En la anterior entrada, de esta serie, sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos cómo el domingo día 14 de octubre de 1894 acontecía el acto de colocación de la primera piedra del Hospital Hospicio de Alango.
La estructura de las casas de Algorta, a finales del Siglo XIX, era de madera, lo cual hacía que en cualquier descuido, bien porque la chimenea estuviera obstruida o por una mala combustión del hogar, fueran fácil pasto de las llamas. Algo de eso ocurrió el día 18 de octubre de 1894 a una vecina de Algorta: “...Ayer se declaró un incendio en la casa de Dña. Tiburcia Ansoleaga. A pesar de los esfuerzos realizados por la autoridades y los vecinos, el incendio tomó grandes dimensiones, debido al fuerte aire reinante. Se tardó en sofocar el fuego cerca de dos horas. La casa sufrió grandes desperfectos, cuyas perdidas se estiman en unas 4.500 pesetas...” Unas perdidas a todas luces elevadas teniendo en cuenta el coste de vida de la época, pues un salario anual normal, no superaba las 1.000 pesetas (“El Noticiero Bilbaíno” y “El Nervión” del 19 de octubre de 1894).
Por aquellas fechas, 20 de octubre de 1894, según contaba en su primera plana el diario “El Noticiero Bilbaíno”, se preparaba una reforma en la Administración de Justicia, y se decía en uno de sus apartados: “...La misma se administrará en cada municipio por un tribunal municipal...” Claro que para poder formar parte del mismo se debía reunir entre otras condiciones: “...Ser mayor contribuyente o haber desempeñado algún cargo por elección popular...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 20 de octubre de 1894).
El Casino de Las Arenas, que había sido inaugurado el 15 de septiembre de 1888, tuvo una corta vida, ya que a partir de mediados de octubre de 1894 salía a subasta. Aquella subasta, según contaba “El Noticiero Bilbaíno” del 22 de octubre, fue adjudicada: “...En la subasta del casino de Las Arenas, el mobiliario, vajilla y casino, han sido adjudicados por 21.000 pesetas a nuestro convecino D. Tomás de Zubiría...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 22 de octubre de 1894).
El 23 de octubre de 1894, una buena noticia se asomaba a nuestros diarios relacionada con los más pequeños: “...En todos los periódicos locales se ha dado cuenta del descubrimiento de los doctores Roux, Versin y Behring, profesores del Instituto Pasteur de París, los cuales después de ímprobos trabajos han tenido la fortuna de encontrar el remedio para combatir la difteria, que todos los años se lleva al cielo millares de ángeles, después de terribles y dolorosas agonías...” (“El Nervión” del 23 de octubre de 1894). Pocos días más tarde, en otro diario, se informaba: “...La Junta Local de Sanidad ha designado los facultativos que acudirán a París para estudiar la vacuna del doctor Roux contra la difteria, fueron designados el celebre Médico Cirujano Mayor del Hospital Civil de Bilbao, D. Ramón de Arostegui y el médico titular D. José María de Gorostiza...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 26 de octubre de 1894). No fue el único municipio de Bizkaia que envió un comisionado a la capital del Sena, también el de Erandio enviaba a un galeno: “...El ilustre médico D. Timoteo Goiri, salió ayer por la mañana con dirección a París, comisionado por el Ayuntamiento de Erandio, para estudiar el tratamiento antidiftérico del doctor Roux...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 5 de noviembre de 1894).
Para algunos vecinos de Alango la actividad de la porcicultura era una forma de vida. Pero la nueva normativa editada por el Ayuntamiento de Getxo impedía dicha actividad fuera del matadero municipal. Ese fue el caso de un vecino de ese barrio de Algorta que en el pleno del 25 de octubre de 1894: “...Presentó una instancia para que se le permitiera entrar en la cuadra de su casa, tres o cuatro cerdos. Se trata de D. Juan Ramón Mota, quien a la compra de esos animales, para una vez matados vender sus productos. Este Ayuntamiento acuerda, que no puede acceder a su pretensión, pudiendo hacer uso, como otros lo verifican, para tener cerdos en los chiqueros del matadero y sacrificarlos en el local destinado en dicho edificio para tal cometido...”
El puente de Villaotas, que se construyó en 1887, era en ese mismo pleno, objeto de reclamaciones por su constructor: “...Se dio cuenta de una instancia de D. José Ramón Uriarte, que después de manifestar que hacia el año 1887 construyó a su costa, el de otras personas y y este Municipio un puente para el paso público sobre el río Govelas en el punto de Villaotas, el cual se halla abandonado y que de continuar así resultaran perjudicados el público y el Municipio, por lo que suplica que este Ayuntamiento se haga cargo de su reposición y conservación...” El Ayuntamiento acordaba: “...Encargar al arquitecto municipal su reconocimiento y proceder a su reposición. Que si alguien pretendiera derecho de cualquier clase sobre dicho puente, sea el proponente el encargado de la defensa, sin que el Municipio tenga obligación de gastar ni pagar cantidad alguna...” Seguramente se referían a algún puente que se construyó en la zona de la Avenida de los Chopos, para el paso de personas y carros.
