En
la anterior entrada veíamos cómo la solicitud de socorros
domiciliarios, debido a sus achaques y a la avanzada edad de algunos
vecinos, no cesaba.
El
día 14 de mayo de 1890 el pleno trataba sobre una circular de la
Diputación de la Provincia, relativa a los naufragios acontecidos en
Mundaka, Bermeo y Santander: “...El
viernes 25 de abril de 1890 fue un día de luto para diversos
puertos del litoral Cantábrico, desde Bermeo a Mundaca pasando por
Pasajes San Juan y Santander. A pesar de que la mayor parte de las
embarcaciones de Bermeo lograron, gracias al aviso del atalayero,
ganar puerto en medio de un furioso vendaval, una de las
embarcaciones, la “Angelita”, patroneada por D. Domingo Erezuma
naufragaba en Mundaca pereciendo el patrón y un tripulante de la
misma. De Pasajes San Juan fueron cinco los que perecieron a bordo
de un pontín, cuyo patrón era D. Valeriano Pérez. Frente a
Santander se encontraban faenado once lanchas de altura, a las siete
de la mañana el semáforo de la Comandancia de Marina comunicaba de
que la mar era muy gruesa y que algunas lanchas no podían tomar
puerto; de la lancha “Santa Catalina” tripulada por D. Mariano
Benguria fueron 14 los marineros que perecieron ahogados; de la
lancha “Nuestra Señora del Carmen” patroneada por D. Domingo
Renteria fueron 16 los ahogados; de la lancha “San Pedro”
patroneada por D. Domingo Echevarria fueron 13 los ahogados y de la
lancha “Buenas Noches” patroneada por D. Inocencio Mujica 11
fueron los fallecidos...”
El consistorio getxotarra, a petición de la Diputación, acudía en
ayuda de aquellas familias aportando a la suscripción abierta por
dicha entidad provincial, que pedía a todos los habitantes de
Bizkaia acudieran a socorrer a las familias de los desgraciados
náufragos, algunas cantidades de dinero: “...Acordando
suscribirse con 100 pesetas, además los ediles municipales, otros
particulares aportan 42 pesetas como donativo...”
En
el pleno del 22 de mayo de 1890 comenzaba con noticias turbadoras:
“...A
consecuencia de las circunstancias anormales en que se halla la
Provincia...”
Se referían al estado de guerra decretado por el Gobernador Militar
D. Manuel Aguilar Diosdado, el 14 de mayo de 1890, por los motivos
que a su entender se estaban produciendo: “…El
estado de sedición y rebelión en que se han colocado las clases
obreras me obligan a declarar en esta provincia el estado de
guerra...”
Los movimientos obreros desde el primero de mayo se sucedían:
“...Las
reivindicaciones de las ocho horas de trabajo y libertad para poder
realizar las compras de sus alimento en las tiendas que ellos
eligieran y no en los llamados en las minas “Cuarteles”, que no
era si no las tiendas de los propietarios de las minas. Esas demandas
encabezaban las manifestaciones obreras. Por ello los mineros se
dirigieron a las grandes factorías animando a los trabajadores de
las mismas a unirse a su lucha, “Altos Hornos”, “La Vizcaya”
y “Astilleros del Nervión” se sumaban a sus demandas, parando
las factorías. En las calles de Bilbao y pueblos de la ría se
mezclaban uniformados a caballo que venían a reprimir las
manifestaciones, con obreros que corrían ante la porra de los
uniformados. Los ferrocarriles del la margen izquierda quedaron
paralizados. En Ortuella algunos trabajadores resultaban detenidos y
conducidos a los juzgados de Bilbao, se trataba de D. Elías Zayas,
D. Aniceto del Pino, D. Patricio Vicario, D. Facundo Alonso, D.
Nemesio Soto y D. José Ibeas. Otros como D. Facundo Perezagua y
otros miembros del comité Socialista de Bilbao eran llamados al
Gobierno Militar...”
