lunes, 29 de abril de 2019

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -93-



En la anterior entrada veíamos cómo los planes de prevención de las temidas epidemias (cólera, viruela, etc.) estaban entre las principales preocupaciones del consistorio de Getxo.

El 13 de septiembre de 1888 se daba cuenta en el pleno del Ayuntamiento de Getxo de la recepción de un oficio del Director General de Correos y Telégrafos, fechado el 28 de agosto, en la que se indicaba que desde el día primero de septiembre la estación telegráfica se denominara de “Algorta”. Pero resultaba curioso que en esas fechas el diario “El Noticiero Bilbaíno” realizaba la siguiente crítica respecto al servicio de correos y telégrafos: “...El servicio telegráfico es aquí muy defectuoso, no por culpa de los que lo desempeñan, sino por culpa de la administración central de la que depende. La estación de Bilbao es la quinta de España por el número de despachos que trasmite, y sin embargo, el personal de que está dotada apenas seria bastante para el desempeño de la vigésima. Y lo que pasa aquí en cuanto a las comunicaciones telegráficas es mucho menos deficiente que lo que pasa en las comunicaciones postales. Pondremos un par de ejemplos de la deficiencia a que nos referimos, y aluden a dos zonas opuestas de Vizcaya, las cartas de Elgoibar tardan en llegar a Bilbao 24 horas, a pesar de que entre ambos puntos se hace en 3 el viaje en ferrocarril; las cartas y periódicos de Bilbao a Algorta tardan tanto como en llegar de la Villa a Madrid...”

El 15 de septiembre de 1888 se inauguraba el Casino de Las Arenas y la compañía del ferrocarril de Bilbao a Las Arenas ponía esa noche a las nueve y media un tren especial par conducir de regreso la Villa a las personas que hubieran asistido a dicha inauguración. El miércoles día 19 de septiembre se celebró el primer baile para niños en dicho casino.


En esa misma fecha solicitaba D. Juan Dourte, quien fuera director del colegio “San Bernardo” de Algorta, permiso para la construcción de una casa en el punto llamado de Amestiondo de dicha localidad.

Arrigunaga y Aiboa, dos puntos utilizados a mediados de septiembre para la extracción de piedra y arena. El primero para la extracción de piedra fue explotado por D. José López Ortiz, el segundo para sacar arena por D. Esteban Landaburu, vecino de Sestao.

El pesaje de artículos sometidos a arbitrios en Las Arenas era una necesidad que los rematantes venían demandando en septiembre de 1888. D. Benigno Zarranz fue de los interesados en poder pesar el vino y otras bebidas que eran introducidas por los mercaderes en nuestro municipio. Uno de los lugares que el consistorio de Getxo se planteó colocar una bascula fue en una caseta de madera situada en la “Plazuela” (Actual Bizkaiko Zubia), pero su estado al perecer dejaba mucho de desear, por lo que acordaron estudiar la posibilidad de construir una nueva en: “...Un punto aparente del barrio...”.


Los gastos de los presos o detenidos en el “Deposito Municipal de Corrección” requerían de reparación en la que se invirtieron en obras 110 pesetas.

Pocos días faltaban para que fuera colocada la primera piedra del puerto exterior del Abra, el inicio de los contramuelles, que se produjo un viernes 21 de septiembre de 1888, en las que iba a haber regatas en la ría como parte de la celebración y el vapor “Progreso” iba a realizar un viaje saliendo desde el Arenal, por un precio de ida y vuelta de 8 pesetas, los billetes se despachaban el escritorio de D. Teodoro H. de Maruri en la calle La Estufa de Bilbao (Pero este asunto formará parte de una entrada que en breve publicaré en mi Blog).

