En
la anterior entrada veíamos cómo la Junta Electoral del Censo de
Guecho se ocupaba de formar el anteproyecto de división del termino
municipal en secciones de 500 electores.
El
15 de noviembre de 1890 el Ayuntamiento advertía que los locales
municipales no tenían el aspecto que una entidad del nivel de la de
Getxo requerían: “...Los
departamentos de esta casa consistorial no reúnen las condiciones de
decencia que corresponden a un pueblo de la categoría y nombradía
de éste, porque en los salones principales no existen más que mesas
y bancos comunes, poco decentes para poder penetrar en ellos
autoridades superiores y personas de alguna jerarquía como bastantes
veces se ha visto visitan este edificio. Por lo que acordaron mejorar
las estancias añadiendo algunas mesas y sillones, además de algunas
estufas...”
El dinero previsto para aquella reforma, que se encargó al
arquitecto D. Eladio Iturria, fue de 5.000 pesetas.
En
ese mismo pleno se nombraba como alguacil-tamborilero de Las Arenas a
D. Benito Pérez de Albeniz, con una dotación anual de 912 pesetas,
quien iba a tomar el cargo el día 1 de enero de 1891.
A
la vez que daban comienzo las obras de construcción de la fábrica
de vidrios de Lamiako: “...Sita
en esta jurisdicción...”
En
el mismo pleno también se acordaba comprar las que seguramente
fueron las primeras urnas electorales de cristal de Getxo:
“...Adquirir
a D. José Oltra de Valencia, dos urnas transparentes de cristal, tal
y como ordena el articulo 47 de la la actual ley de sufragio
universal, que deberán usarse en las próximas elecciones, siendo el
valor de las mismas 30 pesetas y 4 más por embalaje...”
Aquel articulo 47, de la Ley de 28 de junio de 1890, decía: “...La
votación será secreta y se hará en la siguiente forma: el
presidente anunciará «empieza la votación». Los electores se
acercarán a la mesa uno a uno, y, diciendo su nombre, entregarán
por su propia mano al presidente una papeleta blanca doblada, en la
cual estará escrito o impreso el nombre del candidato o candidatos a
quienes den su voto para diputados. El presidente depositará la
papeleta en la urna destinada al efecto, que será de cristal o
vidrio transparente, después de cerciorarse, por el examen que harán
los interventores de las listas del censo electoral, de que en ellas
está inscrito el nombre del votante, y dirá en alta voz: «Fulano
(el nombre del elector), vota.» En todo caso el presidente tendrá
constantemente a la vista del público la papeleta desde el momento
de la entrega hasta que la deposite en la urna. Dos de los
interventores al menos anotarán en la lista numerada los electores
que voten, por el orden con que emitan su voto, confrontarán sus
nombres con los de las listas definitivas, y expresarán en la
anotación el número con que en éstas aparezcan…”
Los
faroles del alumbrado aún seguían siendo motivo de preocupación
para nuestro Ayuntamiento, por eso a mediados de noviembre de 1890:
“...La
Comisión de Policía Urbana era encargada de proceder a un
reconocimiento de todos los faroles del alumbrado de los barrios de
Algorta y Las Arenas...”
Otro
de los motivos de preocupación eran las carretas del tranvía, cuyas
caballerías recorrían alguna de las calles principales de Algorta,
como si el mismo diablo las siguiera: “...Se
ha visto con desagrado que desde hace algún tiempo a esta parte
suben los coches del tranvía a galope cerrado de sus caballerías,
desde la proximidad de la plazuela de la antigua carnicería hasta el
Casino Algorteño, y eso a pesar de estar prohibido por el articulo
14 del bando de buen gobierno, esta calle es muy estrecha y pudiera
ser esto causa de que suceda alguna desgracia. Por lo que acuerda
este Ayuntamiento hacer saber al presidente de la Compañía del
Tranvía de Bilbao a Algorta que ordene a los mayorales, que en dicho
trayecto, cuando suben conduzcan los coches a paso regular de las
caballerías, y al bajar lo hagan con el freno cerrado, y que si
vieran a alguna persona en la vía detengan las monturas hasta que
quede la vía libre...”
Por
aquel entonces, mediados de noviembre de 1890, en la prensa “El
Noticiero Bilbaíno” aparecían noticias relacionadas con los
avances en el tratamiento de una de las enfermedades que asolaba una
población de crecimiento acelerado como lo era el Bilbao de final
del siglo XIX. Las condiciones ambientales entre las que se incluía
una elevada humedad, proporcionada por las constantes lluvias y la
cercanía del mar, hacían de la villa una de las ciudades más
sucias y con una elevada tasa de mortalidad, provocada por diversa
enfermedades, entre ellas la de la temida enfermedad pulmonar llamada
“Tisis”. Una pequeña luz se abría en esos día ya que según el
corresponsal del “Times” en Berlín: “...He
tenido una conversación con el doctor Koch relativa a un nuevo
descubrimiento para la curación de la Tisis, quien prefiere por el
momento no dar mas noticias al respecto. Algunas de las informaciones
hablan de que en la preparación de las vacunas se emplean sales
metálicas. La vacuna, después de destruir el bacilo, obra como un
medio restaurador, y además fortalece al paciente contra nuevas
invasiones del bacilo. El doctor Koch está practicando sus ensayos
en la clínica del profesor Senator, en el Hospital de la Caridad,
vacunando a personas ya atacadas por la enfermedad en fase leve. El
doctor dará a conocer públicamente la naturaleza y efecto de su
descubrimiento por medio de una conferencia, dentro de cuatro o seis
semanas, ante la Sociedad de Medicina” de Berlín...”
