"Cine Zamacona”, “Gran Cinema” de Las Arenas, por esos dos nombre fue conocido uno de los cines más emblemáticos de nuestra Anteiglesia. En 1929 seria Isidoro Zamacona Charroalde quien incorporaría a nuestro Municipio una Gran Sala de Cine, el “Cine Zamacona” de Las Arenas, conocido popularmente como “Gran Cinema”, aquel cine construido entre las calles Las Mercedes y Urkijo, tenia su entrada principal por la primera de ellas, disponía de una entrada de 20 metros, con un amplio pórtico cubierto, en el que estaban las taquillas de butaca y palco, por cual se accedía al hall de entrada, y desde el, al patio de butacas y al piso de palcos, en su parte posterior estaban las taquillas de general (anfiteatro o Gallinero), con sus bancos de madera corridos, donde el crujir de las tablas y el olor a castañas asadas y el chasquido de los cacahuetes era uno de los entretenimientos de un público de escasos medios económicos.
Aquel edifico tenia en sus plantas 2ª, 3ª y 4ª tres viviendas que daban a la calle Las Mercedes. El Cine disponía de un total de 1236 localidades, era el de mayor capacidad del Municipio, distribuidas en 716 para patio de butacas, 120 para palcos y 400 para anfiteatro (gallinero). El 3 de Septiembre de 1931 la Junta Provincial de Espectáculos autorizó, de forma provisional, la apertura de aquel gran salón de cine.
Contaba uno de los diarios bilbaínos, históricos, esto es anterior al Golpe de Estado de 1936, recordando su inauguración, de la que su propietario D. Isidoro Zamacona, no había quedado totalmente satisfecho: “...El Nuevo Cine.- Después de la inauguración del Gran Cinema Zamacona, que tuvo lugar el día 27 de septiembre de 1931, es muy numeroso el público que asiste a pasar un rato de solaz contemplando las magníficas producciones que presenta el inteligente Isidro Zamacona, el cual tiene gusto en la elección de películas, y in gran deseo de complacer a los aficionados al cine...”
Aquel hermoso y espacioso cine había llegado para llenar una necesidad que los habitantes del barrio de Las Arenas sentían, la de uno de los entretenimientos que estaba haciendo moda en los habitantes de las grandes urbes, visionar películas que empezaban a ser de transición del cine mudo al sonoro. Y es que en esa época del cine mudo, la de los años 20 a los 30, los espectadores pedían acompañamientos musicales, los cuales se realizaban en directo mediante pianos u orquestillas, que a su vez servían para disimular el ruido que producían las bobinas de las cintas, esta aún no estaban separadas del público.
Seguía el diario recordando que la necesidad de un cine en Las Arenas, además, venia dada por la necesidad de no tener que ir a ver el cinematógrafo a Bilbao: “...De aquí en adelante el vecindario de Las Arenas no tendrá necesidad de acudir a Bilbao para poder presenciar una buena película sonora, ya que aquí podrá hacerlo al mismo precio o menor y además se economizara los gastos del viaje, que en la temporada de invierno asciende a un puñado de pesetas...”
Según parece los miércoles era el gran día de gala en el Gran Cinema de Las Arenas, la referencia de prensa decía: “...El miércoles, día de gran gala, la concurrencia fue muy numerosa, presentando la sala brillante aspecto; acudieron familias de Bilbao y pueblos inmediatos a Las Arenas...”
Relataba también que película había sido seleccionada para la proyección y hablaba de la orquesta encargada de poner música a dicha cinta: “...Anoche se dio una película muda, “El Vals del Amor”, que fue amenizada por la orquesta “di-camera”, que ejecuto varias piezas selectas admirablemente, entre ellas “La Viuda alegre” y “La viejecita”, que fue muy aplaudida...” La película “El Vals del Amor” fue una opereta interpretada por Lilian Harvey y Willy Fritsch.
Sobre los motivos de aquella proyección y el estado del barrio la prensa bilbaína decía: “...Por más que el día de la inauguración funcionó bien el aparato sonoro, Isidoro no estaba satisfecho del todo; así que estos días dará películas mudas para proceder a reparar las pequeñas faltas que se han observado y dejarle a la altura de los mejores cines de Paris y Berlín.
Seria conveniente que el Ayuntamiento mande colocar un par de luces y arreglar las aceras y el piso en el trayecto de la calle de la Estación y la del Club, por el mucho trayecto que hay los días de función y a fin de evitar el barrizal que se pueda formar los días de lluvia...” Todas esa referencia de prensa están tomada del diario: (La Tarde del 6 de octubre de 1931).
Aquel cinematógrafo vio pasar por su sala a infinidad de personajes y sociedades, tanto religiosas, políticas como deportivas, también proyecciones de cine mudo entre ellas: En diciembre de 1922 fiesta para los niños de las escuelas, en diciembre de 1923 a la “Asociación del Apostolado de la Oración”, en marzo de 1924 se proyectó la cinta de cine mudo “Chiquilín el hijo de la Parroquia”, en julio de 1925 al equipo local “Arenas Club” quien celebró entre sus paredes infinidad de juntas, en septiembre de 1926 fiesta benéfica a favor del Hospital Hospicio de Getxo, en noviembre de 1926 para ayuda a los damnificados de Cuba, en 1927 celebraron la inauguración de sus nuevos locales en Las Arenas la asociación política “Unión Patriótica de Guecho”.
El Cine “Zamacona”, ya conocido como “Gran Cinema”, cerro sus puertas el 27 de Enero del 2.005, contaba un diario bilbaíno el día 22 de enero del 2005: “...El próximo jueves día 27 de enero, se proyecta la última película que se podrá ver en esta sala”...” (Deia 22 de enero del 2005). Con la proyección de la película “En la Ciudad”, desaparecía la comodidad de los cines de barrio, que no requerían desplazamientos, en el que pudimos disfrutar de niños, de aquellas sesiones matinales de dibujos animados y de sus obras de teatro.





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