En nuestro municipio se decidía: “...Por
precaución el alumbrado público permanezca encendido por toda la
noche, tanto en Algorta como en Las Arenas, este servicio
extraordinario viene rigiendo desde el 16 del actual. Que con motivo
del acuerdo adoptado por el Consejo de Ministros acerca del envío de
25 parejas de la Guardia Civil para reforzar la vigilancia en esta
Provincia, para la seguridad del Pueblo se han practicado varias
diligencias, consiguiéndose un destacamento de ocho guardia civiles
y un oficial, los cuales quedaron el día 17 alojados en la casa de
D. Eleuterio González ocupando cinco camas, abonando por su
ocupación cinco pesetas diarias. Más tarde han venido otros dos,
ocupando una cama, por la que se ha abonado por el servicio una
peseta...”
Dicha fuerza fue alojada en el edificio del cable en Las Arenas. El
alumbrado público duro seis noches y se abonaron al rematante de
dicho servicio D. Juan José Bilbao 150 pesetas por dicho servicio.
Mientras
el Pueblo seguía con sus rutinas y mejoras en los espacios públicos,
aquella actuación vino precedida de un informe del Arquitecto
Municipal D. Eladio Iturria: “...La
Plaza de San Nicolás ve aumentar su superficie por un acuerdo
alcanzado con uno de los vecinos D. Eustasio Zalduondo, a quien se le
abonan 436,64 pesetas por unas parcelas de terrenos de su propiedad,
para mejorara el ornato público...”
También la calle Mayor mejoraba su aspecto, ya que se estaban
ejecutando obras de embaldosado de las aceras.
En
esas fechas fallecía el peón caminero D. Francisco Guerediaga. Lo
que hizo que el consistorio anunciara públicamente la vacante,
ofreciendo por la misma un sueldo de 730 pesetas al año. Para poder
ocupar dicha plaza el aspirante debía acreditar tener como oficio el
de maestro cantero: “...Dichas certificaciones deberán ser
expedidas por dos maestros canteros conocidos en la localidad,
debiendo saber leer y escribir.
A
D. Sabas García se le abonaron 150 pesetas por el alquiler durante
nueve meses, desde el 1 de julio hasta el 31 de marzo, del Depósito
de Corrección de Las Arenas.
El
29 de mayo se daba cuenta de un oficio de la Diputación Provincial
por el cual debían salir a remate los arbitrios municipales de este
pueblo para el ejercicio de 1890-1891.
En
Las Arenas las obras de mejora del espacio público avanzaban a buen
ritmo. En esos días días se trabajaba en la Plazuela del barrio
(Actual Bizkaiko Zubia), y era D. Marcos Zamacona el encargado de
dirigirlas. Se trataba de retirar las tierras de dicha plazuela para
cubrirla con “resebo” de las canteras de Axpe. La tierra extraída
fue depositada en un terreno que estaba junto a la sacristía de la
Iglesia de Las Mercedes, con objeto de utilizarla en las obras que se
iban a realizar en la carretera de Las Arenas a la Avanzada,
completando dicha obra con la plantación de árboles.
Se
colocaban bancos de hierro en algunos paseos públicos, construidos
en la fábrica Santa Ana de Bolueta, por los que se abonaron 24
pesetas.
La
Banda de Música Municipal parecía estar sometida al escrutinio del
concejo ya que en esa fecha, 29 de mayo, se decidía: “...Se
encargue al Director de la Banda de esta localidad, que además de
concurrir a la procesión de esta mañana, asista con la misma a la
Plaza Pública (San Nicolás de Algorta) en la tarde del próximo
Corpus Cristi con el fin de tocar tres o cuatro piezas bailables,
para que la Comisión Municipal, que presenciará el acto, se entere
del estado de instrucción y capacidad de los individuos de la banda,
o decida si son aptos para hacer compromiso para el próximo año...”
En
los lavaderos públicos de Alango y San Martín las fugas de agua
eran continuas debido a la mala calidad de las llaves de corte, por
lo que se hizo necesario cambiar las mismas por otras con válvulas
en la parte superior del lavadero.
En
la próxima entrada veremos cómo el pleno trataba sobre una
invitación de la superiora de la comunidad de la Purísima
Concepción de Algorta para acudir a una función en honor del Beato
Perboyre.
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