aparecía en “El Noticiero Bilbaíno” la que seguramente será
primera referencia a la festividad de San Nicolás de Bari en el Puerto Viejo de
Algorta. La fiesta y el ambiente era relatado así: “…FIESTA DEL PUERTO. Es la que la
gente de remos dedica a la veneración de San Nicolás de Bari, patrono de los
marineros de esa localidad. Comienza con un pasacalle a las del alba. Los
tamborileros le silban y redoblan, y el bullicioso sequito les hace coro con
voces y sansos acompañados de ágiles saltos y acompasadas piruetas. No falta
entre la alegre turba, quien por lo bajo, canta esta prestada copla:
¡Viva la broma
¡Viva el jaleo…
Que todo lo paga el Pueblo!
De que pagan
toda la fiesta los marineros lo certifican los párrocos y los músicos, y lo
atestiguan los alumbrados excepcionales de las calles y de adentros, y las
expansiones de ánimos que se exteriorizan en pies y lenguas, por medio de
algazaras y danzas.
Por su parte en
calidad de marinos y de emigrantes de mar, hacen pie en la fiesta no pocos
algorteños de viso. Su exhibición es más sosegada, sus alborozos de plaza
apenas se perciben, y sus fervores están más en la mesa, bien surtida de carnes
suculentas, pescados exquisitos, aves de delicado gusto, entremeses variados y
selectos vinos, aromáticos y espumosos varios de ellos; y en cafés, licores y
tabacos lo más superior, que en aquella mesa se sirve en abundancia y con
esmero. Al fin de fiesta se habla ya por los codos, y en todos los idiomas; y
se brinda y se perora, todo humorístico y de buen tono. El Santo, satisfecho de
la devoción fervorosa, con que le han rendido culto. Mañana algunos duelos de
cabeza y de abdomen, con algunos quebrantos de bolsillo. Y todos esperando,
desde hoy, el retorno del Santo…” Firmaba
aquella crónica un tal F.R. de la Peña.
Durante los días
previos al 14 de diciembre de 1893 arreciaron los vendavales, ocasionando
algunas roturas y derribos en redes de comunicaciones: “…En Las Arenas cayeron, como
consecuencia del fuerte viento, dos postes de la línea telefónica…”
A mediados de
diciembre de 1893, la prensa diaria lo fechaba en el 18 de ese mes, la llegada
a lonja del pescado se producía en importantes cantidades. Habían llegado más
de 7.000 kilos de pescado: “…El pescado llegado al mercado,
El día 20 de
diciembre de 1893, tal y como relataba el diario “El Nervión” de esa fecha: “…Se
celebraba en Algorta el funeral por D. Antonio Uriarte Arana, quien fuera
Diputado Provincial y afamado industrial y comerciante…”
El 21 de
diciembre de 1893 se leía en el pleno del Ayuntamiento de Getxo un oficio
relativo a la construcción de un caño en el barrio de Las Arenas: “…De la
cuenta de una instancia de D. Ramón Astorquiza, cantero y vecino de esta, en el
que manifiesta que quedó a su cuenta el remate encargado por varios vecinos de
Las Arenas, para la construcción de un caño de
Se daba cuenta
también en el pleno de una carta, dirigida al Alcalde el 18 del actual, por el
Director Gerente de “Eléctrica del Nervión S.A.”: “…En la que pide se le manifieste
si esta Corporación estaría dispuesta a aceptar en principio la oferta de dicha
Sociedad para establecer la luz eléctrica en Las Arenas y Algorta…” El
Ayuntamiento de Getxo acordaba: “…Aceptar en principio la oferta y señalar el día 27 del actual de
14:00 a 15:00 de la tarde para realizar una entrevista en esta Casa
Consistorial, por parte del Consistorio
acudirán el Alcalde y el Síndico Sr. Laca…”
Por aquellos
días las labores de cartería, encargándose de “levantar de los buzones” las
cartas: “…Era cometido de D. Domingo Buñuel quien percibía por su trabajo diario
la cantidad de 60 pesetas anuales…”
Entre los pagos
que se acordaban en aquel pleno estaban los siguientes: “…A D. Pedro Ganchegui 26,70 pesetas
por 1.100 hojas para la rectificación del padrón de habitantes y 75 pliegos
para copiar dichas hojas.
Al farmacéutico
de Las Arenas D. Fermín Unanue por
recetas despachadas de medicamentos
específicos para pobres 6,25 pesetas.
A D. Benigno
Zarranz 165 pesetas por cenas despachadas a los músicos de la localidad de Las
Arenas durante las romerías del verano último.
A D. Manuel
Cámara 10,35 pesetas con cargo a imprevistos, por lo suministrado con motivo de
varios cadáveres levantados de oficio.
Al Cabo de
Puesto de la Guardia Civil de Las Arenas 22.50 pesetas por mitad de la
subvención al teléfono en unión con Lejona, del trimestre que vence el 31 del
actual.
A D. Antonio
Ugarte 60 pesetas por la comida facilitada a la mesa de la Casa Hospital el día
19 de noviembre último con motivo de las elecciones municipales; al mismo otras
150 pesetas por las camas compradas para el Fuerte las Canteras con motivo de
la enfermedad colérica, padecida durante el mes de septiembre último.
