domingo, 3 de junio de 2018

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -41-



En la anterior entrada veíamos cómo en el camino desde la Avanzada a Las Arenas se realizaban mejoras. Y el Ayuntamiento de Getxo encargaba a la Compañía del Tranvía transportar doce vagones de piedra martillada para reponer la ya deteriorada calzada que iba desde ese punto, junto a la Bola, hasta la plazuela de Las Arenas.

A mediados de mayo de 1884 las fuerzas armadas seguían dando quebraderos de cabeza al consistorio de Getxo, y este sorteaba como podía, dando todo tipo de excusas, sus demandas. Tal era el caso de la petición del Gobernador Militar de la Provincia, que demandaba reparar el “Fuerte las Canteras” por cuenta del municipio, o bien alojar a las fuerzas de artillería en casas particulares. El Ayuntamiento de Getxo declaraba que: “...«Habiendo estado persuadido de que el convenio concertado con la comisión de jefes y oficiales de artillería para el emplazamiento de las baterías, no le produciría gasto alguno, no consignó partida en el presupuesto municipal para tal fin»...” Y a partir de este razonamiento comenzó una serie de argumentos evasivos para esquivar lo que le demandaban, entre ellos el de la dispersión del Pueblo: “...«Que siendo muy extenso y diseminado este pueblo, el alojamiento de la fuerza en las casas de los vecinos, vendría a perjudicar muy notablemente a la parte reunida en el barrio de Algorta. Por lo que con sobrada razón se quejarían los de este barrio, pidiendo se cargara por igual a todos los vecinos de esta Anteiglesia, a lo que en justicia no tendría este Ayuntamiento otro remedio que acceder, y alojar a la fuerza en todos los caseríos, por más diseminados que se encuentren, por lo que dichas fuerzas resultarían perjudicadas por las largas distancias a las que se hallan dichos caseríos, diseminados en un radio de 4,5 kilómetros. Por ello solicita a la autoridad militar se sirva relevar a este vecindario de la carga de de alojamiento de la que se trata»...”


El degüello de cerdos, la abacería, era otro de los temas que preocupaba a nuestros ediles. Sobre todo porque era una de las fuentes de financiación del municipio. Y lo hacían aumentando en diez céntimos de peseta el arriendo del degüello de dichos animales. Justificaba tal subida para poder pagar con dicho producto las cargas provinciales anuales, ya que los recursos del municipio escaseaban.

Y para solucionar el problema de los retrasos del correo peatón, que el vecindario venía reclamando desde hacía ya algún tiempo, que se retardaba en la llegada al Pueblo hasta las seis de la tarde, lo que dilataba el reparto hasta las nueve de la noche, máxime cuando en verano por la afluencia de veraneantes los problemas iban a ser aún mayores. Acordaban dirigirse al administrador de correos de la provincia para que tratara de solucionar lo que en opinión del ayuntamiento de Getxo era un abuso, ya que había tranvías a todas las horas del día.

A finales de mayo de 1884, la Junta Municipal del Ayuntamiento de Getxo, decidía de acuerdo con el Reglamento aprobado por la Diputación Provincial, sacar a remate público, a venta libre, los arriendos de los arbitrios de vinos , txakoli del país, aguardiente y otras bebidas; también la casa matadero de carnes frescas, así como los asientos del mercado, puestos de poncheras y barracas para el año económico del 1884-85.

Y como las elecciones a Diputados, que tiempo antes venía siendo muy discutidas por algunos habitantes, por la provincia corrían unos versos, con cierto retintín:

...«Salen diputados
ciertos caballeros,
porque los votantes
son muy majaderos.
!Ay Manóle, ay Manóle¡
lo que puede el parné»...”

Mientras las obras en el Puerto de Algorta ocupaban su espacio en las actas municipales, en este caso era el caño que iba desde las inmediaciones de la “Taberna Pública de Echebarri” (Puerto Viejo), a la calle Tanger (hoy Ribera): “...«Por el mal estado en que se encuentra el caño o alcantarilla, de la calle del Puerto, desde la taberna pública de Echevarri, hasta el encuentro con la calle de Tanger»…”


A principios de junio de 1884 se informaba de la aprobación, por el Ayuntamiento y la Junta Municipal, el proyecto presentado por el ingeniero D. Laureano Gómez Santa María, de la traída de aguas a la población; “...«Desde los manantiales de Berango, Basarte, Achabale y Jauncoerreca, situados en los montes de la jurisdicción del inmediato pueblo de Berango. Así como el proyecto de recursos municipales para llevar a cabo las obras, acordado por ambas corporaciones. Para ello era necesario en primer lugar dar cumplimiento de lo establecido en el Artículo del 6 de julio de 1877 para la ejecución de obras públicas, someter el expediente a información pública durante quince días, para que durante ese tiempo puedan reclamar los particulares»...”

En julio de 1884, el consistorio de Getxo, ante la dificultad que representaba el cobro diario de los impuestos para cubrir los sueldos de los vigilantes de la playa durante la temporada de verano, acordaba: “...Que los derechos de 10 céntimos por cada caseta sean, abonados por los bañeros que se establezcan con sus casetas en las playas de Erega y Las Arenas, para cubrir con dicho impuesto los trajes de los vigilantes...”


En esas mismas fechas, 3 de julio, los profesores de Lengua y Comercio solicitaban al Ayuntamiento que dieran comienzo los exámenes de fin de curso.

En la próxima entrada veremos cómo para el 7 de julio de 1884, había quedado instalado el telégrafo en el establecimiento de Baños de Mar Bilbaínos de Las Arenas. Y cómo ese mismo mes la vecindad de Getxo se preparaba ante la llegada de una nueva epidemia de cólera morbo.

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