domingo, 30 de noviembre de 2025

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -454

 

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, los vecinos se quejan de los arbitrios establecidos por la Corporación Municipal para atender a sus obligaciones.

Estábamos finalizando el libro de plenos del Ayuntamiento de Getxo, el que recogía en sus páginas los acuerdos del 17 de diciembre de 1896 al 14 de abril de 1898. En el se trataba, en sus tres últimas páginas, el 14 de abril de 1898, sobre los siguientes asuntos: “...Se da cuenta de la liquidación practicada por el Arquitecto del Municipio, de las obras ejecutadas por el contratista D. Eusebio Uribarri con motivo de la modificación de la rasante de la calle la Carretera cerca del Hospital Antiguo de Algorta, en cumplimiento de lo ordenado por el Sr. Director de Obras Públicas y Caminos Provinciales de Vizcaya...”

Seguía el pleno municipal, y se trataba sobre otro asunto, este referido al Hospital Hospicio: “...Se trata de una cuenta de D. Pedro Llona por los trabajos realizados en el jardín y huerto del Hospital Hospicio. Acuerda este Ayuntamiento que los mismos sean abonados por la Caja de la Junta de Caridad...”

Apunto de terminar aquel pleno municipal, se discurría sobre otro pago, en este caso el de una cuenta por las comidas servidas a las mesas electorales, que con motivo de las recientes elecciones a Diputados a Cortes se habían formado en el Pueblo: “...Aprueba el Ayuntamiento de Guecho una cuenta de Dña. Josefa Uribe que importa 90 pesetas, por valor de las comidas servidas el pasado día 27 de marzo último, a los señores de la Mesa del Distrito segundo, con motivo de las elecciones a Diputados a Cortes...” Dña. Josefa Uribe era la Gerente de la Fonda San Ignacio que estuvo situada en la bajada a Ereaga de Algorta. La Fonda San Ignacio era un establecimiento muy acreditado en los medios bilbaínos, disponía de habitaciones y mesas de comedor con vistas al campo y mar, salón de baile con dos pianos; disponía de hermosos jardines con frondoso arbolado; y el tranvía de Bilbao pasaba junto al establecimiento.

Y llegaba el último punto de aquel pleno municipal, que en este caso trataba sobre una obra en el barrio de Las Arenas: “...Por último y en vista de la necesidad del barrio, se construya por administración, la fuente a la que se hacía referencia en el pleno del día 9 de diciembre último pasado, en la calle Avenida de Máximo Aguirre de Las Arenas...”

Por ello abriremos, posteriormente, un nuevo libro de plenos municipales. Pero como la vida del Pueblo continuaba seguiré con lo recogido en el prensa bilbaína.

A lo largo del los tiempos varias alternativas para cruzar el río Nervión se pusieron sobre la mesa, una de ellas la conocemos todos, el Puente Bizkaia (1893), pero otra de ellas surgiría en 1898 de la mano de un industrial Bizkaino: “...Otro Puente Transbordador.- Por D. Antonio Ruiz de Velasco se ha solicitado del Exmo. Sr. Ministro de Fomento la autorización necesaria para construir sobre la ría de Bilbao, en el punto denominado “Diques Secos”, un puente de vía submarina con vehículo móvil, que ponga en comunicación ambas orillas de la ría.

Para su establecimiento, se provecta un dragado normal a la corriente de la ría, con suficiente anchura y profundad en toda su longitud, que reciba un pilotaje unido en sus cabezas por traviesas, y un relleno de balastro después de sujetado y construidas las dos alcantarillas, que enlazadas a los pilotes y entre sí por tirantes transversales, alojaran en su interior cuatro pletinas de acero cepilladas que servirán de carriles para el deslizamiento sobre ellas del carro transbordador por medio de patines de madera...” (El Noticiero Bilbaíno del 15 de abril de 1898). Aunque no detallaban la localización de aquellos diques, probablemente se referían a los del actual Museo Marítimo junto al Palacio Euskalduna.

