El
embarcadero de Areeta-Las Arenas, como decía en anterior entrada,
ha tenido una estructura diferente a lo largo de su historia. El
primero fue levantado en 1880, era perpendicular al muelle y estaba
construido con madera. El segundo y definitivo hasta la actualidad se
abrió al servicio público el 25 de agosto de 1916 y era de hormigón
armado. Cuando se construyó, su función era la de servir para
servicio de pasajeros y tripulación de vapores correo, así como
para pequeñas embarcaciones de recreo y pesca.
A
continuación veremos cómo se produjo el proyecto. Se inició por
una Real Orden del 27 de mayo de 1914. Los datos que aparecen a
continuación están sacados del expediente del Puerto Autónomo de
Bilbao “Liquidación de las obras del Embarcadero para Viajeros en
Las Arenas”, el cual se redactó en 1916 por el ingeniero D. Luis
Camiña.
En
la memoria descriptiva del proyecto explicaba cuál fue el proceso
que siguió la obra: “...El
proyecto se inició por una Real Orden del 27 de mayo de 1914, su
ejecución se otorgó mediante concurso público a la Sociedad
Cementos Portland de Sestao...”
La
primera Guerra Mundial (1914-1918) hizo que la contrata tuviera
dificultades para realizar la ejecución de las obras. Pero fueron
solventadas produciéndose la inauguración del embarcadero el 25 de
agosto de 1916.
La
ejecución de las obras se realizó con pequeñas modificaciones
respecto del proyecto original. La más importante fue la del propio
arranque del muelle, la de los pilotes que iban a atravesar la
escollera para defensa del propio muelle: “...Por
lo que al alejar dicho arranque no fue necesario perforara la
escollera ya que se atacaba una zona de arena...”
Se trataba de unos pilotes de 5,50 metros que fueron sustituidos por
una gran zapata de hormigón, a partir de la cual se levantó el
entramado de la pasarela. Según explicaba el redactor del proyecto:
“...Esta
solución fue necesaria para salir pronto de la escollera, donde las
olas rompían con violencia, por lo que no podían atracar las
embarcaciones empleadas en la hinca de los pilotes.
Por otro lado, fue necesario crear una plaza donde el contratista
pudiera realizar los trabajos sin ocupar la zona de muelle de Las
Arenas, por la que el tránsito era muy activo. Así que se avanzó
3,20 metros hacia el mar....”
Otra
de las modificaciones respecto del proyecto inicial fue: “...Que
en el flotante se suprimieron las casetas destinadas a retretes,
lavabos y teléfono que se había previsto instalar. Se estimaba que
dichas instalaciones pudieran ser perjudiciales para la permanencia
sobre el flotante durante los inviernos. Se estimó que era más
apropiado colocar esos servicios en el ángulo del muelle, en la
caseta de color blanco con forma de “L”. También se redijeron
las defensas de madera para el atraque de las embarcaciones en las
escalerillas…”
Se modificaron las guías del flotante que habían sido previstas de
madera, cambiándolas por otras de hormigón armado más resistentes.
La caseta en forma de “L”, situada en el ángulo del muelle, de
color blanco, que albergaba los servicios, tenía 2 metros de ancho y
la “L” en cada lado una longitud de 14,50 metros. El frente que
daba al mar disponía de unos ventanales con un banco corrido, que
permitía ver llegar las embarcaciones, y en días de aguacero
resguardarse hasta que calmaba el temporal.
Así,
el embarcadero quedaba formado por: “...Un
estructura con forma de escuadra formada por dos espigones; el
primero arrancaba del muelle de Las Arenas y avanzaba en dirección
N. O., el segundo a escuadra con el primero marchaba en dirección
N. E.; la longitud de ambos era de 110,11 y 103,73 metros. El muelle
tenía una tercera sección separada de la segunda, que servía para
unir ambas mediante el flotante, en ambos lados estaba guiado,
permitiendo subir y bajar en los cambios de marea el flotador…”
El primer tramo estaba construido en cinco trozos; el segundo, que
unía ambos lados del flotador, al llegar a éste tenía una
hendidura que permitía alojar la pasarela para acceso al flotante.
La parte fija, que quedaba aislada cuando se retiraba el flotante
durante los inviernos, era denominada en el proyecto “Duque de
Alba”. Ya desde el plano de proyecto de 1914 se contemplaba la
creación del flotante, así como el cobertizo (caseta) de color
blanco, desgraciadamente desaparecido.
El
embarcadero tenía 379 pilotes y un total de 892,50 metros de
riostras longitudinales, además de 534,55 metros de riostras
transversales. El hierro forjado empleado en barandillas, abrazaderas
y azuches alcanzó la cifra de 10.324,80 kilogramos. Disponía de 19
farolas y 14 amarraderos. El presupuesto para la construcción del
embarcadero estimada fue de 177.842,93 pesetas, en gasto final supuso
178.167,26 pesetas.
Se
había previsto satisfacer liquidaciones periódicas según fuera
avanzando la obra por lo que se fueron haciendo pagos periódicos
durante los tres años de duración de la misma (1914-1916).
En
la parte superior de esta entrada podemos ver el plano, donde se
señala en color rojo el diseño del embarcadero, que fue firmado por
el ingeniero constructor un 30 de diciembre de 1916.
El
embarcadero de Las Arenas fue lugar de grandes eventos deportivos,
vio la celebración del Concurso de Natación organizado por el Club
Deportivo de Bilbao el 16 de septiembre de 1923. En la competición
participaron entre otros Josemi Valdés, nadador del Arenas Club,
Ramón Zubiaga y Antonio Ferrer, en disciplinas como 50,100 y 400
metros. Precisamente en una de las fotografías de aquel día se
puede ver a un grupo de participantes sobre el flotante. Las Oficinas
del Arenas Club, donde los nadadores debían inscribirse, estaban el
la calle Barría de Las Arenas.
Otra
de las instalaciones que vio aquel embarcadero fue la colocación de
un surtidor de gasolina mediante una R. O. del 24 de marzo de 1927.
Pero
el tiempo no pasa en vano y esa estructura metálica, que fue objeto
de muchas reparaciones, tuvo que ser reemplazada por otra nueva en
1959. Será objeto de otra entrada.
Dentro
de las incidencias que a lo largo de los años sufrió el
embarcadero, se puede decir que la más traumática fue que en agosto
del 2009, debido al mal estado de la isla del embarcadero, la
Autoridad Portuaria ordenó su derribo. Una verdadera lástima.
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