En ese mismo pleno del 25 de octubre, el Ayuntamiento decidía aprobar la solicitud, para la construcción de un hotel en Las Arenas: “...Se da cuenta del informe el Arquitecto Municipal de Edificación, de la instancia presentada incluyendo planos, de D. Alberto de Palacio, solicitando autorización para construir un hotel en su terreno en el barrio de Las Arenas cerca de la Iglesia. Acuerda este Ayuntamiento acceder a su solicitud en todas sus partes...”
También se estudiaba la solicitud de un vecino de Bilbao para edificar una casa de recreo en el barrio de Santa Ana: “...Se da cuenta de un informe del Arquitecto Municipal, relativo al la solicitud de D. Ramón de la Sota, vecino de Bilbao, pidiendo permiso para edificar una casa de recreo en su terreno en la calle Santa Ana en Lamiaco en esta Anteiglesia...”
A finales del octubre de 1894, el 30 de ese mes, en la prensa bilbaína se anunciaba para el Hipódromo de Lamiaco su “De profundis”, decía el articulista: “...Las campanas suenan a muerto. Aunque poco, el Hipódromo tuvo algún existo, sobre todo cuando no llovía. El Hipódromo muere hoy de tedio, para el 20 de noviembre se venderán los chirimbolos acumulados en el campo. Ya no veremos más las camisetas de brillantes colores de los jockeys...”
En el pleno del Ayuntamiento de Getxo del 31 de octubre de 1894, entre otros temas, se trató sobre el suministro de agua potable a nuestra Anteiglesia, dichas aguas provenían de los montes de la Jurisdicción de Berango: “...Se da cuenta de la certificación emitida por el ingeniero D. Laureano Gómez Santa María, referente a los aforos verificados de las aguas que este municipio aprovecha del monte de la Jurisdicción de Berango. De dicho informe se desprende que: Las aguas que se aprovechan de “Jauncoerreca” llenaron el decalitro en 4 segundos y dos décimas; las provenientes de “Basarte” en 35 segundos; y las de “Achavale” en 35 segundos. De lo cual se desprende que las provenientes de “Jauncoerreca” en 24 horas aportan 205.714 litros; las provenientes de “Basarte”, durante el mismo tiempo, aportan 24.685 litros; y las de “Achavale” aportan 6.646 litros; por lo que el aprovechamiento de los tres manantiales aporta un total de 237.045 litros diarios durante 24 horas...” Y precisamente en relación con las aguas, según relataba “El Noticiero Bilbaíno del 1 de noviembre de 1894: “...A uno de los operarios que trabajaba en la construcción del deposito de aguas de Berango, D. Julián Iturriza, natural de Algorta, le cayó encima parte de la bóveda, siendo conducido a su domicilio, según decían, con pocas esperanzas de vida...”
En esas fechas de comienzo de noviembre, algunos periodistas, aportaban una visión gris del día de ánimas: “...!Rendir tributo a los muertos, que cosa más natural! Hagámoslo con los que ya no son de este mundo, que acaso cuando faltemos a nuestra vez, alguien se acordará de nosotros y nos dediqué una oración. Desde la entrada del cementerio, el rótulo que hemos leído, invita al recogimiento:
Aquí acaba el placer de los injustos
y comienza la gloria de los justos.
Mas allá, otra inscripción nos dice:
Cada paso que vais dando
por la senda de la vida
Más y más os va acercando
Mortales a la partida
Que en vano estáis evitando.
Mientras, las campanas doblan a muerto y el cielo gris envuelve el panorama en; un marco de infinita tristeza...”
Según un informe del diario “El Noticiero Bilbaíno” del 4 de noviembre de 1894, el movimiento de la línea de Bilbao a Las Arenas, durante el mes de octubre de 1894 había sido: “...De 50.886 viajeros, 2.057.212 kilogramos de mercancías, obteniendo un rendimiento de 17.220 pesetas...”
Por aquellos días “El Noticiero Bilbaíno” daba una noticias relacionada con las comunicaciones entre Leioa y Las Arenas: “...Parece que el Ayuntamiento del pueblo de Lejona, fundándose en lo aislado que se encuentra este, va a solicitar a la Diputación Provincial la construcción de una carretera que le ponga en comunicación con Las Arenas u otro pueblo inmediato, hallándose dispuesto construir la carretera por su cuenta...”
En la próxima entrada, de esta serie, veremos cómo, el encargado del Puerto exterior solicitaba permiso para hacer un puente sobre el río Gobela.
Que gozada de documento. Todo el muy bueno. Un comentario: Yo siempre he creído que lo que aquí se llama Puente de Villaotas, a mi edad de crío lo llamábamos de Villabotas.
ResponderEliminarSimplemente he transcrito lo que escribieron en el libro de actas de 1894-1895.
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