Ya estábamos en la festividad de Las Arenas, que había aumentado en cuanto a celebraciones religiosas, pasado a ser “Santa Ana”, por entonces fiesta de gran atracción de romeros, a incluir “Las Mercedes”, cuya iglesia todavía era aneja a la de San Nicolás de Bari de Algorta, por lo que el Ayuntamiento decidía el 20 de septiembre de 1880: “...Se proporcione un sacerdote para predicar en la misa mayor, que tendrá lugar el día 24, y se celebre la romería con asistencia de tamborileros y banda de música, por lo que el Alcalde D. Pedro de Amezaga ordenaba incluir un anuncio en “El Noticiero Bilbaíno” y comprar cohetes o voladores para su celebración...” El sacerdote encargado de pronunciar el sermón fue un miembro de al Compañía de Jesús. El 24 de septiembre de 1888, festividad de Las Mercedes era un acontecimiento por parte doble, ya que en el otro lado de la ría (Portugalete) se inauguraba en ferrocarril de la Villa de D. Diego hasta la Villa Jarrilera. A pesar de que aún no aparecían en el programa de fiestas de Getxo, y la prensa bilbaína las ignoraba por incipientes como decía con anterioridad, fueron seguidas por los vecinos con mucho júbilo.


En aquellos meses una nueva plaga venía a atemorizar a los compungidos vecinos ya que según se decía en el Estado se habían producido varios casos de “difteria” o “garrotillo”, incluso con cinco fallecimientos en Madrid y 8 en Bilbao. Llegaban noticias sobre su cura, que se referían a un sencillo tratamiento que en Inglaterra practicaba el doctor Field consistente en: “...El doctor llevaba consigo simplemente una flor de azufre, y un cañoncito de pluma, pone una cucharadita de flor de azufre (cuchara de té) en una copita de agua, lo revuelve bien con el dedo, y cuando ya esta bien mezclado hacía al enfermo realizar gárgaras, y en diez minutos se hallaba el atacado fuera de peligro. En los casos extremos, cuando le llamaban en el periodo en que el hongo se había desarrollado hasta obstruir casi la garganta, con objeto de facilitar el gargarismo introducía el azufre en la garganta, poniéndolo en un cañón de pluma y soplando; y cuando las fungosidades se habían contraído, entonces daba el gargarismo mencionado. Si algún paciente no podía hacer gárgaras, tomaba un ascua y espolvoreaba la cantidad de una cucharilla pequeña de azufre, a veces dos, y hacía al momento al enfermo aspirar el humo. De este modo las fungosidades eran destruidas...” Otros tratamientos que se aplicaban en 1888 eran la ingestión de aceite de trementina purificado o uno curioso por sus componentes, consistente en un emplasto de almendras amargas sin mondar y asta de ciervo, rociado con vinagre puro, el cual se aplicaba en la parte posterior del cuello. La difteria ahora es poco común en muchas partes del mundo y con un sencillo tratamiento es atajada. Pero es simplemente una historia del Siglo XIX, por lo que no es recomendable realizar esa práctica a nadie hoy en día.

El 28 de septiembre de 1888 resultó en Algorta un día bastante sobresaltado ya que según relataba el diario madrileño “Justicia”: “...Estando bañándose en la mañana del 28 varias señoras y otros bañistas vieron cerca de Algorta un pez extraño de un tamaño al parecer bastante grande. A los pocos momentos vieron que el pez avanzaba hacia la barra; pero como iba bastante lejos de la playa, creyeron que no le sería fácil llegar hasta donde se encontraban bañando. Repentinamente y cuando menos lo esperaban, vieron salir del fondo y a unos tres metros de donde se estaban bañando al cetáceo, el cual, por sus dimensiones extraordinarias, debía ser algún ballenato. Las señoras se asustaron de tal modo que algunas de ellas llegaron a perder el conocimiento, y a todos, incluso a los bañeros, les sobrecogió la inesperada aparición...”

En la próxima entrada veremos cómo la caseta a la que me refería anteriormente no disponía de espacio suficiente para la colocación de una báscula.

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