En
la anterior entrada veíamos cómo en el camino desde la Avanzada a
Las Arenas se realizaban mejoras. Y el Ayuntamiento de Getxo
encargaba a la Compañía del Tranvía transportar doce vagones de
piedra martillada para reponer la ya deteriorada calzada que iba
desde ese punto, junto a la Bola, hasta la plazuela de Las Arenas.
A
mediados de mayo de 1884 las fuerzas armadas seguían dando
quebraderos de cabeza al consistorio de Getxo, y este sorteaba como
podía, dando todo tipo de excusas, sus demandas. Tal era el caso de
la petición del Gobernador Militar de la Provincia, que demandaba
reparar el “Fuerte las Canteras”
por cuenta del municipio, o bien alojar a las fuerzas de artillería
en casas particulares. El Ayuntamiento de Getxo declaraba que:
“...«Habiendo
estado persuadido de que el convenio concertado con la comisión de
jefes y oficiales de artillería para el emplazamiento de las
baterías, no le produciría gasto alguno, no consignó partida en el
presupuesto municipal para tal fin»...”
Y a partir de este razonamiento comenzó una serie de argumentos
evasivos para esquivar lo que le demandaban, entre ellos el de la
dispersión del Pueblo: “...«Que
siendo muy extenso y diseminado este pueblo, el alojamiento de la
fuerza en las casas de los vecinos, vendría a perjudicar muy
notablemente a la parte reunida en el barrio de Algorta. Por lo que
con sobrada razón se quejarían los de este barrio, pidiendo se
cargara por igual a todos los vecinos de esta Anteiglesia, a lo que
en justicia no tendría este Ayuntamiento otro remedio que acceder, y
alojar a la fuerza en todos los caseríos, por más diseminados que
se encuentren, por lo que dichas fuerzas resultarían perjudicadas
por las largas distancias a las que se hallan dichos caseríos,
diseminados en un radio de 4,5 kilómetros. Por ello solicita a la
autoridad militar se sirva relevar a este vecindario de la carga de
de alojamiento de la que se trata»...”
El
degüello de cerdos, la abacería, era otro de los temas que
preocupaba a nuestros ediles. Sobre todo porque era una de las
fuentes de financiación del municipio. Y lo hacían aumentando en
diez céntimos de peseta el arriendo del degüello de dichos
animales. Justificaba tal subida para poder pagar con dicho producto
las cargas provinciales anuales, ya que los recursos del municipio
escaseaban.
Y
para solucionar el problema de los retrasos del correo peatón, que
el vecindario venía reclamando desde hacía ya algún tiempo, que se
retardaba en la llegada al Pueblo hasta las seis de la tarde, lo que
dilataba el reparto hasta las nueve de la noche, máxime cuando en
verano por la afluencia de veraneantes los problemas iban a ser aún
mayores. Acordaban dirigirse al administrador de correos de la
provincia para que tratara de solucionar lo que en opinión del
ayuntamiento de Getxo era un abuso, ya que había tranvías a todas
las horas del día.
A
finales de mayo de 1884, la Junta Municipal del Ayuntamiento de
Getxo, decidía de acuerdo con el Reglamento aprobado por la
Diputación Provincial, sacar a remate público, a venta libre, los
arriendos de los arbitrios de vinos , txakoli del país, aguardiente
y otras bebidas; también la casa matadero de carnes frescas, así
como los asientos del mercado, puestos de poncheras y barracas para
el año económico del 1884-85.
Y
como las elecciones a Diputados, que tiempo antes venía siendo muy
discutidas por algunos habitantes, por la provincia corrían unos
versos, con cierto retintín:
“...«Salen
diputados
ciertos
caballeros,
porque
los votantes
son
muy majaderos.
!Ay
Manóle, ay Manóle¡
lo
que puede el parné»...”
Mientras
las obras en el Puerto de Algorta ocupaban su espacio en las actas
municipales, en este caso era el caño que iba desde las
inmediaciones de la “Taberna Pública de Echebarri” (Puerto
Viejo), a la calle Tanger (hoy Ribera): “...«Por
el mal estado en que se encuentra el caño o alcantarilla, de la
calle del Puerto, desde la taberna pública de Echevarri, hasta el
encuentro con la calle de Tanger»…”
A
principios de junio de 1884 se informaba de la aprobación, por el
Ayuntamiento y la Junta Municipal, el proyecto presentado por el
ingeniero D. Laureano Gómez Santa María, de la traída de aguas a
la población; “...«Desde
los manantiales de Berango, Basarte, Achabale y Jauncoerreca,
situados en los montes de la jurisdicción del inmediato pueblo de
Berango. Así como el proyecto de recursos municipales para llevar a
cabo las obras, acordado por ambas corporaciones. Para ello era
necesario en primer lugar dar cumplimiento de lo establecido en el
Artículo del 6 de julio de 1877 para la ejecución de obras
públicas, someter el expediente a información pública durante
quince días, para que durante ese tiempo puedan reclamar los
particulares»...”
En
julio de 1884, el consistorio de Getxo, ante la dificultad que
representaba el cobro diario de los impuestos para cubrir los sueldos
de los vigilantes de la playa durante la temporada de verano,
acordaba: “...Que
los derechos de 10 céntimos por cada caseta sean, abonados por los
bañeros que se establezcan con sus casetas en las playas de Erega y
Las Arenas, para cubrir con dicho impuesto los trajes de los
vigilantes...”
En
esas mismas fechas, 3 de julio, los profesores de Lengua y Comercio
solicitaban al Ayuntamiento que dieran comienzo los exámenes de fin
de curso.
En
la próxima entrada veremos cómo para el 7 de julio de 1884, había
quedado instalado el telégrafo en el establecimiento de Baños de
Mar Bilbaínos de Las Arenas. Y cómo ese mismo mes la vecindad de
Getxo se preparaba ante la llegada de una nueva epidemia de cólera
morbo.
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