En
la anterior entrada veíamos cómo las instancias del Ayuntamiento de
Getxo a las más altas autoridades se tramitaban a través del
Gobernador Civil de la Provincia.
Entre
los visitantes ilustres que acudían a Las Arenas para descansar y
tomar baños de mar, tal y como relataba el diario “El Euskaro”
del 20 de agosto de 1889, si es que eso fuera necesario por su
condición, estaba el arzobispo de Sevilla Fray Ceferino González.
En
el pleno del 29 de agosto de 1889 se acordaba realizar un plano de
edificación de Algorta desde San Martín hasta la Avanzada, que fue
encomendado al ingeniero D. Laureano Gómez Santa María.
También
se autorizaba a D. Francisco Elorriaga para que pudiera extraer
“piedra movediza” de la playa de Ereaga para reponer carreteras
con la condición de que: “...El
trabajo ha de realizarse de sol a sol, de día, y solamente desde la
alcantarilla de la plazuela hasta el punto conocido con el nombre de
Sorguinsulo, en la misma playa...”
Al
parecer el consistorio de Getxo no veía con buenos ojos los efectos
colaterales que la obra del Puerto exterior iba a tener sobre las
propiedades de la costa de Getxo. El Ayuntamiento, en agosto de
1889, por indicación del Regidor D. Eladio Sustacha, acordaba
presentar por parte del Alcade y el propio Sustacha, al ingeniero D.
Evaristo Churruca las razones de la queja que habían remitido al
Ministerio de Fomento: “...Haciendo
comprender la obligación imprescindible en que se ha visto la
Corporación Municipal para presentar ante el Ministerio de Fomento
la oportuna queja o protesta acerca de los prejuicios que han de
sobrevenir a la propiedad de la costa de Algorta por las obras del
nuevo Puerto exterior del Abra…”
El
Presidente de la Comisión de Obras de la Iglesia de San Ignacio, D.
Andrés Isasi, informaba al Ayuntamiento que trataban de colocar un
caño desde la propia Iglesia que pasara bajo la plaza hasta injertar
en la alcantarilla municipal. Solicitaba que les eximiera del pago
del canon establecido. El Ayuntamiento acordó hacerlo por ser un
edificio público. No sucedía así con el resto de los vecinos ya
que sus demandas dependían del informe de la Comisión de Fomento y
de la Policía Urbana.
Por
aquellas fechas era director de la Banda de Música el tamborilero D.
Pablo Arzuaga, quien al parecer por problemas de salud solicitaba se
le concediera permiso para trasladarse a tomar baños de aguas
nitrogenadas-bicarbonatadas al Balneario de Urberuaga en Markina
(Bizkaia). El Establecimiento termal de Urberuaga de Ubilla se
hallaba situado en la anteiglesia de Jemein, a dos kilómetros de
esa villa, en la margen derecha del río Ubilla. Empezó su
construcción en 1869; se inauguró el primer edificio en Junio de
1870. El mismo disponía de capilla, incluso casino y estación
telegráfica. Tenía una fuente denominada de “Santa Águeda” en
la planta baja a la que llegaba agua del manantial del mismo nombre.
La galería de baños disponía de seis gabinetes con pilas de mármol
jaspeado, un departamento de chorros móviles de diferente
orientación (horizontales, laterales y oblicuos), otro de chorros
circulares (descendentes, ascendentes y laterales). Incluso disponía
de un salón de pulverización que permitía tomar chorros laríngeos,
faríngeos, nasales y auriculares. En el se trataban enfermedades
cómo la Laringitis catarral, Bronquitis crónica, coqueluche
(tosferina) y otras de mayor gravedad. En aquella temporada habían
sido tratados en ese establecimiento un total de 1304 pacientes.
Entre los visitantes del Balneario se pueden citar al bilbaíno D.
Enrique de Huagón, D. José Luis de Villabaso y el sevillano D.
Rafael Tuñon de Lara.
Los
trajes de verano de los vigilantes de las playas de Las Arenas y
Algorta fueron elaborados por Dña. Norberta Gaueca y Dña Isabel
Uriarte, cada uno de ellos costaron entre 34 y 20 pesetas.
La
playa de Arrigunaga, la cual se utilizaba como cantera para los
caminos y obras del Pueblo, tenía un camino de acceso estrecho, lo
que hacía difícil el tránsito de los carros de bueyes para sacar
dichos materiales. El 29 de agosto de 1889 el consistorio decidía
ensancharlo: “...Para
poner en un estado regular y transitable para carros el camino de la
bajada a la playa de Arrigunaga era necesario ensancharlo, para ello
se hace necesario cortar parte del ribazo y poner por la parte
inferior unos cordones de piedra para su seguridad, y poner piedra
martillada o menuda en su caja...”
Aquella operación supuso un montante de 450 pesetas para las arcas
públicas.
Llegado
el tiempo de proceder a la elección de los concejales del municipio,
el 30 de agosto, y para cumplimentar las regla n.º 4 de la Real
Orden del 4 de mayo de 1889, el Ayuntamiento de Getxo expuso
públicamente la lista de electores y elegibles. Encabezaba la lista
los vecinos elegibles
de Algorta:
“...Por
la calle Mayor, su Alcalde D. Pedro Amezaga Abaroa, en la misma calle
y a continuación le seguían, D. Juan Antonio Aldecoa Piñaga y D.
Feliciano Ansoleaga Aldecoa. Por la calle San Nicolás aparecían D.
Isidro Achondo Saitua y D. Antonio Libano Goñia. Por Alangüetas
aparecían D. Manuel Aguirregaviria Lazcano y D. Gregorio Arzubuaga
Madariaga. Por la calle el Puerto aparecían D. Joaquin Ardanza Uria
y D. Pedro Larrondo Bilbao. Por la calle del Castillo aparecían D.
Antonio Basterrechea Villamonte y D. Miguel Ibatao Arana. Por la
calle Achecolandeta aparecían D. Juan Jusé Libano Menchaca y D.
Miguel Uria Zalduondo...”
Elegibles
por Santa María de Getxo:
“...D.
Elías Francisco Aguirrechu Maruri, D. Eusebio Azcorra Urteaga, D.
Miguel Astica Basauri, D. Juan Arrieta Larrabeiti, D. Juan Antonio
Guerediaga Ugarte y D. Vitoriano Izcoa Ibatao...”
De los elegibles
del barrio de Las Arenas
aparecían: “...D.
Pedro Arbulu Arriaga, D. Juan Manuel Bereciartua, D. José Larrazabal
Telleria, D. Evaristo Martínez Talledo, D. Luis Peña Zabala, D.
José Puialto Casas, D. Fructuoso Sagredo Melo, D. Román Scala Lera,
D. Antolin Urtega Juaristi y D. Marcos Zamacona...”
Curiosamente entre los
no elegibles
aparecía algún nombre de personajes de relieve económico, como en
el caso de Las Arenas: D. Eduardo Aguirre Labroche. En aquella larga
lista, que obviamente incluía a muchas más personas, de las que he
incluido un pequeño grupo, había otro apartado dedicado a
“Capacidades no elegibles” que sumaban un total de 17 vecinos.
En
la próxima entrada veremos cómo algunos de los instrumentos
musicales de la banda municipal fueron adquiridos al parisino
instalado en Bilbao, químico y litógrafo, D. Luis Ernest Dotesio.
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