En
la anterior entrada de
esta serie veíamos
cómo a
pesar de que ya habían transcurrido más de cuatro años, el tema de
los prófugos del ejército volvía recurrente a las actas
municipales.
El
24 de abril de 1890 la Hacienda Provincial había enviado una
circular a los Ayuntamientos referente a la formación de padrones,
listas cobratorias y cédulas personales para el año económico
1890-1891, en la que indicaban que estos datos debían de ser
remitidos a la Hacienda durante el próximo mes de mayo.
El
24 de abril de 1890 se daba cuenta en el pleno municipal de una
circular de la “Junta de Instrucción Pública de Vizcaya”, en la
que se decía: “...Aprobado
por Real Decreto del 21 de junio, el censo de población practicado
el 31 de diciembre de 1887, se ha acordado dirigir a los alcaldes y
maestros de las escuelas públicas de la provincia la presente
circular con las prevenciones siguientes:
1ª-
Los Ayuntamientos de los pueblos que no sostengan a las escuelas a
que están obligados, o en que los maestros tengan derecho a percibir
aumento de sueldo por haber aumentado el número de habitantes de la
localidad en la que desempeñan su cargo, consignaran en los
presupuestos que formen para el próximo año, la cantidad necesaria
para cubrir los gastos que originen la creación de nuevas escuelas,
y el aumento de sueldos de los maestros.
2º-
Los maestros y maestras de esta provincia que hubiesen ingresado por
oposición en el Magisterio y desempeñen su labor en escuelas cuya
dotación deba aumentarse en virtud del último censo de población,
solicitarán por conducto de esta Junta, mediante una instancia
acompañada de la hoja de méritos y servicios, la expedición de los
títulos administrativos con el sueldo que les corresponda.
3º-
Los maestros y maestras que no hubiesen ingresado por oposición o
que no desempeñen en escuelas que con arreglo al censo no pase a esa
categoría, no podrán percibir el aumento sin que se sujeten a los
ejercicios de oposición y sean aprobados en los mismos...”
El
Ayuntamiento de Getxo para tomar en cuenta aquella Real Orden,
establecía como fecha del censo de población del 27 de junio
de1889, decidiendo: “...Teniendo
en cuenta la escasez de fondos municipales para poder gravar el
presupuesto con aumento de sueldos de consideración, acuerda nombrar
comisionado al señor Teniente Presidente y Regidor Sr. Ajuria para
que oyendo al maestro de Santa María y a la maestra de Algorta,
propongan bases de arreglo...”
Al
parecer los maestros de algunas poblaciones no estaban muy conformes
con la aplicación de aquella Real Orden, ya que el 23 de abril de
1890: “...Un
senador de nombre Alfonso rogaba al Ministro de Fomento que atienda
las quejas de los maestros de escuela que no cobran sus haberes...”
Pues al parecer había poblaciones que sorteaban las reales Órdenes.
El 26 de abril de 1890 “El Noticiero Bilbaíno” decía en una
columna que titulaba “Las Atenciones de Primera Enseñanza”:
“...Raro
es el día que la prensa no publica alguna noticia diciendo que los
maestros de… tal parte se han visto obligados a cerrar la escuela
para dedicarse a otras ocupaciones en la cuales esperan encontrar el
sustento para ellos y sus desdichadas familias. Más de una vez ha
sido el Ministro de Fomento interpelado por este asunto, y siempre se
ha contentado con lamentar, diciendo que ya se habían dictado las
Reales Ordenes. Buenas palabras, eso sí, pero en la mayor parte de
las Provincias van de mal en peor. Y no se nos diga que en los
pueblos faltan fondos con motivo de la crisis por la que atraviesan
numerosas comarcas, porque son estas mezquinas, ya que sería
necesario que las cajas municipales estuvieran completamente vacías
para dejar de realizar los pagos. En los pueblos más abandonados,
los llamados rurales, no exceden los sueldos de los profesores de
5.000 reales al año. ¿Qué ayuntamiento no recauda esa cantidad al
año, por más crítica y lamentable que sea la situación del
vecindario?. Lo que hay es caciquismo, esa lepra asocial que todo lo
invade y envenena en los pueblos, en los que solo se paga a quien el
cacique dispone. ¿Para cuándo los Gobernadores y comisionados
obligaran a los Ayuntamiento a ponerse al corriente de sus pagos?...”
Sin embargo, a decir de aquel diario: “...Felizmente
en el País Vascongado, y más principalmente en Vizcaya, podemos
decirlo con orgullo, no existen ni han existido esas vergüenzas.
Aquí las atenciones de primera enseñanza están siempre cubiertas,
y la autoridad superior de la provincia no consiente que ninguna
corporación municipal se retrase en los pagos. La Provincia que
menos adeudaba a los maestros era Navarra con 1.867,12 pesetas, le
seguían Lugo con 3.405,59 pesetas...”
Al parecer había en algunas poblaciones del Estado, maestros a
quienes se les adeudaba más de cinco años de salarios, en “Egea
de los Caballeros” los propios maestros afirmaban: “...Que
los maestros vivimos de la limosna desde hace cuatro años...”
Tampoco todos los maestros/as de la localidad tenían unas
condiciones de vida dignas o medianamente confortables, ya que por
ejemplo un 24 de abril de 1890, la maestra de la clase de niñas de
la escuela de Santa María de Getxo escribía al consistorio: “...Les
hago saber del mal estado de la cocina y chimenea de mi casa
habitación, de propiedad municipal...”
Por lo que el Ayuntamiento decidía: “...Que
la cocina económica sin uso que está pudriéndose con roña, y que
se encuentra en la habitación de niños de esta localidad, sea
traslada a la de la expresada maestra...”
Y
mientras un escobón y un plumero para limpieza de la Casa
Consistorial, adquirido a D. Regino del Valle en Bilbao, costaba
10,50 pesetas, el consistorio ordenaba realizar trajes de paño y
gorras para los alguaciles o guardias municipales.
La
Banda de Música Municipal que tantos buenos momentos daba a nuestros
vecinos, también era objeto de atención: “...Enterado
este Ayuntamiento de las facturas o notas de precios de los
instrumentos de música para la banda que han remitido los
almacenistas Louis Dotesio, que estaba en la calle María Muñoz y
José Calvo, que estaba en la Plaza Nueva de Bilbao, se comisiona al
Sr. Arrola para la compra de los instrumentos que hacen falta para la
banda de esta localidad...”
En
el punto final del pleno del 24 de abril de 1890 se dejaba sobra la
mesa la propuesta de varios miembros de la Policía Urbana para:
“...Que
se establezca en esta población un individuo que se encargue de la
limpieza y conducción fuera de ella, de las basuras de las calles y
barreduras o desperdicios...”
El encargado de la recogida y conducción fue D. Valentín Cajigas,
quien previa autorización municipal: “...Depositaba
las basuras de Las Arenas, en la Avanzada….”
En
la próxima entrada veremos cómo
la
solicitud de socorros domiciliarios, debidos a los achaques y a la
avanzada edad por parte de algunos vecinos no cesaba.
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