A D. Justo
Ugarte 90 pesetas por alimentos suministrados durante 12 días a la tripulación
del pailebot “Joven Jaimito” que naufragó en la playa de Ereaga el día 19 de
noviembre.
También se
autorizaba al Alcalde mandar a imprimir el reglamento formado para el servicio
del Nuevo Matadero de Alango y algunos carteles para exponer al público dicho
reglamento...”
El día 23 de
diciembre de 1893 se conmemoraba una efeméride dolorosa para el arte de Dioniso.
Decía el diario “El Noticiero Bilbaíno” en aquella fecha: “…Hoy hace 75 años
que un horroroso incendio redujo a cenizas el primer teatro que tuvo Bilbao.
Fue construido en 1799 en la calle de la Ronda, en el que arrebató a los
bilbaínos con el poder de su talento el famoso actor Maizquez…” Al
parecer fue en 1798 cuando tres aficionados al teatro, los Sres. Adán de Yarza,
Pedro de Azaola y Andrés de Escondrillas, proyectaron la construcción de un
teatro para comedias. El lugar elegido para su ubicación fue la calle de la
Ronda. El 4 de noviembre de 1799 veía abrir sus puestas el que fuera llamado
“Teatro Coliseo, que tuvo una vida de 18 años.
El día de
navidad de 1893 una intensa niebla cubría las calles y un frío glacial hacía
crujir los huesos, al menos eso relataba la prensa bilbaína. En algún asilo la
cena de tan señalada fecha consistió en: “…Berza en aceite, carne estofada, huevos en
salsa, compota y ración de vino…”
En 1893 la
administración de la lotería era noticia en Las Arenas, en el pleno del 28 de
diciembre de ese mismo mes se daba cuenta de: “…Un oficio remitido por el Director
General del Tesoro Público y ordenador general de pagos del Estado, quien
participa que en virtud de la renuncia presentada por D. Andrés Larrazabal del
cargo de Administrador de Loterías de Las Arenas, queda cesante dicho cargo…”
Las obras del
nuevo matadero de Alango estaban terminadas desde el día 14 de diciembre por lo
que el Ayuntamiento decidía: “…Proceder a su recepción provisional, así
como las del caño de dicho matadero, ambas realizadas por el rematante D.
Domingo Zubizarreta…”
Se iba acercando
el final de año, era el 29 de diciembre de 1893, y la prensa bilbaína hablaba
en sus primeras páginas de las obras de Puerto exterior: “…Importantísimas reformas trata de
llevar a cabo la empresa constructora de este puerto, para la mayor rapidez y,
al propio tiempo, para la seguridad de las obras del mismo, Repetidas veces los
señores Alard y Cª., contratistas de éstas, se habían ocupado de la
conveniencia y utilidad que reportaría la construcción de una gran grúa, que
fuera capaz para el manejo de bloques de hasta cien toneladas de peso. El tener
la empresa constructora funcionando en estos trabajos la grúa taller, titulada
«Titán», les retraía de hacer nuevos gastos para el aumento de elementos
idóneos; mas toda vez que esta grúa fue destruida a consecuencia de los últimos
fuertes temporales del mes de Noviembre. La empresa constructora del puerto, se
ha decidido resueltamente por la construcción de una grúa que tendrá un brazo
suficiente para recoger los bloques en la parte interior del puerto y colocarlos
en la parte exterior para la defensa del rompeolas. Dé este modo se evitará el
peligro que de continuo corren las gabarras que hasta aquí hacían esa
operación. Esta trata de introducir una mejora, que si antes no la llevó a
cabo, fue debido a no recargar más su presupuesto. Consiste esta, en adoptar
para la construcción de la superestructura, unas cajas de dos metros de
elevación por seis de longitud; con la suficiente anchura, las cuales,
rellenadas de hormigón de cemento de portland, servirán de base para la
elevación de aquellos muelles, siguiendo el actual sistema de construcción. De
éste modo se evita la construcción de la banqueta exterior, obra de difícil
ejecución, por ser necesario hacerlo durante las horas de la baja mar y solo
con mares muy bellas…”
Terminaba un
año, 1893, que a decir de la prensa había sido: “…Un año terrible, cargado de
Epidemias (Cólera), atentados, tumultos, desordenes, con el conflicto del Riff
aún sin resolver…” Con una despedida muy a la bilbaína: “…Ha
sonado la hora del “Gabonazar”. Esta noche despediremos con cajas destempladas
al año 1893 ¡Buen viaje y la del humo! Cada uno es muy dueño de hacer de la
despedida de este año, de su capa un sayo, pero nosotros aconsejamos que se le
despida a tiros…” Terminaban afirmando: “…Que malo, muy malo tendría que
ser el nuevo año para que no hiciese bueno al que termina…” Y como
despedida del año, los buques surtos en la ría hacían sonar sus sirenas,
anunciando la llegada del nuevo.
En la próxima
entrada de esta serie, sobre el último cuarto del Siglo XIX, con la entrada del
nuevo año, veremos cómo tomaba posesión el nuevo Ayuntamiento de Getxo.
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