La
anterior entrada finalizaba con el servicio del barco del pasaje para
trasladar invariablemente a Carlistas y Liberales entre ambas
margenes de la ría.
El
día 20 de enero de 1876 se iban a celebrara las elecciones para
elegir a a los Diputados a Cortes de Bizkaia. Como decía
anteriormente solo había una mesa para los electores, y ésta
situada en la plaza de Algorta. La duración de las mismas era de
cuatro días, y como venía siendo costumbre a los designados para la
mesa, el consistorio abonaba las comidas, que en esta ocasión
ascendió a 200 reales.
Pero
como la guerra continuaba, el día 4 de febrero de 1876 el Comisario
de Guerra de la plaza de Bilbao, exigía a Getxo la entrega de 12.000
libras de pan en San Anton, antes de las nueve de la mañana, para
abastecer a sus fuerzas. Las posibilidades de hornear tal cantidad de
pan por los panaderos del municipio era impensable, por lo que
delegaron en el regidor D. Pedro de Menchaca para que acudiera a
Bilbao para tratar de hacer entrar en razón a las autoridades
militares.
El
29 de febrero de 1876, el Gobernador de la Provincia enviaba un
Boletín Extraordinario al Ayuntamiento de Getxo, en el que
transcribía el telegrama del Ministro de la Gobernación:
“...entrando
en territorio de Francia D. Carlos vencido por la adversa fortuna, ha
renunciado a una lucha inútil, por lo que el Sr. Presidente del
Consejo de Ministros ha declarado la Paz...”
Con motivo de la finalización de la guerra entre Carlistas y
Liberales, se celebraron 3 días de fiesta, el Pueblo apareció
durante esos días engalanado con colgaduras e iluminaciones. Como
iba a pasar por Getxo el nuevo monarca Alfonso XII, Para celebrar
aquel acontecimiento se construyeron dos arcos del triunfo, uno en
Las Arenas y otro en la casa de D. Domingo de Aurrecoechea, que
fueron realizados por el ebanista D. José María de Ordeñana. El 21
de marzo se cantó un Tedeum en la parroquia de Santa María de Getxo
en señal de acción de gracias por al finalización de la guerra.
El
2 de marzo de 1876 se acordaba: “...Conste
para los fines consiguientes, haber sido concedida por Real Orden de
18 de octubre de 1872 la construcción de un tranvía desde Bilbao a
Algorta, y su transferencia el 3 de noviembre de 1875…”
El 26 de febrero D. Juan Amann concesionario del tranvía, en su
nombre y el de otros concesionarios de dicho medio de transporte como
D. Emiliano Amann, D. Eusebio García y Sres. Hijos de Aburto
solicitaba: “...próximas
a comenzar las obras del tranvía, en su parte de Bilbao a Las
Arenas, y proponiéndose establecer en la Plazuela de este último
punto, el correspondiente servicio de cambio de vías y cruces, para
la debida separación de coches que se hallen parados, como para la
gira de los que regresen de Bilbao, y que los cambios de vía se
realizaran a nivel de suelo, sin obstáculo para el paso de
carruajes, se le conceda permiso para hacer los estudios de la vía
desde Las Arenas a Algorta...”
El
23 de marzo de 1876 , tras la solicitud del Mayordomo de la Cofradía
del Puerto Viejo D. Ángel de Zavala, de ayuda para realizar
reparaciones en el maltrecho lugar, y ser denegada por el
consistorio, por la escasez de fondos producida por los gastos de la
guerra. Enviaba la Corporación Municipal un escrito a la Diputación
de Vizcaya solicitando: “...se
rescinda el convenio realizado hacia el año 1842, entre el
Ayuntamiento y la Cofradía de Mareantes del puerto de Algorta, en
razón a arbitrios, por haber desaparecido las circunstancias que
mediaron para la celebración de aquel convenio, y ser muy gravoso y
perjudicial para los fondos municipales...”
Los
arbitrios municipales, de los que salían parte de los fondos que
iban a permitir el desarrollo municipal de Getxo, estaban ahora, una
vez concluida la guerra, en primera plana de los asuntos locales. Y
era D. José Fresnedo Jauregui uno de sus protagonistas, que en marzo
de 1876, se hacía con el arriendo de la casa matadero y el abasto de
carnes frescas.
Y
quizá como reminiscencia de la guerra pasada, algunos aconteceres
relacionados con los militares seguían coleando. El Comandante
Militar de la Villa de Portugalete, en abril de 1876, hacía sentir
sus demandas a Getxo. Y lo hacía entorno medio de comunicación, de
la época, que permitía unir ambas margenes (Las Arenas y
Portugalete). Era este medio el barquero, que transitaba ambas
orillas llevando mercancía, animales y personas, alguno de los
cuales, parodiando una vieja película en la que intervino José
Isbert con su celebre frase “...sea joven, persona o militar...”,
en este caso también era el transporte de militares los que hacía
intervenir a aquel mando, cuyos acarreos costaban 250 reales al año
a los Ayuntamientos vecinos: “...que
de acuerdo con el servicio militar de la ría del 29 de diciembre
último, este pueblo contribuirá proporcionalmente, al igual que
otros de la zona, a los costes del transporte de militares...”
Lo hacían a la vez que comenzaba el derribo de las trincheras de
guerra de acuerdo con el Bando del General en Jefe del Ejercito del
Norte. Los militares, también demandaban ser alojados en casas
particulares de Las Arenas, a lo que el Ayuntamiento argumento:
“...que
no cree que exista la imperiosa necesidad de alojar a dichas fuerzas
en casas particulares, máxime existiendo una casa cuartel en el
Fuerte de las Canteras (Algorta), en el cual siempre ha habido
acuartelas tanta fuerzas o más que la que hoy existen en el
barrio...”
Era
el momento de las escuelas municipales de Algorta y Sarri (Santa
María), las cuales tras el paso de las milicias habían quedado
seriamente dañadas. Por lo que se daba orden de repararlas y
acondicionarlas para que los pequeños pudieran continuar recibiendo
la enseñanza.
En
ese mismo mes, el Sello del Fielato era noticia en Getxo, ya que
dicho símbolo de la autoridad municipal, en cuyo tampón podía
leerse la inscripción “Fielato
de Santa María de Guecho”,
estaba en manos del sacristán de Santa María D. Justo de
Barrenechea, y el consistorio ordenaba su entrega en las oficinas
municipales de Algorta.
En
la próxima entrada veremos las tensiones que el Ayuntamiento
mantenía con la Compañía del Tranvía, así como la atención que
dedicaron a los llamados “Huéspedes
del Aire” (los mendigos), que al parecer proliferaban por Getxo.
Fantásticos reportajes del XIX, Abadene!!!!
ResponderEliminarRealmente es en esas épocas donde está la Historia de Getxo, antes de llegar la oleada modernizadora que cambió hasta los cimientos el pueblo.
Bajo esa masa de asfalto que ya va de Lamiako a Azkorri, perviven historias y personajes, late el alma guaita ...
Lo sé, hacía falta el ffcc, las carreteras y autovías, la urbanización de calles, puertos y superpuertos etc etc ... pero en la memoria ha de preservarse lo que era la esencia ...
Porque si no, los nuevos llaman Bidezabal a Arrigunaga y Algorta a Sarri ...
"Sarria sarri, gauean argi"
Sarriko Basoa