Y mientras sesudos personajes debatían sobre “Paz o Guerra”, ante al inminente perdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas; la revista Mercantil de Bizkaia decía respecto de la situación que se estaba generando debido a esos conflictos: “...Ni la intervención del Papa, ni la de las potencias, ni la concesión del armisticio han conseguido calmar las ambiciones de los Estados Unidos. La necesidad en que se halla el Gobierno de tomar enormes sumas a préstamo por la alarma y el pánico que se apodera de los mercados financieros, ante la posibilidad de una guerra. El gobierno hacía acopio de bacalao, harinas, garbanzos y conservas con destino a la tropa. Incluso las carnes saladas experimentan una fuerte subida en el mercado los precios de los artículos de consumo...” En medio de aquellas tensiones bélicas y mercantiles, la Compañía del Ferrocarril de Las Arenas a Plencia, convocaba: “...A Junta General de Accionistas en las oficinas de la estación de Las Arenas (Guecho). El Presidente del Consejo de Administración, J. Luis de Villabaso...” (El Noticiero Bilbaíno del 16 de abril de 1898).

Siguiendo el rastro a las noticias relacionadas con nuestra Anteiglesia, una relacionada con la Vega de Santa Eugenia aparecía en la prensa bilbaína, esta en relación a la pretensión de construir un puente sobre el río Gobela: “...D. Matías Romo e Isasí, vecino de Bilbao, pretende construir un puente de madera sobre el río Gobelas, en el barrio de Las Arenas de Guecho...” (El Nervión del 18 de abril de 1898).

El libro de plenos del 21 de abril de 1898 al 2 de diciembre de 1899, con el que finalizara esta historia de lo acontecido a lo largo del último cuarto del Siglo XIX. Recogía los hechos, que desde 1875, he ido trayendo a estas páginas, y que durante 25 años vieron crecer a la Anteiglesia de Getxo, y que tras la última Guerra entre Carlistas y Liberales trajo a nuestro antepasados importantes modificaciones para sus vidas: El cambio de Capitalidad de Getxo por Algorta, la realización de importantes obras para la traída de aguas y servicios como Luz, Hospitales, Puerto exterior, infraestructuras como los paseos marítimos de Las Arenas al Puerto de Algorta, escuelas, llegada de tranvía y ferrocarril, y todas esas cosa que hoy nos parecen ya estar hechas, pero que en aquel Getxo de finales del Siglo XIX eran esenciales para la mejora de la vida de nuestros antepasados.

No obstante, esta historia continuará hasta las postrimerías del Golpe de Estado de 1936.

Aquel nuevo libro de actas, al que hacía referencia anteriormente, y que nos llevará hasta el año 1900, comenzaba con la ejecución de un puente de madera sobre el río Gobela. Sobre estas obras de infraestructura, y en general sobre la Vega de Santa Eugenia (Romo), mas adelante, trataré de realizar una historia, a partir del los expedientes que existen en el Archivo Municipal de Getxo.

Aquella infraestructura, el puente sobre el Gobela, tan necesario en aquellos tiempos para que, sobre el transitaran personas y mercancías entre Las Arenas y el, entonces, su barrio de la Vega de Santa Eugenia (Romo), recogía en las páginas del libro de actas lo siguiente: “...En primer lugar se da cuenta del anuncio que se publica en el Boletín Oficial del día 18 de abril de 1898, referente a la construcción de un puente de madera, que proyecta construir sobre el Río Gobelas, en el barrio de Las Arenas D. Matías Romo, a sus expensas, para el servicio público gratuito...”

En la próxima entrada de esta serie veremos como, la Junta de Caridad del Hospital Hospicio de Algorta cambiaba algunos de sus componentes.

jueves, 27 de noviembre de 2025

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -453

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, sobre la extracción de arenas de la playa de Las Arenas.

Una prueba del trasiego de buques con material de hierro que hacían la ruta de Bilbao a Holanda y Reino Unido nos la daba la prensa bilbaína: “...Han salido de este puerto desde el 26 al 31 de Marzo último 103 vapores el «Algorteño» y «Zuria» con 2.958 y 2.652 toneladas de mineral de hierro cargados por la Orconera Iron Ore y Mecleod en los dropes de la Orconera, con destino a Roterdam y Middlesbrough...” (El Nervión del 4 de abril de 1898).

Y estando a las puertas la Semana Santa de 1898, que se celebró la semana del 4 al 10 de abril, algunos hábitos relacionados con ella nos los servía la prensa bilbaína: “...Durante la Cuaresma y en los próximos días de Semana Santa y Pascua, se hace un extraordinario consumo de esa sustancia resinosa que se quema en las iglesias para honrar a la Divinidad. El olor del incienso no se parece a ningún otro, es aromático, penetrante, suave, inspira o recuerda ideas religiosas.

