Como
suelen decir, la historia es una secuencia de hechos de acuerdo con
el tiempo en que tuvieron lugar, que varía según la forma en que se
cuente o el cariño que se ponga en ella. Algo de eso hay cuando nos
acercamos a nuestros barrios, y vemos cómo el paso del tiempo va
borrando nuestros recuerdos, pero tercos permanecen en nuestra mente,
y a veces los contamos a los demás.
Ya
desde que el 16 de julio de 1882 apareciera en el “Noticiero
Bilbaíno” la noticia de que: “...«El
año pasado, nuestro convecino el D. Miguel de Vitoria empleaba su
Inteligencia y su instrucción nada comunes en la explotación
agrícola de la Vega de Santa Eugenia»...”
Las noticias relativas al barrio de Romo se repitieron en la prensa
bilbaína.
Y
una de ellas fue la relacionada con las “viejas” Escuelas de la
Vega de Santa Eugenia, que ya desde el 19 de agosto de 1929
aparecían en la prensa bilbaína (La Tarde), la cual indicaba que la
permanente del Ayuntamiento de Getxo había tratado sobre: “...«las
impresiones obtenidas en Madrid por el alcalde de esta anteiglesia,
don Juan L. Prado Mathurin, en orden a las projectadas escuelas en la
Vega de Santa Eugenia (Las Arenas) no pueden ser más optimistas. Por
el Gobierno se ha concedido la subvención necesaria y el asunto está
pendiente de que se anuncie la subasta. Las citadas escuelas serán
unitarias, con dos para niños y otras tantas para niñas»...”
Cuatro días más tarde el Alcalde informaba a la Junta de Primera
Enseñanza de que había visto en el Ministerio de Instrucción
Pública los planos de las proyectadas escuelas. También el 29 de
diciembre de 1929 aparecían noticias relativas a su construcción,
en esa fecha se estaban dando los primeros pasos, bajo la presidencia
del alcalde señor Prado Mathurin para la adquisición de un terreno
del señor Earle en la vega de Santa Eugenia para construir dicho
edificio escolar. Durante el mes de junio de 1929 ya se rumoreaba que
“...«Uno
de estos días se recibirá de Madrid un importante documento del
Ministerio de Instrucción Pública relacionado con la escuela que se
ha de construir en la Vega de Santa Eugenia»...”
La misma volvía a repetirse el 17 de julio de 1929, cuando ya la
prensa bilbaína recogía la Real Orden del Ministerio de
Instrucción Pública y Bellas Artes aprobando los proyectos
referentes a su construcción. Para ello, el 22 de julio, el
Ayuntamiento de Getxo, aprobaba en pleno ingresar la cantidad con la
que el Ayuntamiento debía contribuir para la realización de las
obras proyectadas. El 26 de julio de 1929 la prensa (“El Liberal”),
informaba de que el ministro de Instrucción Pública había enviado
al gobernador civil una real orden sobre la aprobación del proyecto
de cuatro escuelas unitarias, dos para niños y dos para niñas, en
la vega de Santa Eugenia, para cuya construcción iba a contribuir el
Estado con 35.290,80 pesetas y 36.097,43 pesetas, y el Ayuntamiento
de Getxo con 25.000 pesetas.
Casi
a la vez, se estaba produciendo la iniciativa de la construcción de
otro centro de enseñanza, este de carácter religioso, en la Vega de
Santa Eugenia. El 14 de agosto de 1929, el pleno facultaba a la
Alcaldía para la firma de la escritura de cesión en venta de parte
de un terreno municipal de la Vega para construir en él un edificio
destinado a enseñanza religiosa. Este centro formaba parte de un
conjunto, capilla incluida, que fue parte de una donación de la
benefactora de las escuelas parroquiales Sra. de Alday, que fueron
inauguradas en 1935.
Ante
estos avances, en la construcción de las deseadas escuelas, el
barrio se movía, y en noviembre de 1929 se convocaba la Junta de
Propietarios de la Vega de Santa Eugenia para tratar de la
urbanización de la misma. Ya para el 14 de diciembre, en las
oficinas municipales se hallaba a disposición de los vecinos el
expediente incoado para sustituir en el plano de urbanización y
ensanche, el destino que se iba a dar a una parcela de terreno de la
citada vega con destino al emplazamiento de las escuelas
parroquiales, la capilla y un parque.
En
1930 el padrón de habitantes de Getxo, el de diciembre de 1929,
ofrecía una población de 16.153 habitantes de derecho y una de
15.854 habitantes de hecho. Una distinción jurídico-administrativa,
que establecía la población
de derecho
(los residentes empadronados) y la población
de hecho
(los que eran población de derecho en otro municipio).
Fue
el momento en que, bajo la presidencia de D. Pedro Careaga, se
reanudaban las obras de las Escuelas de la Vega de Santa Eugenia, que
habían estado paradas por causa de la huelga del gremio de la
construcción. Esta era definida cómo “Escuela
Nacional Graduada de la Vega de Santa Eugenia”.
Estaba enclavada, entonces, en el barrio de Las Arenas. Aunque del
diseño original, que era de dos plantas poco quedó, ya que lo
realizado fue de una sola, tan solo cumplió el solar.
