miércoles, 23 de junio de 2021

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -222-

 


En la entrada anterior veíamos como se realizó el muro de protección que desde Punta Begoña, cerraba dando cobijo a las embarcaciones, en lo que hoy se conoce como el Puerto de Arriluze.


En el pleno del 19 de abril de 1894, algunas vecinas de Santa María de Getxo presentaban una queja, pues a pesar de tener reconocida su condición de “persona pobre” no recibían la atención medica que como tal les correspondía: “…Se dio cuenta de una instancia de Ramona, Francisca, Juliana, Casilda, María (de todas ellas se acompañaba su apellido), presentando una queja porque a pesar de hallarse declaradas pobres para la asistencia gratuita del médico, no han sido atendidas por el titular, por ello solicitan se les cambie de facultativo. El Ayuntamiento pedía al médico titular que aclarara, en caso de ser cierto, el motivo por el que no había tenido para dejar de asistir en sus enfermedades a las mencionadas señoras…”


Otra de las reclamaciones estudiadas en aquel pleno, ésta relacionada con las percepciones económicas de un servidor público, era atendida por el consistorio: “…El tamborilero de Las Arenas D. Benito Albeniz solicita se le aumente el sueldo que viene disfrutando por el desempeño de su cargo en el citado barrio. El Ayuntamiento acuerda que desde el día 1 de julio próximo se paguen a dicho tamborilero 300 pesetas de sueldo, en lugar de las 250 que viene percibiendo en la actualidad, las cuales le son abonadas anualmente…” Por aquellos días la Oficina de Correos se encontraba situada en la planta alta de la Alhóndiga Municipal de Algorta.


En abril de 1894 la zona de carretera del muelle entre la llamada Plazuela de Las Arenas (Bizkaiko Zubia) y las cuadras del Tranvía, que se hallaban situadas tras el Hotel Antolín, parece que tenían una gran pendiente, lo que al parecer ofrecía alguna dificultad para el tránsito de los carros de aquel medio de comunicación. Esto motivo que la Compañía decidiera reformar la rasante en aquella área: “…El día 26 de abril, en el pleno municipal, se daba cuenta de un oficio del Ingeniero Jefe de Obras Públicas de la Provincia, en la que informa a este Ayuntamiento de un expediente promovido por la Compañía del Tranvía de Bilbao a Las Arenas y Algorta, solicitando modificar la rasante de la zona marítima, en la parte del muelle que confronta en la Plazuela de Las Arenas y las cuadras del Tranvía, a fin de que desaparezca la fuerte pendiente del punto de partida…”



En ese mismo pleno una solicitud de un vecino de Algorta, D. Miguel Uria, nos daba la oportunidad de conocer donde se encontraba situado, en aquellas fechas, el Circulo Algorteño: “…Se da cuenta de una instancia de D. Miguel Uria, vecino propietario de esta, por la que manifiesta se halla obstruido el caño que injertó a la alcantarilla del municipio, casa que se encuentra donde se halla el Circulo Algorteño…”


En dicho pleno, tras realizar una consulta, el médico D. Ezequiel Anitua, que se dedicaba a la atención de familias pobres en el barrio de Algorta, recibía las indicaciones por parte del Consistorio de cuáles eran sus obligaciones: “…Que además de atender a los enfermos pobres, que viene visitando en la parroquia de Algorta, debe de prestar su asistencia facultativa gratis a los declarados como pobres de Santa María de Guecho…” En dicho informe incluía algunos nombres que no citaré.


Por otra parte, en el mismo pleno, se daba cuenta de la renuncia a su cargo del Director de la Banda Municipal D. Román Ibisate.


Y como eran aprobadas por el Gobernador Civil, a propuesta de la Diputación Provincial, las Ordenanzas de Edificación y Policía de nuestra Anteiglesia, se acordaba: “…Imprimir en una pieza o libro, en número de 106 ejemplares, siendo 6 de ellos empastados y 100 en rústica las normas de Ordenanzas de Edificación y Policía…”


En ese mismo pleno, del 26 de abril de 1894, se trataba sobre un informe emitido por la Comisión de Fomento y Policía Urbana: “...Que ha sido remitido por D. Evencio Cortina, vecino y propietario de esta localidad, proponiendo la permuta de un terreno de su propiedad, con el fin de ensanchar el camino estrada que por Govelas se dirige a la casa llamada “Hormaeche”...”


En esas mismas fechas el tramo final de la calle San Nicolás, en el tramo de llegada a la ermita del mismo nombre, se encontraba bastante deteriorado: “...Se da cuenta de un informe de la Comisión de Obras, en el que se habla sobre el mal estado de la calle San Nicolás, especialmente en su parte baja, en la que se hace indispensable, para evitar el arrastre de las aguas de la tierra que cubre esa zona, la colocación de un adoquinado en esa calzada, en un tramo de unos 110 metros, en todo el ancho de la calle, excepto en las aceras, y se propone sacar a remate dichas obras...”



Era aquella una época, en la que las apuestas se sucedían, algunas llamaban la atención por el recorrido y los acompañamientos elegidos para dichos eventos. En aquel mes de abril de 1894, dos fueron las apuestas que se cerraron, la primera enfrentaba: “...A un joven bilbaíno con otro de Marquina, la apuesta consistía en que partiendo de la Salve ambos y teniendo como punto de llegada el limite de Lamiako con Getxo, harían el recorrido uno en bicicleta y el otro a píe, quien llegara antes ganaba la apuesta de 125 pesetas que se habían cruzado...” La segunda apuesta consistía en: “...Una carrera desde Bilbao a Plencía, la cual pasaba por nuestra Anteiglesia, uno iría a bordo de un “Tilburi” (Carruaje de dos ruedas de tracción animal) y el otro en bicicleta, ganaba la misma quien legaba a la “Gallarda” en primer lugar...”


En la próxima entrada de esta serie, sobre el último cuarto del Siglo XIX, veremos cómo a finales de abril de 1894 la amenaza del la epidemia de cólera volvía a cernirse sobre nuestros pueblos.

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