En
la anterior entrada veíamos cómo en la Provincia de Bizkaia se
producían noticias turbadoras: se declaraba el Estado de Guerra.
Pasados
ya los acontecimientos, entrábamos en el mes de junio de 1890. El
día 4 de ese mes el pleno trataba sobre una invitación de la
superiora de la Comunidad de la Purísima Concepción de Algorta, de
la Congregación de la Hijas de la Caridad de San Vicente Paul (las
llamadas “Monjitas del Puerto Viejo de Algorta”), para acudir a
una función en honor del Beato Perboyre (Gabriel Perboyre, que así
se llamaba el beato, había ingresado en 1817 en el seminario menor
de Montauban (Francia), dirigido por los Padres Lazaristas de San
Vicente de Paúl. Fue colgado en una cruz y estrangulado (1840) en la
ciudad de Wuchang, de la provincia Hubei, China). La función se iba
a celebrar el domingo 4 de junio en la Parroquia de San Nicolás de
Bari de Algorta, a la misma iban a asistir los regidores Sres.
Barandica y Carrandi. Asistiendo posteriormente la corporación en
pleno a la procesión que bajó hasta el Puerto de Algorta.
Mientras,
los socorros domiciliarios de las personas más humildes de la
población seguían siendo demandados, tanto en Algorta como en Las
Arenas, algunos con hijos imposibilitados, otras de viudas carentes
de recursos.
Algunos
cadáveres seguían apareciendo por nuestras playas, como fue el caso
del aparecido el 24 de mayo en la playa de Las Arenas, del que se
hizo cargo el alguacil Miragaray, por el que el consistorio abonó
por su traslado 36,50 pesetas.
El
esos años, al igual que años más tarde, algunos niños eran
abandonados en las puertas de iglesias y viviendas particulares, que
en muchos casos acababan en los asilos. El 7 de junio de 1890 un niño
era abandonado: “...En
la pila del agua bendita de la Iglesia de Santa María de Getxo. Más
tarde fue conducido al asilo de la Santa Casa de Misericordia de
Bilbao, en San Mamés...”
Días más tarde, el 12 de junio, se recibía una carta, de la que en
el pleno de esa fecha, se daba lectura: “…La
Junta Directiva de Niños Expósitos de Vizcaya acusa recibo de un
niño de padres desconocidos que fue remitido a la misma por el
Alcalde de Guecho...”
Tal era el volumen de niños asilados que a veces duplicaba el número
de niños al de adultos. Los niños eran atendidos por nodrizas cuyos
haberes eran satisfechos trimestralmente.
Y
a pesar de que la guerra entre Carlistas y Liberales había terminado
en febrero de 1876, el 12 de junio de 1890 todavía coleaban las
consecuencias de la misma. Los pueblos de la Provincia de Bizkaia y
otros tenían deudas pendientes por suministros de guerra, por lo que
el Ayuntamiento de Getxo decidía: “...Que
en vista de la Real Orden del 8 del actual, inserta en la Gaceta de
Madrid del día 9 relativa a los suministros hechos a las tropas del
Gobierno por los pueblos durante la última guerra civil, acuerda
este Ayuntamiento la formación de una Comisión para preparar un
resumen de los suministros hechos por el Ayuntamiento de esta
localidad durante dichos años a las fuerzas del Gobierno, a fin de
crear un expediente para la reclamación de los suministros...”
El
juego de la pelota en Algorta venía ya de lejos, y se practicaba
cerca de la zona en la que actualmente se hace. Aunque no era bien
visto por el párroco de San Nicolás, ya que en junio de 1890
solicitó al consistorio que se prohibiera jugar en el pórtico de la
iglesia, argumentando que: “...Varias
personas juegan en el pórtico con prejuicio para este local...”
Se colocaron carteles indicando la prohibición bajo multa de 5
pesetas por persona y vez.
El
12 de junio de 1890 se hablaba en el pleno municipal de la deficiente
situación del urinario que se hallaba bajo el quiosco de la música
de Las Arenas. También se informaba de las mansiones que levantaban
algunos hacendados. El urinario “...se
halla sin la decencia que requiere, por lo que se acuerda se proceda
a la ejecución de las obras necesarias para conducir sus aguas al
caño que ejecute D. José María Martínez de las Rivas para el
despacho de las aguas sucias de su casa en ejecución...”