En cuanto a su procedencia: Por espacio de mucho tiempo los botánicos ignoraron cuál era el árbol de donde sale esa preciosa resina. Linneo aseguró que la daba al enebro de Licia; pero Roxburg ha averiguado de modo positivo que quien suministra el verdadero incienso al comercio es la «brosusllia dentado», árbol de la India.

Bruce en su viaje a Abisinia, que el incienso se produce en el reino de Adel, en las costas del estrecho de Bad el-Mandeb; desde allí se importa a Moka, donde lo compran los árabes y los ingleses, quienes lo envían luego a Europa.

En cuanto a las costumbres de uso: Presentar el incienso, era un rasgo propio de los sacerdotes israelitas, quienes todos días, por la mañana y tarde, entraban en el santuario a quemar perfumes. El día de la expiación solemne cogían una cucharada de incienso y la echaban al fuego, a fin de que la nube que salía del incensario les impidiese «Considerar el arca con demasiada curiosidad». La reina de Saba envió incienso a Salomón con ricos presentes. Los Reyes Magos se lo ofrecieron en Belén a Jesús-niño, en señal de respeto. La incensación es una señal de honor, en muchos países, se incensaba antiguamente y se inciensa todavía a reyes y a los grandes...” (El Nervión del 5 de abril de 1898).

Y entrados en esa fechas la prensa bilbaína, también, nos daba cuenta de los cambios en la expediciones de tranvía: “...La Compañía del Tranvía eléctrico ha dispuesto para el día de Viernes Santo dos expediciones solamente: Una de Bilbao al Desierto en Ia línea de las Arenas, y otra de Bilbao a Zorroza en la de Santurce...” Era un tiempo que recordando a lo acontecido en el Gólgota la prensa llamaba: “...Hora de horror y de tinieblas...” (El Noticiero Bilbaíno del 5 de abril de 1898). Eran días de procesiones bajo palio y monumentos en las iglesias; que en la prensa dejaban la sensación de estar ante un misal romano, todas las primeras paginas recordaban los día de la Pasión. A veces, las procesiones transcurrian con balcones engalanados, mientras los penitentes avanzaban con cirios encendidos en la mano.

En el pleno municipal de Getxo del 14 de abril de 1898, algunos propietarios de Algorta presentaban un escrito pidiendo parar las obras del murallón carretera de Ereaga: “...En dicho escrito, que fue aprobado por el Ayuntamiento, solicitaban al rematante de las obras del murallón carretera de Ereaga, la necesidad de parar las mismas por el peligro para la estabilidad del monte de Satistegi. El Ayuntamiento indicó a dicho rematante que por lo indicado por la Comisión de Gobernación y Policía, así como por el Arquitecto se vean y vigilen si los taludes a los que se refiere el rematante deben de realizarse en el monte para evitar el peligro, y si son o no convenientes, prohibiéndolos en el acto, si se observara al realizar los mismos, en la ladera...”

Una hostelera del bario de Las Arenas, venía a sumarse a otros vecinos del barrio, quienes habían solicitado mayor cobertura eclesiástica para aquel barrio: “...Se da cuenta de una instancia de Dña. Felipa Bustingorri, vecina y con residencia en el barrio de Las Arenas, en la cual expone sus razones para que se subvenciones con quinientas pesetas anuales, un segundo presbítero para la Iglesia de Nuestra Señora de Las Mercedes, por ser insuficiente solo uno para atender los servicios religiosos, a causa del gran aumento que ha tenido la población desde que se estableció un coadjutor en esta iglesia anexa. El Ayuntamiento tomando en cuenta sus razones, acuerda se paguen por vía de subvención, desde el 1º de julio próximo venidero, solamente quinientas pesetas al año directamente al segundo presbítero, y que otras doscientas cincuenta pesetas deberán ser abonadas por Dña. Felipa Bustingorri para completar las setecientas cincuenta que será la dotación para dicho presbítero...”

