viernes, 11 de abril de 2014

EL ABRA, LA RÍA Y EL TRANVÍA -I-


El Abra, la Ría y el tranvía, elementos con varios nexos de unión. Uno de ellos fue la comunicación de Bilbao con la desembocadura del Abra y con Getxo. Resultó un puente entre el comercio y la navegación, conectando mercados, mercancías y gentes. Se unió un territorio a través de su cauce y sus riberas. Se superaron dificultades naturales, que el tiempo y los cauces pusieron en el camino de aquellas poblaciones en los inicios del auge económico de las márgenes del Nervión. 
 
Estos elementos, de los que ya he hablado en varias ocasiones, tuvieron también sus tiempos en la historia. Una historia plagada de hitos, que van desde los albores de la “Carta Puebla” de Bilbao en el año 1300 hasta nuestros días. 
 
La comunicación de aquellos pueblos, que a largo de la ría abrazaba ese caudaloso brazo, que al mezclarse ría y mar, se deslizaba no sin grandes dificultades desde Bilbao a la peligrosa “Barra de Portugale”, temida por los marinos de la época, obstáculo natural para el avance del tráfico portuario de un Bilbao en expansión. 

 
La misma tenía canales de poco cauce, que provocaban continuos embarrancamientos de los barcos. Con el agravante de que no podía ser cruzada por naves que tuvieran un calado de más de 4 metros en las pleamares vivas, momento de máximo calado de la barra. Ello provocaba que unos tuvieran que guarecerse en Santurtzi para poder entrar y otros esperar en la ría para poder salir. De ella se decía “...es muy temible en invierno el saco del Abra, y solo debe acceder a él, con mal tiempo, el navegante que tenga completa seguridad de poder salvar con su buque la barra de Bilbao...” .
 
Aquella ría no estaba encauzada tal y como hoy la conocemos. Llenaba en las pleamares las vegas que iban desde el Arenal Bilbaino hasta las marismas de Getxo. Quedando, en las grandes avenidas (épocas de lluvias), grandes bancos de grava y arena, lo que dificultaba la navegación a los afortunados que habían logrado sortear la Barra de Portugalete. 

 
Sería en 1502 cuando comisionados por “...los Señores del Regimiento de esta noble Villa de Bilbao y Prior y Consules de Burgos...” los maestros Guiot de Beaugrand y Juan de Garita para estudiar las obras necesarias para realizar las mejoras en la barra y parte inferior de la ria. Llegaron a la conclusión de que “...el río que viene de Gresalzu, junto a la casa de Las Arenas, hace tanto daño, que de no ponerse remedio en breve tiempo, podría llegar a perderse toda la canal...” Parece que aquel río arrastraba mucha arena, por lo que proponían realizar un nuevo cauce para el. 
 
El río que anegaba una tierra baja antes de la desecación de las marismas no era otro que el hoy denominado Gobela, que serpenteaba entre dunas de arenas movedizas, alterando su curso por las grandes avenidas, y llevando gran cantidad de arenas al final de la playa de Las Arenas. A pesar de ello, la obra no llegó a realizarse, y sería, más tarde, a partir de 1558 cuando se empezaría a realizar, tras un nuevo informe. En él se decía que “...había que desviar aquel río con objeto de que en lugar de desembocar en la ría, lo hiciera en la mar, hacia la parte de Algorta...”. 

Es en esta época cuando se realizaría el muelle de Areeta-Las Arenas, con una longitud de 778 metros. Es precisamente en el periodo de obras que iban desde 1558 a 1651, cuando se ordenaría que el deslastre de los buques se realizara en los muelles de la margen derecha de Algorta, hecho que dio lugar a la mojijonera. 

 
Nos da una idea de cómo era aquella barra y los bajos de los bancos de arena de la Playa de Sestao (Bajo del Fraile), donde se bifurcaba la ria en dos, el plano elaborado el 1 Agosto de 1731 por el ingeniero D. Pedro de Moreau y la fotografía de la misma, que incluyo sobre estas líneas y debajo de las mismas. 

 
Durante la llamada “Guerra de la Independencia” (1808-1814), las obras de encauzamiento de la ría quedaron paralizadas. Lo que provocaría que grandes extensiones de los muelles quedaran amenazadas de ruina. No será hasta 1883 cuando se emprenda la reconstrucción de los muelles de Areeta-Las Arenas y Portugalete.
 
En los años 1858 a 1870 se procedió a realizar estudios para la creación de un puerto exterior en el Abra. Sus autores fueron D. Amado Lazaro, D. Carlos Vignole y D. Juan Orense. Pero no sería hasta 1877 cuando D. Evaristo de Churruca y Brunet se hiciera cargo de la construcción del puerto exterior de Bilbao y de la canalización del río Nervión, cuyas obras finalizaron en 1904. 

  
Sin embargo, en el madrileño “La Gaceta de los caminos de Hierro”, se publicaba el 8 de Agosto de 1912, una memoria del estado de las obras de la ría y Puerto de Bilbao, que acababa de publicar el Ingeniero Director de las mismas Sr. Gorbeña. En las mismas hablaba sobre las obras de mejora del cauce de la ría, ensanche de la desembocadura, en la que se había producido un estrechamiento del canal, debido a la presencia de restos de varios buques naufragados con anterioridad al año 1890 en el lugar conocido como “La Mojijonera”. En el mismo se informaba que el ancho del canal había aumentado en 35 metros. En cuanto a los trabajos de dragado, se hacía notar que el volumen que anualmente extraían las dragas era de 800.000 m3, mientras que del río Nervión y sus afluentes llegaban 500.000 m3 de fangos anuales.


En la próxima entrada veremos el otro brazo que unió las margenes de la ria facilitando el transporte de personas y pequeñas mercancías. Pero esto no será hasta el próximo día 23 de Abril, ya que por las fiesta de Pascua que se aproximan, que provocan la movilidad de la gente, hace que yo también aproveche para coger unos días de asueto. HASTA EL MIERCOLES 23 DE ABRIL !!ONDO PASA!!.

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