En
la anterior entrada veíamos cómo en los meses de verano la
acumulación de basuras en el barrio de Las Arenas aumentaba,
motivado por la llegada de un importante número de veraneantes, lo
que hizo que el consistorio tomara medidas.
A
lo largo de la historia de la Anteiglesia se había venido dividiendo
el Pueblo en secciones para asuntos asociados a elecciones o de
gestión económica. En julio de 1889 nuevamente el Ayuntamiento
acudió a esta división territorial para convocar la Junta Municipal
de Vocales Asociados, con el fin de que ayudaran en la toma de
decisiones y financiación de aquellas obras para las que el
municipio no disponía de recursos propios. Al municipio, de acuerdo
con la Ley Municipal del 4 de octubre de 1877, por tener casi 4.000
residentes le correspondían detentar 3 colegios electorales y por
normativa legal el mismo número de concejales Asociados que
concejales. Aquella Ley en vigor desde 1877 decía en el Capitulo -
II - “De la Organización de los Ayuntamientos”, en su Capítulo
– III - “De la Organización de la Junta Municipal”, en su Art.
67: “…El
Ayuntamiento, antes de finalizar el primer mes de cada año
económico, publicará el resultado de la formación de secciones,
contra el cual puede reclamar cualquiera interesado en término de
ocho días ante la Diputación provincial. La Diputación resolverá
necesariamente dentro de los 15 días siguientes, y su acuerdo será
ejecutivo en los dos años sucesivos…”
Por ello el día 18 de julio el Ayuntamiento exponía las listas, que
una comisión formada por algunos de los ediles habían confeccionado
de las personas elegidas para dicho cargo: “...El
Ayuntamiento una vez presentada por la Comisión nombrada el día 11
de julio para la designación de los Vocales Asociados, con arreglo a
la Ley, que han de formar junto a la Corporación la Junta Municipal
durante el corriente año económico, acordó aprobar dichas listas
con arreglo al artículo nº 67 de la Ley Municipal, y exponerlas al
público durante ocho días...”
Ultimada la formación de secciones, el Ayuntamiento, en sesión
pública, anunciada con dos días de anticipación en la forma
ordinaria y una hora antes, en el mismo día, a toque de campana,
procedía al sorteo de los Vocales asociados entre las secciones.
Por
aquellos días D. Matías Cuevas solicitaba al Ayuntamiento de Getxo
se permitiera a su esposa: “...Colocar
un puesto de venta de verduras y géneros de hortalizas delante de la
cuadra donde guarnecen los caballos del servicio de coches de
Plencia...”
Una
idea del escaso número de casas y habitantes, así como de fuentes
públicas existentes en la época entre la Avanzada y San Ignacio,
nos la da la solicitud que realizaron algunos vecinos: “...D.
Miguel Uria y otos seis vecinos solicitamos que por las distancias
que hay entre las dos fuentes de la Avanzada y San Ignacio, se
coloque una intermedia en el arbolado frente a la casa del
exponente...”
El Ayuntamiento acordó rechazar la petición por el escaso número
de viviendas existentes en la zona y dejar para más adelante, en
caso de que aumentara el número de ella, la colocación de esa
fuente. Sí se tomaba en consideración colocar una fuente pública
junto a la estación de ferrocarril de Las Arenas.
Por
otro lado, ese 18 de julio, se estaba procediendo al arreglo del
camino de Villamonte para lo cual se llevaron los escombros del
pórtico de San Nicolás en carros tirados por bueyes. Como el paseo
público frente a la iglesia estaba en mal estado, se decidió
repararlo colocando baldosa de la fabrica del Sr. Uria. Para dar un
mejor servicio a los veraneantes, se acordó establecer un doble
servicio diario de correo, abonando 1 peseta diaria a quien se
hiciera cargo del mismo, que resultó ser el correo peatón del
Pueblo. El doble correo peatón comenzó a funcionar el día 24 de
julio de 1889.
Se
informaba de los nombramientos de los vigilantes de las playas:
“...Para
la playa de Las Arenas se nombra a D. Primitivo Sanz (carabinero
retirado), para Ereaga y el Puerto a D. Dionisio Osticiechea, ambos
de esta vecindad...”
Por
una circular enviada por el Gobernador de la Provincia, sabemos que
era obligatoria la suscripción a la “Gaceta Agrícola”.
Las
cédulas personales del año 1889 ya habían llegado al Ayuntamiento
para distribuirlas entre el vecindario. Las había de 6 tipos:
“...Las
de 6ª clase (1 unidad) tenían un valor de 15 pesetas; las de 7ª
clase (se habían recibido 4 unidades) suponían un gasto de 40
pesetas; las de 8ª clase (se habían recibido 20 unidades) suponían
un gasto de 100 pesetas; las de 9ª clase (se recibieron 114
unidades) suponían un gasto de 285 pesetas; las de 10ª clase (se
habían recibido 301 unidades) suponían un gasto de 301 pesetas y
las de 11ª clase (se habían recibido un total de 1.313 unidades)
supusieron un gasto de 656,50 pesetas...”
