En
la anterior entrada veíamos cómo la población iba creciendo y el
Ayuntamiento de Getxo observaba la necesidad imprescindible de
construir un nuevo cementerio como aumento o ampliación del de San
Nicolás de Bari de Algorta.
El
10 de julio de 1890 volvía al pleno municipal el asunto de la plaza
de toros que D. Manuel Eguia y otros tres vecinos de Algorta
pretendían construir. La corporación municipal recordaba a los
promotores que además de cumplir con las condiciones que les
indicaron el día 3 de julio: “...Que
no se podría abrir al público la plaza sin la autorización previa
del Gobierno Civil de la Provincia...”
La
enseñanza y la labor del profesorado algunas veces era reconocida y
premiada. En ese mismo pleno el Ayuntamiento acordaba: “...Por
recomendación de la Junta local de 1ª Enseñanza conceder a la la
maestra auxiliar de la escuela de niñas de Algorta Dña. Pilar
Ordeñana, por la distinguida aplicación y desvelos para el progreso
de la educación de las niñas, conceder a la expresada auxiliar un
premio o gratificación en dinero de 50 pesetas, a fin de que le
sirva de estímulo para lo sucesivo...”
El
consistorio de Getxo, no solamente auxiliaba a los pobres del
municipio con ayudas de subsistencia, a veces también lo hacía con
limosnas para ayuda de gastos por desplazamientos para tratar sus
dolencias: “...En
vista de una instancia de D. Nicolás…, en la que manifiesta que
por prescripción del médico titular le es indispensable trasladarse
al establecimiento de aguas de Betelu en Navarra, y que careciendo de
recursos para soportar los gastos, suplica se le conceda alguna
limosna de los fondos municipales...”
El Ayuntamiento acordaba que: “…Tomando
en consideración la triste y angustiosa situación del exponente,
concederle de una vez por vía de limosna la cantidad de 50 pesetas
para alivio de los gastos de viaje...”
Se
aprobaba en esa fecha el convenio entre la Comisión de Festejos y la
representante de la Banda de Música “La Bilbaína”, para tocar
en verano en Las Arenas. El consistorio solicitaba: “...A
la Compañía del Ferrocarril y Tranvía de Bilbao a Las Arenas, que
se dignaran en trasladar gratis a dicha banda, cuando acudan al
cumplimiento de su cometido...”
Y, habiendo quedado vacante la dirección de la banda municipal de
Getxo, previa solicitud, el consistorio acordaba nombrar a D. Román
Ibisate con un sueldo de 250 al año; para dotar a la misma de más
instrumental se compraban a D. Luis E. Dotesio cinco instrumentos
nuevos.
El
17 de julio el Gobernador de la Provincia autorizaba:”...Celebrar
cuatro corridas de novillos, en la plaza que construyen los señores
Manuel
Eguía, Félix Viot, Pablo Anzuaga y Juan José Bilbao...”
Por
aquellos días el consistorio trataba de que D. Juan Domingo
Arteagabeitia, único habitante de la misma, desocupara sus
instalaciones. El Regidor Sr. Ajuria planteaba: “...La
conveniencia de mantener arrendada la parte de la habitación, ya que
gracias a su ocupante disfruta la instalación de la limpieza
gratuita del suelo y cristales, y en las épocas de limpieza de las
pilas pone barreños, paños de mano, trapas y aporta otros
servicios...”
Tomando en consideración las informaciones ofrecida por el Sr.
Ajuria el Ayuntamiento acordaba: “...Que
dicho morador continúe viviendo en ella con la condición de que
siga cumpliendo con los servicios arriba indicados, pagando el
municipio por ello una renta anual de 65 pesetas...”
No iba a durar mucho su permanencia en dicha casa ya que el 31 de
mayo del año siguiente debía abandonar sus instalaciones.
La
casa matadero de Algorta iba a ver cambiar de manos el remate de
carnes frescas, ya que D. Francisco Elorriaga decidía ceder sus
derechos y obligaciones a D. Emeterio Camiruaga.
Con
el verano ya empezado, el Ayuntamiento decidía nombrar a los
vigilantes de las playas: “...Se designa como vigilantes de las
playas para la temporada de baños a los mismos del año último, que
son: “...D.
Primitivo Sanz y D. Dionisio Osticoechea, con la asignación diaria
de 2,50 pesetas, el primero para Las Arenas, el segundo para Ereaga y
Puerto...”