Volvía a ser asunto de aquel pleno municipal, del 14 de abril de 1898, el tema de los arbitrios, que había sido cuestionado por varios vecinos de Getxo, los cuales habían recurrido a la Diputación Provincial para que atendiera sus requerimientos: “...Se da cuenta de una exposición dirigida a la Diputación Provincial por varios vecinos de esta Anteiglesia, en ella se quejan de los arbitrios establecidos por esta Corporación para atender a sus obligaciones. Dicho escrito ha sido remitido por esa Diputación Provincial al Ayuntamiento de Guecho, ordenando se informe en el termino de ocho días sobre dicho asunto...”

Tras una discusión mantenida entre los ocho concejales de aquella Corporación Municipal, acordaron por mayoría de seis, incluido el Alcalde, enviar a la Diputación el siguiente informe. El cual incluía las peticiones y argumentos de los descontentos, así como las razones del Ayuntamiento para aplicar aquella subida de arbitrios: “...Los firmantes de la petición, elevada el 24 de marzo de 1898, a la Diputación provincial en demanda de que se deseche el expediente incoado por este Ayuntamiento, respecto al aumento de arbitrios en algunos artículos de consumo, el cual tenía por objeto poder cumplir los compromisos que deben pesar sobre el presupuesto del ejercicio de 1898 a 1899, en el que se incluye especialmente lo pactado con la Junta de Obras del Puerto de Bilbao, a consecuencia de de las obras que la misma esta ejecutando en la costa de Algorta, con objeto de que sirva de murallón-carretera que preserve al monte de los embates del mar; y cuyo coste para este Ayuntamiento no bajara de once a doce mil pesetas anuales en un periodo de cinco años a contar desde este ejercicio, se fundan en las siguientes razones:

Que los desheredados de la fortuna podrán ver el pan pero no podrán comerlo.

En que el proletariado pretenderá recuperar las fuerzas perdidas en el taller, en el campo, en el mar y en la oficina, con un baso de vino y no lo podrán beber...”

Seguían tratando de justificar su decisión y desmontar los argumentos de los descontentos: “...El primer argumento se cae a tierra por falta de base, por como podrá ver la Diputación, por el expediente que obra en su poder, el Ayuntamiento no grava el trigo ni la harina, materia prima con la que se confecciona el pan.

En cuanto al segundo argumento, le es fácil a esta Corporación demostrar que no tienen razón los firmantes para decir lo que afirman: Ya que el vino se grava con un céntimo de pesetas en kilogramo sobre el derecho actual, oséa en aproximadamente medio céntimo por cuartillo. Suponiendo que un baso de dicho líquido contenga medio cuartillo, a este le correspondería un aumento de un cuarto de céntimo de peseta moneda imaginaria, y no existiendo ni pudiendo materialmente apreciar, el vendedor al menudeo no podrá recargar dicha mercancía y por lo mismo no saldrá perjudicado el consumidor en pequeño como lo es la clase menesterosa, principio que han tenido en cuenta este Ayuntamiento y la Junta Municipal. Por otra parte esta Corporación aún no ha llegado con el nuevo impuesto a recargar los arbitrios de consumo respecto de otros pueblos como: Portugalete y Erandio, por lo que dicho recargo no afecta nada a la clase menesterosa...”

Seguían con otras consideraciones en las que expresaban, a su entender, la triste situación por la que transitaba la Nación (Guerras en Cuba y Filipinas), etc., y seguían hablando de las condiciones de vida de nuestra Anteiglesia: “...La vida de los Pueblos como este se basa en la llegada de la gente veraniega, puede asegurarse, sin temor a equivocarse, que durante el presente año muchos de los que tenían por costumbre pasar el verano en nuestras playas, dejaran de venir a ellas, y otras de más baja condición lo harán, lo cual se hará sentir en en las entradas del Municipio por derechos de consumo. Tampoco estamos exentos de que el Gobierno suspenda pagos, especialmente en los créditos a los Municipios. En este desgraciado caso Guecho tendrá contra sus presupuesto 22.340,91 pesetas que importan anualmente cobra por papel intransferible. Evitar en parte los funestos resultados que acarrearía a la Corporación una catástrofe semejante, es el objeto al que se dirigen todos los esfuerzos de este Ayuntamiento, así como evitar el reparto vecinal que pesaría directamente sobre los vecinos, mientras que como queda dicho, los artículos de consumo, se hará participe de los mismos a cuantos veraneantes acudan a nuestro Pueblo; por lo que no perjudicaran a la gente menesterosa. Por lo mismo este Ayuntamiento suplica a la Diputación Provincial que pesando en la balanza de la razón y la justicia, se sirvan en aprobar cuanto antes las condiciones de arbitrios y presupuestos del expediente iniciado con relación al aumento de derechos para 1898-1899...” Entre tanto la minoría de los concejales, señores Inchaurtieta y Goicoechea, indicaban su disconformidad con la mayoría.