El
alguacil D. Eusebio Uriona de Las Arenas renunciaba a su cargo. El
empleado público también oficiaba de tamborilero, indicando al
consistorio que mientras el Ayuntamiento no encontrara un sustituto :
“...No
tiene inconveniente seguir tocando el tamboril en los días festivos
si conviene al Ayuntamiento...”
El Consistorio acordaba aceptar el ofrecimiento, sacando a oferta
pública la vacante a la que asignaban un sueldo de 912 pesetas
anuales. Los tamborileros, hombres de los que en el Siglo XVII se
decía: “...Que
eran deseados en público y denostados en privado...”
Sobre todo por las élites del poder, siendo acusados de que en días
festivos acudían a sus toques: “...Diferentes
personas así hombres como mujeres de lo cual redundan muchos
escándalos y pecados públicos...”
Motivo por el cual en la Villa de Bilbao llegaron a poner penas de 10
ducados y 20 días de cárcel por el Corregidor: “...Ordenando
no se toque ningún instrumento ni dancen juntos hombres y
mujeres...”
Sin embargo, era muy demandado en todas las festividades en nuestra
Anteiglesia.
Esas
mismas fechas el pleno municipal trataba sobre la conveniencia de
dotar al barrio de Las Arenas de una banda de música que alegrara el
barrio por las tardes durante los días festivos del verano, ya que
en esos días se dejaba notar gran afluencia de visitantes. Para
seleccionar a los músicos se recibieron ofertas de dos grupos
musicales: la “Banda La Bilbaina”, que dirigía el maestro D.
Agustín Ortigosa y la “Banda Municipal de Baracaldo”, que era
dirigida por D. José Crespo. Tan solo diez pesetas separaban ambas,
por función, siendo elegida la primera que había ofertado la
cantidad de 65 pesetas por tocar cada tarde.
Para
la plaza de peón caminero, que tras el fallecimiento en mayo de 1890
de D.
Francisco Guerediaga había quedado vacante, se presentaron cuatro
aspirantes: D. Ramón Astorquiza, D. José Carballido, D. Domingo
Sarasua y D. Ignacio Bilbao. Finalmente, y debido a sus capacidades:
“...Que
practica y ejecuta cuantos trabajos se le encomiendan sin dificultad
en su oficio de cantero, lo que no se acredita en los demás
aspirantes...”
Resultaba elegido D. Ignacio Bilbao y Zarraga.
Y
como ya se iban acercando las fechas de las fiestas del Pueblo, el
consistorio acordaba formar una comisión para: “...Preparar
el programa de festejos del este verano, así como realizar los
contratos con las bandas que han de actuar...”
La responsabilidad de dicho cometido recayó en los concejales Sres.
Arrola, Sainz, Unzaga e Ycaza. También para mejorar el aspecto de
las playas y sus servicios acordaban crear otra comisión a la que
denominaron “De las Playas y Baños” cuyo cometido fue:
“...colocar en la de Las Arenas los postes y machones que se habían
recogido el año anterior y que habían sido tumbados por un golpe de
mar, además de instalar otros 20 nuevos con el fin de que los
bañeros colocaran las maromas
para garantizar la seguridad de los bañistas; señalar los lotes de
casetas de baño, inspeccionado las misma, sus muebles, enseres y
ropas de baño con arreglo al bando; y en Ereaga y el Puerto realizar
la concesión de los lugares donde se iban a instalar las casetas de
baño, interesarse para que el rematante de las mismas realizara una
limpieza adecuada. Todo ello para garantizar la comodidad de las
gentes que acudan a las playas...”
Para este menester fueron comisionados los concejales Sres. Aspiri,
Ajuria y Sainz.
En
la próxima entrada veremos cómo, en el pleno municipal, se hablaba
sobre los arriendos de vinos y carnes frescas.
Seria conveniente que las fotografias fuesen identificadas de donde son y en que año (o aproximacion) fueron tomadas.
ResponderEliminarAsi en esta publicacion me es imposible identificar ninguna de las tres primeras fotos.
La segunda de las fotos parece la entrada al cementerio pero el actual cementerio no tiene la entrada que figura en esta foto
Si deseas comunicarte conmigo puedes hacerlo a mi correo electrónico: abadene@hotmail.es.
EliminarEse cementerio no es el actual, era el que estaba junto a la iglesia de Santa María de Getxo (Desaparecido en los años 50).