miércoles, 4 de diciembre de 2019

EL EMBARCADERO DE AREETA-LAS ARENAS ( EL FLOTANTE) y -III-



El embarcadero de Areeta-Las Arenas, como decía en mi entrada del 18 de noviembre del 2019, se abrió al servicio público el 25 de agosto de 1916. Ya desde entonces esa instalación náutico-deportiva contaba con un flotante. El proyecto inicial del flotante fue realizado por D. Valentín Gorbeña el 1 de agosto de 1913. Pero el tiempo, las marejadas y la corrosión no pasaban en vano y esa estructura metálica, que fue objeto de muchas reparaciones, tuvo que ser reemplazada por otra nueva en 1959.

Así que volvió a ser objeto de un nuevo proyecto el 15 de enero de 1959 que firmaba D. A. Aguirre. El proyecto de “Flotador” para el embarcadero de Las Arenas fue aprobado por una O. M. el 27 de mayo de 1959. El 25 de abril de 1962 fue adjudicada su construcción a la empresa “Mutiozabal y Cia. S.A.”. El comienzo de las obras fue fijado para el día 30 de mayo de 1962, fijándose el plazo de terminación para el día 30 de diciembre de 1962. La última certificación de la obra fue abonada el día 31 de julio de 1962.


Desde su construcción en los años 1914-1916 habían cambiado las circunstancias que dieron vida al diseño inicial, y a finales de los años cincuenta los buques de pasajeros atracaban directamente en el muelle del puerto exterior, frente a la estación marítima. En aquel inicio de su existencia el flotador vio como su pontón era utilizado para embarcar los socios del Club Náutico en un remolcador, que con motivo de las regatas de yates de siete metros, llevaba a los socios al Sporting Club.

Sin embargo, el uso de las instalaciones del embarcadero se había visto incrementado por pequeñas embarcaciones de recreo, gasolinos, balandros botes y lanchas de remo de recreo o pesca, lo que hacía que este fuera un lugar de gran concurrencia durante los meses de verano.

El flotador ofrecía dos líneas de atraque, una hacía el exterior y otra hacia el interior, en las que podía abarloar cualquier embarcación, así como descargar la pesca y sus útiles, también accesorios de servicio para o de el Sporting (sede flotante del club Marítimo del Abra, construida en 1900).

Este flotador estaba constituido por dos pontones metálicos de 9,60 metros de eslora, 5,00 de manga y 0,95 metros de puntal, que permanecían unidos por un tablero metálico compuesto por 4 vigas y viguetas en forma de doble “T”. Estaba cubierto por un piso de madera de roble, el cual quedaba a 0,80 metros sobre el nivel del mar, altura por otro lado conveniente para el atraque de las embarcaciones. En las líneas de atraque llevaba unas protecciones de madera, además de montantes y candeleros de hierro para que pudieran afianzarse las personas que iban a embarcar o desembarcar; así como unas bitas para el amarre de embarcaciones pequeñas. A ambos lados corriendo por las guías disponía el flotante de unos topes amortiguadores (Ver fotografía inferior).


En algún momento, ante el deterioro de este flotante, pensaron en sustituirlo por un pontón de hormigón, pero la excesiva rigidez de ese material desaconsejaba realizar ese cambio, teniendo en cuenta que estaba sometido a vientos tempestuosos y a esfuerzos bruscos provocados por las marejadas ya que se hallaba encajado en unas guías deslizantes, lo cual suponía que en caso de rotura de uno de esos cajones pudiera derivar en trágicas consecuencias, de hallarse en ese momento ocupado por una gran aglomeración de personas, que pudieran estar contemplando regatas y otros acontecimientos deportivos. El hecho que el flotante llevaba en servicio desde hacía 45 años y que muchas partes se encontraban cementadas, se aconsejó proceder al cambio del mismo.

El precio previsto para su construcción ascendía a 1.369.343,40 pesetas, y se había previsto un plazo de ejecución de siete meses, la redacción de dicho presupuesto fue realizada por el ingeniero D. Pablo Otaola de la Maza.

Una idea de los costes de la mano de obra en aquella época nos la da el documento de justificación de precios: “...Un oficial de 1ª cobraba 47,50 pesetas, el oficial de 2ª cobraba 44 pesetas, el de 3ª 40,25 pesetas y el peón 36 pesetas…” Del resto de cargas de mano de obra nos da idea el cuadro de precios superior.

Otros precios de la época se referían a la madera utilizada en la obra, que iba impregnada en creosota, que supuso 4.500 pesetas; el transporte de la estructura del flotante por carretera que suponía 3,78 pesetas Tn/Km.


El acta provisional de recepción del flotante fue realizada el 30 de octubre de 1962, en la misma participaron los siguientes responsables de la Junta de Obras del Puerto de Bilbao: “...D. Alfonso Churruca y Calvetón (Presidente), D. Rafael Picó Cañeque (Inspector regional de la 15ª demarcación), D. José Álvarez Castelao (Ing. Dtor. de la Junta de obras) y el representante de la empresa constructora D. Manuel Eguiluz Eguren...” Sin embargo la recepción definitiva no se firmó hasta el 22 de enero de 1964.

Alguna de las referencias a este flotante aparecían ya en el “Anuario Guía de Playas y Balnearios” de 1924: “...Es notable el desembarcadero de Las Arenas. de 200 metros de longitud, en dos tramos, construido de hormigón armado. Tiene cuatro escaleras con mesetas de atraque cada 0,80 metros de altura un flotador de 16x10 metros, que sigue las oscilaciones de la marea, al que se puede fácilmente atracar con pequeñas embarcaciones. Existen en dicho embarcadero servicios de pago de retretes, lavabos teléfono...”

Hasta aquí una pequeña narración sobre uno de los elemento flotantes que en Las Arenas será difícil de olvidar, recordando aquellos atardeceres contemplando la llegada de los pescadores, mientras la marea nos mecía sentados en sus bancos de madera.

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