En la próxima entrada de esta serie veremos como, se trabajaba en la rasante de la carretera del Hospital antiguo.

domingo, 23 de noviembre de 2025

CUANDO ISIDRO ZAMACONA QUISO ESTAR A LA ALTURA DEL LOS CINES EUROPEOS.

 

"Cine Zamacona”, “Gran Cinema” de Las Arenas, por esos dos nombre fue conocido uno de los cines más emblemáticos de nuestra Anteiglesia. En 1929 seria Isidoro Zamacona Charroalde quien incorporaría a nuestro Municipio una Gran Sala de Cine, el “Cine Zamacona” de Las Arenas, conocido popularmente como “Gran Cinema”, aquel cine construido entre las calles Las Mercedes y Urkijo, tenia su entrada principal por la primera de ellas, disponía de una entrada de 20 metros, con un amplio pórtico cubierto, en el que estaban las taquillas de butaca y palco, por cual se accedía al hall de entrada, y desde el, al patio de butacas y al piso de palcos, en su parte posterior estaban las taquillas de general (anfiteatro o Gallinero), con sus bancos de madera corridos, donde el crujir de las tablas y el olor a castañas asadas y el chasquido de los cacahuetes era uno de los entretenimientos de un público de escasos medios económicos.

Aquel edifico tenia en sus plantas 2ª, 3ª y 4ª tres viviendas que daban a la calle Las Mercedes. El Cine disponía de un total de 1236 localidades, era el de mayor capacidad del Municipio, distribuidas en 716 para patio de butacas, 120 para palcos y 400 para anfiteatro (gallinero). El 3 de Septiembre de 1931 la Junta Provincial de Espectáculos autorizó, de forma provisional, la apertura de aquel gran salón de cine.

Contaba uno de los diarios bilbaínos, históricos, esto es anterior al Golpe de Estado de 1936, recordando su inauguración, de la que su propietario D. Isidoro Zamacona, no había quedado totalmente satisfecho: “...El Nuevo Cine.- Después de la inauguración del Gran Cinema Zamacona, que tuvo lugar el día 27 de septiembre de 1931, es muy numeroso el público que asiste a pasar un rato de solaz contemplando las magníficas producciones que presenta el inteligente Isidro Zamacona, el cual tiene gusto en la elección de películas, y in gran deseo de complacer a los aficionados al cine...”

Aquel hermoso y espacioso cine había llegado para llenar una necesidad que los habitantes del barrio de Las Arenas sentían, la de uno de los entretenimientos que estaba haciendo moda en los habitantes de las grandes urbes, visionar películas que empezaban a ser de transición del cine mudo al sonoro. Y es que en esa época del cine mudo, la de los años 20 a los 30, los espectadores pedían acompañamientos musicales, los cuales se realizaban en directo mediante pianos u orquestillas, que a su vez servían para disimular el ruido que producían las bobinas de las cintas, esta aún no estaban separadas del público.

Seguía el diario recordando que la necesidad de un cine en Las Arenas, además, venia dada por la necesidad de no tener que ir a ver el cinematógrafo a Bilbao: “...De aquí en adelante el vecindario de Las Arenas no tendrá necesidad de acudir a Bilbao para poder presenciar una buena película sonora, ya que aquí podrá hacerlo al mismo precio o menor y además se economizara los gastos del viaje, que en la temporada de invierno asciende a un puñado de pesetas...”

Según parece los miércoles era el gran día de gala en el Gran Cinema de Las Arenas, la referencia de prensa decía: “...El miércoles, día de gran gala, la concurrencia fue muy numerosa, presentando la sala brillante aspecto; acudieron familias de Bilbao y pueblos inmediatos a Las Arenas...”