Romo
(Vega de Santa Eugenia), al igual que Neguri, no existían de forma
oficial cómo barrios, en 1960 siguiendo las normas de la de la
delegación de estadística, se aprobó por la Comisión Municipal
permanente, “...«revisar
la lista de entidades de población, por la que se creaban dos nuevas
entidades singulares...,...se agreguen como de nueva creación las
dos que en el transcurso de este tiempo se ha puesto de manifiesto su
singularidad»...”,
se referían a Neguri y Romo.
En
el barrio de Santa Eugenia, que así era denominado por la prensa
local, en abril de 1930 había un contingente de cerca de 400 niños
y niñas en edad escolar, muchos de los cuales iban a las escuelas de
Las Arenas y otros, según decía un diario bilbaíno, estaban sin
escolarizar por falta de espacio en centros educativos.
El
31 de Mayo de 1928, el ministerio daba luz verde para la construcción
de una Escuela Publica Unitaria en el barrio de Romo. La aprobación
de aquel grupo escolar por parte del Ministerio se formalizaría el
25 de Julio de 1.929.
Esta
escuela, no fue ajena en el momento de su construcción a conflictos
obreros, no podía ser de otra forma, ya que Romo era un barrio que
reunía esas características, y el momento hay que situarlo a la
salida de la dictadura de Primo de Rivera y su último directorio
civil, en pleno auge de las movilizaciones obreras en todo el Estado.
Por aquellos días el movimiento huelguístico se extendía a todo el
Estado y los paros en los diferentes sectores eran secundados por
gran numero de trabajadores en Araba, Gipuzkoa, Asturias, Santander,
Alicante y Bizkaia.
La
Agrupación de Obreros Vascos, en Mayo de 1930, había enviado un
escrito a la Alcaldía, dándole cuenta del acuerdo adoptado por
todas las agrupaciones similares de ambas márgenes del Nervión,
según el cual se habían declarado en huelga doscientos oficiales y
cuatrocientos peones del ramo de albañilería por no haber sido
atendidas sus aspiraciones de aumento de jornales. El 28 de mayo de
1930, un grupo de albañiles huelguistas se presentó en las obras de
construcción del grupo escolar de la Vega de Santa Eugenia,
invitando a los obreros que allí trabajaban a que se unieran a la
huelga.
Un
total de 300 obreros del ramo de la construcción pararon aquel día.
No fueron ajenos a aquellos conflictos obreros, las fuerzas públicas,
que se personaron en las obras para evitar que la huelga siguiera su
curso. Por aquellos días se decía que la policía municipal, a
quienes en Bilbao se denominaba “Chineles”, que con sus nuevos
uniformes, parecían señoritos de postín. En las obras de las
escuelas, solo un grupo de albañiles que actúan a las órdenes de
un contratista local de Las Arenas, continuaron sus labores. Por la
tarde, abandonaron de nuevo el trabajo los obreros de las escuelas,
instados a ello por los peones. La prensa bilbaína decía que:
“...«La
actitud de los obreros es absolutamente pacífica, estando las obras
vigiladas por fuerzas de la Guardia civil y policía municipal»…”
La
huelga, que tuvo una importante incidencia, continuaba el 6 de junio,
solamente en algunas zonas del municipio, ya que por intervención
municipal, continuaron algunos trabajos que se venían realizando en
Getxo. Entre ellas las del nuevo kiosco de música, en la Plaza de la
Constitución en Algorta, y las que de una nueva plazuela, que se
construía frente al Hospital municipal. A pesar de ello seguían
paradas las de las Escuelas de la vega de Santa Eugenia.
Entretanto,
el nuevo Censo electoral de la anteiglesia ya alcanzaba a un total de
2.802 electores entre las diversas barriadas de Santa María,
Algorta, Neguri y Las Arenas.
Todavía
a finales de junio, la huelga de oficiales y peones albañiles seguía
enquistada. Para mediados de junio, los obreros de la construcción
reanudaron el trabajo, poniendo fin a la huelga que sostenían. Pero
a finales de julio las obras seguían paradas, parecía como si un
maleficio hubiera ciado sobre las escuelas. Se preveía que las
escuelas estuvieran terminadas para finales de 1930, pero había
dudas de la fecha de finalización.
En
marzo de 1931 se aprobaba un acuerdo de la Junta local de Primera
Enseñanza relativo al establecimiento de cuatro escuelas unitarias
en la Vega de Santa Eugenia. El 28 octubre de 1931, en una
publicación del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes,
aparecían mencionadas entre las Escuelas Públicas Unitarias,
creadas durante la Segunda República, en la Gazeta de Madrid, en el
número 301, del 28 de octubre de 1931 en su pagina 566. Se las
señalaba cómo localizadas en la Vega de Santa Eugenia (Las Arenas).
Con fecha de puesta en marcha del 3 de octubre de 1931, disponían de
dos aulas para niños y otras dos para niñas.
El resto todos más o menos lo conocemos. Aquellas viejas escuelas
dieron lugar otras más modernas. La vieja plaza de las escuelas, de
tierra batida, donde en verano venían los volatineros, al igual que
ellas dio paso a una moderna plaza, incluso llegó a tener un
frontón. Más tarde las escuelas se convertirían en Aula de
Cultura, y finalmente fueron derribadas. Las fiestas que en ella se
celebraban, poco a poco fueron saliendo de su emplazamiento. Y en la
actualidad su espacio ha sido ocupado por un gran edificio (Casa de
la Cultura), en medio de la protesta de un sector del barrio.
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