En
la anterior entrada veíamos cómo llegaba el verano y aumentaba la
demanda de instalación de casetas de baño.
En
el pleno del 28 de julio de 1892 se trataba sobre las conducciones
para la llevada de agua potable desde los manantiales de los montes
de Berango a nuestra población: “...La
Diputación Provincial ha remitido un oficio, aprobando el expediente
por esta corporación municipal para la reparación de las cañerías
de reunión de las aguas de los manantiales de “Jauncoerreca”,
“Achabale” y “Basarte” en los montes de la jurisdicción de
Berango, que surten de agua a esta población, autorizando al
Ayuntamiento de Guecho del pago de las obras cuyo importe
presupuestado asciende a 15.331 pesetas. Así mismo este Ayuntamiento
acuerda practicar las oportunas diligencias para la adquisición del
material metálico para dichas obras, que según los cálculos del
Ingeniero Director de las Obras ascendería a 9.897,58 pesetas...”
En
esa misma fecha el propietario de la casa llamada “Mugaburu” D.
Pantaleón Menchaca en la calle de la Caridad, solicitaba injertar
las aguas de su fregadera al caño de propiedad municipal que existía
en la calle llamada Peligro.
Por
otro lado eran las obras para la construcción del ferrocarril de Las
Arenas a Plencia las que causaban malestar entre los vecinos de Santa
Maria de Getxo: “...Varios
vecinos de la barriada de “Piñagas” de esta localidad, han
presentado una instancia quejándose del contratista que realiza los
desmontes para la construcción del ferrocarril de Las Arenas a
Plencia, ya que tira barrenos en un gran trozo causando destrozos en
los sembríos de los alrededores, lanzando piedras de bastante peso a
gran distancia que pudieran provocar desgracias personales, que en
algunos casos llegan hasta la carretera provincial…”
El consistorio, como no podía ser de otro modo, apercibió al
contratista advirtiéndole de las consecuencias si no tomaba medidas
para evitar aquellos destrozos.
La
apertura de nuevos negocios de alimentación seguía su curso en
nuestro municipio, y esta vez era en el barrio de Las Arenas, donde
D. Manuel Seco pretendía abrir una tienda de comestibles y bebidas,
en los bajos de su casa.
También
lo era la demanda de materiales para la construcción, por lo que D.
Domingo Camiruaga solicitaba del Ayuntamiento: “...La
concesión de la cantera de Arnabar-Ondo para extraer piedra con
destino a edificaciones...”
La
aplicación de las normas de construcción era otro de los
seguimientos que el Ayuntamiento de Getxo realizaba en los barrios:
“...Se
ha recibido una solicitud de D. José María Aramberria para
construir una casa provisional en un terreno de su propiedad en Las
Arenas. El artículo 25 de las ordenanzas municipales de
construcción estable que “No se permitirá en la zona urbanizada
realizar ningún edificio que no llegue a los 6 metros”, por lo que
le es denegada la solicitud ya que el que presenta en sus planos no
llega a esa altura...”
A
veces las reclamaciones al Ayuntamiento llegaban de forma solapada, a
través de terceras personas o entidades. La necesidad que algunos
veraneantes tenían de recibir comunicaciones a través del correo
ordinario, en general personas pertenecientes a esferas de poder
económico o cortesanos, provocó que en el pleno del 28 de julio de
1892 se tratara sobre un oficio remitido por el Jefe de
Comunicaciones de la Sección de Bilbao: “...En
el cual recomendaba que se ordenara abrir un buzón en la Estación
Telegráfica de Las Arenas, para comodidad del público que asiste al
establecimiento balneario, puesto que es extraño que en la oficina
de correos falte buzón por ser necesario...”
El Ayuntamiento de Getxo respondió a aquella demanda diciendo:
“...Que
esta corporación carece de facultades para abrir buzón en la
referida estación telegráfica por ser el edificio que ocupa de
propiedad particular, además de creer que no es de absoluta
necesidad a causa de que ya existe uno en el edificio contiguo a
dicha oficina...”
Por otro lado el Alcalde de Getxo exponía que: “...Había
sido llamado hace tiempo por dicho Jefe de Comunicaciones, y en la
entrevista que mantuvimos acordamos un protocolo para mejorara la
administración de correos de esta localidad. Conviniendo y pactando
que: 1º) El Jefe de Comunicaciones, tan pronto como el Ferrocarril
de Las Arenas a Plencia se ponga en explotación hasta la población
de Algorta, establezca en horas convenientes para esta localidad
los servicios de dos correos diarios con sus ambulancias
correspondientes. 2º) Que el Ayuntamiento de Guecho facilitará sin
pago alguno de alquiler al Administrador de correos la habitación
del piso principal de la Alhóndiga, en cuyo edificio se halla
instalada la estación telegráfica, a partir del día 1 de julio de
1893 por no poder facilitarla antes por estar ocupada por el
rematante de arbitrios municipales. Para que el administrador pueda
ejercer la debida vigilancia y tenga mayor seguridad para la custodia
de los certificados y otros documentos, este Ayuntamiento ejecutara
una pequeña división por medio de tabique en el local que ocupa la
Estación Telegráfica para que el Administrador ponga una cama y
duerma en ella...”
El rematante de los arbitrios era D. José Ángel Aurrecoechea. Este
acuerdo fue refrendado en aquel pleno.
El
día 4 de agosto de 1892, tal y como marcaba la Ley de Ayuntamientos
de 1877, se procedía al sorteo por secciones electorales de los
Asociados que iban a formar parte de la Junta Municipal del
Ayuntamiento de Getxo: “...Se
dio lectura a las listas de las tres secciones, acto seguido se
procedió al sorteo mediante por el que iban a quedar designados los
candidatos, cuyo resultado fue el siguiente:
POR
LA 1ª SECCIÓN:
D. Máximo Llantada, D. León Landeta, D. Luis Lasa, D. José Libano
Menchaca y D. José Bilbao.
POR
LA 2ª SECCIÓN:
D. Juan Bustingorri, D. Anselmo Uria, D. Amalio Muñoz y D. Domingo
Zubizarreta.
POR
LA 3ª SECCIÓN:
D. Ramón Basauri y D. Ángel Cortina.
Tal
y cómo ordenaba la Ley anteriormente citada se procedió a publicar
los resultados para que al cabo de ocho días si no se producían
reclamaciones quedaran designados los electos por sorteo...”
En
la próxima entrada de esta serie veremos cómo las aguas de un
manantial de Ereaga eran sujeto de reclamaciones.
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