Relataba también que película había sido seleccionada para la proyección y hablaba de la orquesta encargada de poner música a dicha cinta: “...Anoche se dio una película muda, “El Vals del Amor”, que fue amenizada por la orquesta “di-camera”, que ejecuto varias piezas selectas admirablemente, entre ellas “La Viuda alegre” y “La viejecita”, que fue muy aplaudida...” La película “El Vals del Amor” fue una opereta interpretada por Lilian Harvey y Willy Fritsch.

Sobre los motivos de aquella proyección y el estado del barrio la prensa bilbaína decía: “...Por más que el día de la inauguración funcionó bien el aparato sonoro, Isidoro no estaba satisfecho del todo; así que estos días dará películas mudas para proceder a reparar las pequeñas faltas que se han observado y dejarle a la altura de los mejores cines de Paris y Berlín.

Seria conveniente que el Ayuntamiento mande colocar un par de luces y arreglar las aceras y el piso en el trayecto de la calle de la Estación y la del Club, por el mucho trayecto que hay los días de función y a fin de evitar el barrizal que se pueda formar los días de lluvia...” Todas esa referencia de prensa están tomada del diario: (La Tarde del 6 de octubre de 1931).

Aquel cinematógrafo vio pasar por su sala a infinidad de personajes y sociedades, tanto religiosas, políticas como deportivas, también proyecciones de cine mudo entre ellas: En diciembre de 1922 fiesta para los niños de las escuelas, en diciembre de 1923 a la “Asociación del Apostolado de la Oración”, en marzo de 1924 se proyectó la cinta de cine mudo “Chiquilín el hijo de la Parroquia”, en julio de 1925 al equipo local “Arenas Club” quien celebró entre sus paredes infinidad de juntas, en septiembre de 1926 fiesta benéfica a favor del Hospital Hospicio de Getxo, en noviembre de 1926 para ayuda a los damnificados de Cuba, en 1927 celebraron la inauguración de sus nuevos locales en Las Arenas la asociación política “Unión Patriótica de Guecho”.

El Cine “Zamacona”, ya conocido como “Gran Cinema”, cerro sus puertas el 27 de Enero del 2.005, contaba un diario bilbaíno el día 22 de enero del 2005: “...El próximo jueves día 27 de enero, se proyecta la última película que se podrá ver en esta sala”...” (Deia 22 de enero del 2005). Con la proyección de la película “En la Ciudad”, desaparecía la comodidad de los cines de barrio, que no requerían desplazamientos, en el que pudimos disfrutar de niños, de aquellas sesiones matinales de dibujos animados y de sus obras de teatro.

jueves, 20 de noviembre de 2025

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -452

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, el Ayuntamiento de Getxo acordaba abonar a un vecino de Portugalete una propiedad que el mismo tenía en el barrio de Las Arenas.

En el pleno municipal del 31 de marzo de 1898 del Ayuntamiento de Getxo acordaban preparar las listas electorales conforme a los padrones municipales: “...Acuerda este Ayuntamiento nombrar como Comisionados a los señores Regidores D. Manuel Cámara y D. Rafael Elcoro para que sin levantar mano, procedan en unión de los guardias municipales, a formar listas con los antecedentes y padrones municipales de habitantes a la vista, de los vecinos que de acuerdo a la Ley gozan del derecho electoral y no aparezcan incluidos en las vigentes...” La Ley para la elección de Diputados a Cortes de 1898 establecía en su régimen electoral: En primer lugar, para poder ser elegible, no había que estar comprendido dentro de las incompatibilidades que se recogía la ley en su artículo segundo. Se podía elegir un diputado por cada 5.000 electores. Quedan excluidos los inscritos en la anterior que desde su publicación hubiesen fallecido o perdido el derecho electoral por incapacidad o pérdida de vecindad. (Boletín de la Gaceta de Madrid de 1898).

Y como ya estaba a las puertas la Semana Santa, el Ayuntamiento de Getxo, en ese pleno acordaba: “...Que en atención a la santidad del próximo jueves y a las funciones religiosas que la Iglesia celebra en ese día, y siguiendo las costumbres de todos los años anteriores, se celebre sesión ordinaria en la víspera de dicho día, oséa el miércoles, a la misma hora señalada a las nueve de la mañana...”