El
sastre que confeccionaba los uniformes de paño para la policía
municipal era el Sr. Martínez Parra. Y las comidas que se deban a
los responsables del amojonamiento municipal eran servidas por D.
Manuel Eguia, a quien se le abonaron por las mismas 93 pesetas. Por
otro lado se adquirieron 50 metros de manga de lona para utilizarlos
en riegos y casos de incendio.
Y
como estaban próxima las Fiestas de Santa Ana en Las Arenas, el
Ayuntamiento ordenaba que se colocara un tablado o quiosco en la
plaza de dicho barrio para que la banda tocara en él la música
durante los días 26 y 27 de julio.
El
20 de julio de 1890 el diario “El Noticiero Bilbaíno” recordaba
en su primera plana lo que llamaba “Un triste aniversario”:
“...Mañana
hace catorce años con un gobierno que se llamaba liberal murieron
las sacrosantas libertades de un gran Pueblo, fue un 21 de julio de
1876. Se perdieron los Fueros...”
El
río Gobela, además de ser un cauce por el que discurrían las aguas
que partiendo de Barrika, Sopelana, Berango, Getxo y Leioa llegaban a
Udondo y finalmente al río Nervión, no solo era un simple cauce de
aguas, de vida anfibia, ansiópteros, seboros y ánades y lugar de
densa vegetación, también lo era de actividad laboral. En el se
realizaba una de las labores domésticas más duras: la de las
lavanderas, quienes todos los días acudían a su cauce con sus
tablas de lavar y barreños llenos de ropa. Alguna vez su cauce fue
objeto de expolio, cómo la que dio lugar a una queja el 24 de julio
de 1890: “...Se
da cuenta de una queja presentada por D. Román Scala de esta
vecindad, manifestando haber prohibido el guarda jurado de Las
Arenas, lavar la ropa en el río Govelas en el sitio de costumbre,
manifestando estar aquel sitio reservado para las lavanderas del
establecimiento de Baños de Mar Bilbaínos...”
Establecimiento hotelero que había cerrado con estacas y alambres
aquel punto. El Ayuntamiento, tras estudiar la situación acordaba:
“...Manifestar
a D. Andrés Larrazabal como administrador de dicho establecimiento,
lo siguiente: Que el cauce del río es público conforme al articulo
30 de la Ley del 11 de junio de 1879. En la conforme a lo indicado
en sus artículos 52, 120 y 123 no es posible realizar obra alguna el
los tres metros del cauce sin permiso de la autoridad competente. Por
tanto se ordena al mencionado Sr. Larrazbal destruya la estacada y
deje el paso libre del río en una franja de tres metros de ancho...”
En
esa fecha la plaza de toros de Algorta estaba concluida, por lo que
la empresa constructora solicitó al Ayuntamiento: “...Que
las obras sean reconocidas por persona inteligente de dicho
Ayuntamiento...”
El consistorio nombró al arquitecto municipal D. Eladio Iturria:
“...Para
que junto con otro técnico de su agrado reconozca dicha plaza...”
El Ayuntamiento decidía: “...Conceder
a dicha empresa la bodega o planta baja de la casa conocida con el
nombre de Hospital, para encerrar en ella los toros o novillos, para
las corridas que proyecta celebrar, teniendo sumo cuidado en el
tránsito de los animales, tanto a la entrada como a la salida, no
causen ningún daño...”
Las
deudas del Estado con la Anteiglesia de Getxo seguían pendientes,
por eso se hacía entrega en la Capitanía General de Vitoria: “…Con
fecha del 19 del corriente de dos instancias, una para el Ministerio
y otra para dicha Capitanía, con los documentos de los suministros
hechos por este municipio a las tropas del gobierno durante la última
Guerra Civil, importando en todos los conceptos 56.628 pesetas...”
Una
de las notas de obras municipales ayudaba a situar la farmacia de D.
Cándido Zugazagoitia: “...Las
obras se han realizad en un callejón que empezando frente a la
farmacia de Zugazagoitia termina en la escalinata de bajada a
Ereaga...”
Y
ya metidos en las fiestas de Las Arenas, las de Santa Ana, el
consistorio decidía acudir en corporación a la misa mayor que se
iba a celebrar en la ermita de la Santa el día 26 de julio.
En
la próxima entrada veremos cómo la prensa hablaba sobre las ya
próximas fiestas de Getxo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario