Nuevas
formas de socializar fueron dando paso a otras costumbres para la
juventud, unas de iniciativa juvenil, otras de iniciativa privada y
también de pública.
Un
sustituto de aquellos bailes de plaza de los años 60, fueron los
llamados “guateques”, estos fueron bailes privados que se
desarrollaron en lonjas y espacios privados. Eran
fiestas alegres y divertidas de una época en la que casi todo estaba
prohibido, se celebraban en petit comité, casi de forma selectiva y
clandestina. Se
celebraban en casas o locales particulares (garajes, lonjas o locales
sociales) y estaban restringidos al círculo de amistades de los
organizadores. Lo esencial era disponer de un tocadiscos y de un
experto musical en la cuadrilla: “...Los
discos eran aportados por los amigos. Había que dejar todo preparado
de víspera, fundamentalmente el tocadiscos y el altavoz, que solía
ser la tapa del mismo, las bebidas y alguna pequeña vianda. Se
celebraban con canciones de música ligera y Rock como: “Penny
Lane” de los míticos The Beatles, “Bye-by love” de los Everly
Brothers o “El rock de la cárcel” de Elvis Presley . También a
base de música lenta con temas como: “Mis manos en tu cintura o La
noche” del mítico Salvatore Adamo, “Il mondo” de Jimmy
Fontana, “Mona Lisa” de Nat King Cole o “ Sound of silence o
Miss Robinson” de Simon y Garfunkel...”

En
Getxo, muchos eran los lugares donde se celebraban esos guateques:
EN
ANDRA MARI:
Uno de los sitios célebres fue la finca de “Basanta”:
“...Allí
Luis Basanta y su hermano Jósean, junto a una cuadrilla de Algorta y
alguno de Berango, empezaron reuniéndose en un local de la vivienda
como si se tratara de un pequeño txoko. Más tarde decidieron crear
un lugar donde celebrar los guateques.
La
cuadrilla de los hermanos Basanta era muy grande, formaban parte de
la misma Jorge y Alfonso Valdibielso, Javier Elorriaga, Ozamiz y
Estrade “Tigre y Pantera”, Andoni Deusto, Rafa Sangroniz, Yulen
Gorrochategui, Luis Bilbao, Ramón Landeta y Pedro Berger; más
algunas chicas Isabel Olabarria, Ana Churruca, Tere Libano, Elisa
López, entre otras. Al lugar donde celebraban los guateques y le
llamaron “El Club de los Taleadores”.
El
espacio destinado a la celebración de los guateques era muy sobrio,
aunque disponían de una barra de bar, que tenía cocina y chimenea,
la mesa donde se instalaba el “Picku” (tocadiscos), unos
rudimentarios bancos donde sentarse y un pequeño receptáculo. Como
elementos decorativos en el centro del local plantaron un árbol y de
la playa de Azkorri levaron unas vertebras de cachalote, que hacían
las veces de asientos...”
EN
ALGORTA:
Se celebraron en varios locales, uno de ellos el “Bataclán”:
“...En
el se solían juntar Josetxu Raluy (+), Celaya, Mota, Vela (+),
Salaberri, Artola (+) y otros jóvenes de la época. El otro estaba
situado en la “Calle Nueva” (actual Musike Aurrekoa). La
cuadrilla que allí se reunía fue una de las de la “Plaza”,
entre sus miembros estaban: Jaime Ayo, Tomas Lekanda, Patxo Zárraga,
Angel Astorki, Joseba Bueno, Luisje Saitua, Javi Bueno, Joserra
Elorriaga y “Tolín” de la zona del castillo, Iñaki Sarria, Juan
Luis Madariaga, Gerardo Bilbao, Jose I. Franco, Julio Jaén, Iñaki
Isasi, Iñaki Ortiz, Pedro Celaya,Juanjo Sarría y Mikel Zabala .
En
un principio el lugar de reunión fue en Galarene, en un antiguo
gallinero, en la casa de los Lekanda. Más tarde se trasladaron a una
casa sin habitar que consiguió uno de los amigos, Jaime Ayo. El
nombre de aquella edificación era “Villa Danelis”, estaba casi
al final de la calle, a la izquierda, cerca de la casa de los
Camiruaga. Tenía un estilo un poco inglés con casas de dos pisos.
Al principio era un lugar de encuentro de la cuadrilla, sin chicas,
hasta que como dice uno de sus miembros, nos dimos cuenta que
el mundo giraba y teníamos que acercarnos a las chicas..., así que
vimos una solución para aquella aproximación en el incipiente mundo
de los guateques, que entonces empezaban a florecer...”.
También
se celebraron guateques en otros lugares del municipio, como Neguri,
Romo y Las Arenas.
Aquella
modalidad de diversión fue el principio del fin de los bailes de la
plaza pública, luego llegarían las salas de fiestas. En Getxo las
de referencia eran Tamarises e Igeretxe, así que ese mundo privado
fue dejando paso a otro diferente, más social. Fue una época en la
que la televisión aún era un experimento y los cines casi la única
diversión comunitaria.
Con
la desaparición de los bailes en las plazas los domingos en los año
70, un nuevo lugar de encuentro para la juventud tomo el relevo a
finales de los años 80 del pasado Siglo XX, la Discoteca popular de
Andra Mari. La Discoteca de Andra Mari, resultó una experiencia
pionera en Getxo, surgida del Aula de Cultura, fue conocida
popularmente como “La Discoteca sin Alcohol de Andra Mari”. Esa
experiencia inédita y pionera, abrió sus puertas en Diciembre de
1.989, consiguió en poco tiempo la accesión de multitud de jóvenes,
ávidos de un lugar barato, donde poder relacionarse y divertirse.
Fue una idea que surgió desde el Aula dentro del proyecto “Asteburua”,
que consistía en convertir las Aulas de Cultura en lugares de
encuentro, las personas responsables de lanzar aquella iniciativa
fueron Eugenio Gandiaga y Marta Herrera.
Pronto
comprobarían que habían infravalorado la iniciativa, su éxito fue
incuestionable, mas de 200 jóvenes abarrotaron las inmediaciones,
deseosos de diversión y nuevas experiencias, llegaban de los
pueblos mas cercanos (Leioa, Sopela, Erandio), también de Bilbao,
Portugalete y Santurtzi.
Contrataron a una empresa
de eventos musicales de Gernika cuyo nombre era “Radmatad”,
ellos se encargaban, del Disjokey y de seleccionar la música, para
poder realizar aquella actividad.
Tuvo
un pequeño parón con motivo de las Navidades y enseguida, el 6 de
Enero, volvió a abrir sus puertas, cada sábado el numero de chavales
iba en aumento, por lo que se tuvo que trasladar al frontón del
Polideportivo anexo al probadero de Getxo.
Esta
experiencia sobrepaso las expectativas de los promotores, la
afluencia iba increschendo, fueron mas de 1.500 jóvenes los que
hicieron uso de aquellas instalaciones, según fuentes de la propia
Aula de Cultura, en el año 1.991, afirmaban que se habían superado
estas cifras y daban una media de 1.903 personas de asistencia.
Durante las 34 semanas que duró aquel evento, se contabilizaron un
total de 64.720 chavales a lo largo de un solo curso escolar. Una
de las cosas que le confirió popularidad era el precio, para la
época 100 pesetas, no era un coste excesivo, incluía un refresco
como consumición.
La
discoteca abría sus puertas los sábados, desde las 17,30 hasta las
21:00 horas de la noche. La
experiencia resultó un éxito, contó con la participación de
monitores de tiempo libre de (Eleixpe, Romoko Ardatza, y otros
grupos).
Una
de las actividades que se realizaron dentro de aquella discoteca fue
el “Concurso
de Baile”,
que se celebraba en el mismo frontón, en su ultima edición, en Junio
de 1.991, un total de 1.347chavales acudieron a la cita.
La
seguridad de las instalaciones contaba con la ayuda de la Dya, y los
alrededores eran controlados por jóvenes, para evitar que se pudiera
introducir bebidas alcohólicas y los trapicheos de drogas o alguien
tuviera encima exceso de alcohol.
Finalmente
el exceso de aforo, los problemas de seguridad, sobre todo en las
salidas de emergencia hicieron que aquella iniciativa terminaría
prematuramente en Junio de 1.991.
Con
este último vestigio, recuerdo de los bailes de plaza, finalizo
estas entradas sobre los “Las Romerías y los Bailes en Getxo”.
Pero como siempre quiero dejar claro que seguramente habrá más datos
y más recuerdos, de aquella actividad lúdica que animó a nuestros
antepasados y a nosotros mismos, a acudir aquellas plazas a
disfrutar de la música y el baile y de encontrarnos con nuestros
amores de juventud.