El encargado de repartirlas, rellenarlas, cobrarlas y entregarlas en
la Depositaría del Ayuntamiento, era el auxiliar de la secretaría,
a la vez que de la estación telegráfica de Algorta, D. Emilio María
Saliquet.
Los
tiempos eran difíciles económicamente y había que agudizar el
ingenio para mantener algunos centros escolares privados. Por ello,
el director del Colegio San Bernardo D. Juan Dourte, establecimiento
que estaba situado en Amesti, colocaba un curioso anuncio, que
titulaba “Colonias Veraniegas”, en “El Noticiero Bilbaíno”
el 19 de julio de 1889: “...Desde
el 20 de julio se admiten en el Colegio San Bernardo de Algorta a
aquellos jóvenes que deseen pasar toda la época del verano o parte
de ella recreándose a orillas del mar. Personas dependientes del
colegio acompañarán a las colonias veraniegas a la salida y de
regreso a sus casas...”
Era el mismo centro que unos días más tarde celebraba los exámenes
de su alumnado. Destacaron: “...El
niño Jesús Vozmediano que con tan solo 4 años contestó con
acierto a las preguntas que se le realizaron, Luciano Uria en
latinidad, el maestro que dirigió los exámenes fue D. Román
Ibisate...”
El
24 de julio de 1889 se trataba en el pleno municipal de Getxo sobre
una solicitud de D. Dionisio Zubiaga: “...Deseo
cercar con un muro seco mi heredad denominada Arechetas, lindante al
Oeste con el camino denominado Calle de la Carretera contra la
fábrica de cementos de D. Miguel Uria...”
Esta solicitud nos permite situar aquella fábrica de cemento cerca
de la actual estación de Neguri (antes San Ignacio).
Nuevamente
el Presidente del Club Náutico de Bilbao pedía ayuda al
Ayuntamiento de Getxo para premios en las regatas que se iban a
celebrar en el Abra en el mes de Agosto.
Por
entonces D. Robustiano Larrondo tenía su fábrica de ladrillos en la
Avanzada. Este vecino de Algorta, que fue regidor por el barrio de
Algorta en 1874, fue uno de los artífices del camino que conducía
de Iturrieta a Telletxe y del empedrado del llamado “Tinglado de la
Plaza de San Nicolas”.
La
prensa bilbaína anunciaba las fiestas de Santa Ana de Las Arenas y
la corporación municipal decidía acudir a los actos religiosos que
se iban a celebrar en la ermita, fiestas que en las actas de 1889
registraban como: “...Las
de la ermita de Santa Ana de Lamiaco...”
Las fiestas de Santa Ana se celebraron el día 26 de Julio y 28
(infraoctava de Santa Ana), que coincidían en el tiempo con las
vecinas de Portugale, por lo que algunos de los asistentes a las de
la Villa Jarrillera: “...Acudieron
a la Playa de Las Arenas a poner a remojo la piel. Y las fiestas de
Santa Ana, en Lamiaco, se celebraron en medio de una gran animación,
a pesar de la persistente lluvia. El día 28 de julio se quemaran
vistosos fuegos artificiales en la misma plazuela que los del día
26…”
Incluso el Casino de Las Arenas ofrecía sus servicios en “El
Noticiero Bilbaíno” en aquellas fechas. La repetición de la
fiesta del día 28 a decir de “El Noticiero Bilbaíno” resulto:
“...Animada
como nunca, contando con una gran concurrencia. Y por muchos ísimas
que se le pusieran resultarían pálidos ante la realidad. Los
carruajes, los trenes y el tranvía eran asaltados por los
expedicionarios ante el temor de quedarse de infantería, en sus
deseos de llegar cuanto antes a la campa...”
El tiempo acompañó, las temperaturas estuvieron entre los 21 y
24ºC, con una humedad del 75%. A pesar de que el ferrocarril de
Bilbao a Las Arenas, ante el auge de asistencia, ponía servicios
especiales cada 40 minutos desde las 8 de la mañana hasta las 24:20
horas de la noche: “...A
última hora, en los trenes, se produjo tal aglomeración, con tanta
gente en la estación y fuera de ella, que no hubo fuerza humana para
sostener la avalancha de viajeros. Se produjeron roturas de cristales
y puertas en las unidades, incluso hubo personas que saltaron por la
tapia para acceder al andén. ! Aquello fue la mar, pero con olas de
seres humanos!...”
Se estimaba que en los trenes de ambas orillas (Las Arenas y
Portugalete) habían llegado más de 24.000 personas.
Durante
las fiestas de San Ignacio las plazas de Algorta se decoraron con
faroles de colores suministrados por D. Emiliano Amann.
En
la próxima entrada veremos cómo ante el notario de Getxo D. Pedro
Jesús Vozmediano se habían otorgado los arriendos de vinos y otras
bebidas.
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