Por
aquellas fechas se hablaba de la deuda que el estado tenía con los
maestros: “...La
cual ascendía a 9.108.837 pesetas, de las cuales 12.012 pesetas
correspondían a Vizcaya. Siendo la más alta la de Málaga con
848.259 pesetas,. Por contraste ni un céntimo debían la provincias
de Navarra, Guipuzcoa y Alava...”
¡Y
como no!, a mediados de noviembre de 1890 las noticias relacionadas
con el buen beber, relacionadas con las calidades más demandadas en
Paris, hablaban de la cotización de nuestros vinos, los de Alva, que
en el mercado estaban entre los de más alta cotización: “...La
cotización media en 1890, referidas al Estado español, era para los
vinos de entre 12 a 18º a 84 y 88 francos. Mientras que los de Rioja
estaba en la bodega al precio de entre 2,25 y 4 pesetas la
cántara...”
En
el pleno del 20 de noviembre de 1890 se hablaba entre otros temas el
del tratamiento que se tuvo que realizar en Barcelona al hijo de un
vecino de Getxo, D. Manuel Aguirregabiria, que había sido mordido
por una gata que se suponía infectada de rabia. El tratamiento tuvo
un costo de 188 pesetas más otras 50 en concepto de viaje.
El
26 de noviembre de 1890 se convocaba la Junta Municipal para tratar
sobre el expediente formado para la construcción del Hospital
Hospicio.
Ese
mismo día en “El Noticiero Bilbaíno” se daba cuenta de las
Memorias de las Obras del Puerto de Bilbao: “...Las
correspondientes al último ejercicio, no tan extensa como la del año
anterior, presentada por D. Evaristo de Churruca, arroja un aumento
del 472% del tonelaje de importación, y 364% del tonelaje de
exportaciones. La enorme cifra de 5.038.405 toneladas a la que se ha
elevado el movimiento de exportación e importación del año último,
pone al puerto de Bilbao entre los primeros del continente. Desde el
otoño de 1882 en que las escolleras del nuevo muelle de Portugalete
llegaron a los bancos que entonces formaban la barra, ya no ha
vuelto a alterarse la posición de la canal, antes de empezar estas
obra la profundidad era de un metro a bajamar equinocial, fue
constantemente aumentando hasta 1886, desde entonces se ha conservado
una altura de cuatro metros, en toda la longitus de la embocadura,
salvo en las pasajeras alteraciones de los temporales de invierno. En
el último invierno en que escasearon las lluvias durante los meses
de enero y febrero, el caudal fluvial se redujo, y como coincidió
con fuertes marejadas del Norte, se acumularon muchas arenas que
estrecharon la canal e hicieron disminuir su profundidad, pero en
cuanto cesaron los temporales salieron los buques en aguas vivas con
19 pies ingleses de calado, y con 16 en mareas muertas...”
El
día 29 del mismo mes se trataba sobre la conveniencia de realizar un
replanteo exacto en un plano de la superficie que ocupan los 40
solares del barrio de Las Arenas, trabajo que fue encargado al
arquitecto municipal D. Eladio Iturria.
Y
como la elección de Diputados Provinciales ya estaba próxima ( se
iba a celebrar el día 7 de diciembre de 1890) se establecieron los
siguientes colegios electorales: “...Formar
las dos secciones de las que consta este término municipal en los
siguientes lugares: La Sección 1ª en la Casa Consistorial (San
Nicolás), la Sección 2ª en la casa llamada Hospital, cercana a la
Iglesia de San Ignacio...”
En
la próxima entrada de esta serie veremos cómo se producía el
sorteo de mozos para la zona militar de Vitoria.
Si crees que no aporta nada, no lo leas y hazte uno propio que te agrade.
ResponderEliminarSeñor Anonimo:
EliminarNo se trata de eso, de que yo haga un blog, que ya lo tengo. Pero no sobre Getxo. Se trata de obtener informacion completa sobre lo que en este blog aparece.
Los textos pertenecen a los libros de actas del ayuntamiento de Getxo desde 1874, actualmente estoy en 1892 y pienso llegar, si el tiempo me lo permite, hasta 1978. Cuando la noticias se refieren a la prensa local indico el día y a que diario pertenecen. La fotografía de la que hablas esta sacada en la entonces calle de la Carretera, actual Algortako Etorbidea, a la altura de la Casa Encantada. Para saber quien pregunta y a quien contestar, en lugar de utilizar un seudónimo podéis poner vuestro propio nombre, yo lo hago, en caso contrario lamentándolo mucho dejaré de contestar y eliminare la cita.
ResponderEliminarNo siempre es facil poner el nombre pues el sistema, al intentar publicarlo, casi te lleva, te arrastra y queda publicado como quiere. el nombre que figura (si puedo meterlo) no es que trate de ser anonimo, sino que por ese nombre me encontraras por la red.
EliminarMe parece muy bien la informacion que ahora das sobre la foto del tranvia. podias haberla puesto en su publicacion en el blog y tambien la fecha, o si careces de ella, al menos la fecha aproximada. Sin emabaro veo que en proximas publicaciones siques sin aportar la informacion de la foto. Allá...
Sigo pensando como ya indiqué hace tiempo, que el publicar textos entresacados del libro de actas y que no se relacionan entre si, poco aporta a la historia de Gectxo.
Puedes eliminar la cita si crees que asi el blog te queda mas redondo.
Un saludo, a ver si consigo conocerte algun dia por la calle.