miércoles, 16 de febrero de 2022

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -257-

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos cómo se producía un devastador incendio en la calle San Nicolás de Algorta.

El día 18 de febrero, un asiduo corresponsal sobre temas de Algorta de “El Noticiero Bilbaíno” escribía en la primera plana de dicho diario un artículo que titulaba “Sobre el terraplén de la Avanzada”: “...Entre el que era ayer acantilado de la costa, y el muro, qué por el lado del mar contiene y defiende al terraplén indicado se han de ejecutar obras de importancia, de toda esa labor han de resultar mejoras notables en beneficio de la zona de Guecho que lleva el nombre inscrito en el epígrafe del título.

Pero es el caso, que las olas, azotando al muro de contención, y deslizándose por el, con rapidez siempre, y son furia inusitada en los días de rizo violento y de verdadera tempestad, hozan la duna, que por el lado de la playa las servía de marco y de freno, y la socavan, arrastrando sus arenas en direcciones distintas.

De no poner remedio pronto a ese arrastre, la duna desaparecerá en breve por el extremo del Nordeste, y las obras del acantilado y de la doble vía, que sobre la duna descansan y que con empeño tenaz, y a costa de sumas considerables, se han construido, desaparecerán en corto transcurro de tiempo. Dos barriadas del Municipio han de quedar sin comunicación directa y expedita con la tercera, que es la de Las Arenas.

El pueblo ha de perder muchísimo en ello, la Excma. Diputación bastante, a la la empresa del tranvía le ha de venir de ahí quebranto sensible, y la zona de terreno, que se extiende al Sudoste de la faja arenosa amenazada de desaparición, quedará inundada, porque se asienta bajo el nivel de la playa. Hasta el ferrocarril de Plencia, y la vega de Lamiaco, que por aquella parte se dilata, pueden quedar lesionadas de gravedad, de ocasionar las mareas la destrucción de la duna que aun las acota.

El diputado Señor de Arrola, vecino de Guecho y domiciliado en Algorta, ha presentado en la Asamblea Provincial mociones reiteradas, denunciando por medio de ellas la gravedad, la amenaza y el rápido avance del mal, estimulando a que se pongan los medios de para el pronto remedio de dicha amenaza.

Expediente al canto, estudios técnicos sin perder tiempo, memoria y planos sin demora, discusión sin largas, y aprobación sin distingo. Y para lograr todo eso, energías, energías, y energías de acción, escudadas en el concurso de todos, y dirigidas con tacto y nobleza. !Mañana quizá pudiera ser tarde!...” (“El Noticiero Bilbaíno” del 18 de febrero de 1895).

Aun tardaría en realizarse aquella obra, ya que de toda aquella mejora, según consta en las Memorias de la Junta de Obras del Puerto de Bilbao de 1902: “...La subasta de las obras de defensa de la costa de Algorta, no fue realizada hasta 20 de diciembre de 1897, y su ejecución fue recibida el día 9 de julio de 1901...”

En el ferrocarril de Las Arenas a Plencia, en febrero de 1895, existía un punto que era considerado como conflictivo y susceptible de provocar accidentes: “...Con motivo del accidente ocurrido en el ferrocarril de Las Arenas, nos dicen que no será extraño que ocurra alguna otra desgracia a la salida del ferrocarril de Plencia en las Arenas, pues hay en aquel lugar dos vías y en el centro de ellas un río al que acuden varias lavanderas, niños y ganados...” Se trataba, más o menos, del punto situado actualmente entre las calles Gobela e Ibaigane de Areeta-Las Arenas.

En el diario “El Nervión” del 21 de febrero de 1895 daban la noticia de los avances del muelle de la Avanzada: “...Se ha terminado el muelle que en la Avanzada de Algorta se ha construido, como principio del contramuelle del Puerto Exterior. En los trabajos de este contramuelle continúan arrojando escollera y bloques, con toda actividad. Confiamos en que a medida que avancen estas obras se notará más su benéfica influencia en la profundidad de la barra de Portugalete, la cual es ya hoy muy respetable, puesto que en las últimas mareas se ha notado que existe un canal de unos 25 pies ingleses de agua. La compañía argumentaba que en aquel punto existía una puerta con cierre metálico y un empleado que garantizaban la seguridad de la zona...” (“El Nervión” del 21 de febrero de 1895).

En el pleno municipal del 21 de febrero de 1895 se trataba sobre, a criterio del dueño del balneario “La Perla” de Ereaga, algunas actuaciones de personas que podían perjudicar a la playa: “...Se da cuenta de un escrito presentado por D. Antonio Arechavala manifestando que se hallan algunas personas extrayendo constantemente grijo en la playa de Ereaga, precisamente en el punto que en verano se destina, como más conveniente, a baño público, y que con esta extracción y la que hacen algunas gabarras de arena en aquel lugar, se perjudica notablemente a la citada playa, descarnándola en términos que dentro de poco se hallara convertida en un pedregal inservible. El Ayuntamiento acordaba: Prohibir tanto la extracción de grijo como la de arena...”

También se debatía sobre el Balneario de Baños de Mar Bilbaínos de Las Arenas: “...La Comisión de Fomento y Policía Urbana, pasaba una instancia de D. Enrique Aguirre, para que el Arquitecto Municipal emita un dictamen a cerca de la construcción de de un caño, en dicho establecimiento de baños de mar sito en Las Arenas, para la conducción a la alcantarilla general de la materias fecales procedentes de aquel edificio...”

Uno de los puntos de aquel pleno reflejaba la otra realidad de una Anteiglesia, que en aquellos años, presentaba graves diferencias en las posibilidades de vida entre la población. Lo que provocaba que algunos niños de corta edad tuvieran que ser llevados al Asilo de San Manes en Bilbao: “...Se da cuenta de una instancia de la viuda..., diciendo que no pudiendo mantener con el escaso producto de su trabajo a los tres hijos de menor edad que tiene, por lo que suplica e esta Corporación se sirva tramitar el oportuno expediente, para que dos de sus hijos de 7 y 9 años sean acogidos en el Asilo de San Mames...” Otro de los casos por el que presentaban solicitud de ayuda municipal decía: “...Que mi esposa ha tenido un parto anormal, debido a la difícil presentación del feto, y que a fin de salvar su vida, por indicación de varios facultativos, se hizo necesario operarla. Que estos médicos nos han cobrado 150 pesetas, que el solicitante no cuenta con medios para hacer frente a dichos honorarios, por lo que suplicamos ayuda...”

La próxima entrada de esta serie, veremos cómo llegaba el Carnaval, y cómo por fin se iba a inaugurar el alumbrado eléctrico.

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