En el pleno municipal del Ayuntamiento de Getxo del 6 de abril de 1898, se trataba sobre varios temas, entre ellos el referido con anterioridad a la extracción de arena de la Playa de Las Arenas: “...Tras una razonada y meditada discusión referente al acuerdo sobre la extracción de arena de la Playa de Las Arenas, acuerda este Ayuntamiento por unanimidad incluir el párrafo siguiente “Podrá ser extraída arena de la playa de Las Arenas , previo permiso del Ayuntamiento, donde descubra la marea para emplearla en obras que se construyan dentro de la jurisdicción de este termino municipal”...”

Seguí el pleno y en el se producía la renuncia a sus cargos de los miembros de la Junta de Caridad del Hospital Hospicio de Algorta: “...Se da cuenta de una instancia presentada por D. Juan Barasorda, D. Emilio Basagoiti , D. Juan Libano Vidaurrazaga y D. Pedro Benguria, vocales todos de la Junta de Caridad del Santo Hospital Hospicio de este municipio, haciendo renuncia a los cargos que venían desempeñando como vocales en el referido Santo Asilo. Acto seguido y teniendo presente lo que dispone el artículo primero del Reglamento vigente del dicho establecimiento benéfico, acuerda este Ayuntamiento admitir dichas renuncias, y que se ponga en conocimiento del Vicepresidente de dicha Junta para que en unión del vocal que todavía existe en ella, proponga a esta Corporación municipal los individuos que creyere aptos para reemplazar a los cuatro que han presentado la renuncia a sus cargos...”

Una vecina de la Avenida Basagoiti solicitaba permiso para dar un altura más a su vivienda: “...Acuerda el Ayuntamiento pasar a informe del Arquitecto del Municipio, a los efectos de las Ordenanzas de Edificación, una instancia de Dña. Manuela Berreteaga, viuda vecina de esta, solicitando permiso para elevar un piso más a la casa que fue de Dña. María Manuela Menchaca , ya difunta, y que hoy pertenece a la recurrente, en la calle de la Avenida Basagoiti...”

Un curioso artículo a cerca del origen y uso de las campanas, que un articulista de finales del Siglo XIX sugería, aparecía recogido en la prensa bilbaína: “...Dícese que las campanas se usaron por primera vez en la ciudad de Nola, durante el episcopado de San Paulino, en el siglo V. En el siguiente se introdujo su uso en los templos para señalar las horas canónicas, y poco después las hubo con Igual objeto en toda la Cristiandad. Además de servir para las ceremonias y fiestas religiosas, húbolas en casi todas las poblaciones de alguna importancia!, ya para avisar la hora del mercado, la queda, o para dar la señal de alarma en casos de incendio, o de ataques súbitos del enemigo, tan frecuentes en la Edad Media.

No faltan testimonios por donde aparece mucho más remota la antigüedad de las campanas. El P. Kircher atribuye su invención a los egipcios, asegurando que ya tañían allí para convocar al pueblo a las famosas fiestas de Osiris y de Isis. Por los autores clásicos de Grecia y Roma sabemos cuán común era el uso de las campanas, ya para llamar a los esclavos a las diarias tareas, ya para avisar la hora de los baños y de los espectáculos públicos, o de las lecciones a los estudiantes inscriptos en las academias y liceos. También sirvieron muchas veces para solemnizar los entierros, y solían resonar lúgubre mente cuando un criminal sentenciado a muerte caminaba para el suplicio.

San Carlos Borromeo dispuso que sonasen al elevar la hostia el sacerdote y al llevar el viático a los encarcelados y enfermos. En el siglo XI empezó la costumbre de re­picar en las procesiones; en el TeDeum y el Ángelus. La bendición de las campanas es todavía más antigua, pues data del siglo VIII y es ceremonia complicada y curiosa: Llévase la campana al templo donde la recibe el prelado con el clero, se rocía con agua bendita, acompañado este acto de ciertas preces, después se lava con agua igualmente bendita; un asistente o acólito la enjuaga con un paño blanco y nuevo, el prelado la moja con aceite bendito por fuera, haciendo siete veces el signo de la cruz, y por dentro cuatro, mientras reza las oraciones de rúbrica, y le impone el nombre, por lo común el de la Virgen, el Salvador o de algún Ángel o Santo; enseguida el turiferario, que suele ser un diácono o subdiácono, quema incienso y mirra; envolviéndola en oloroso humo, y tras las últimas preces queda concluido el acto.

En el Siglo V y aún a principios del VI, fueron las campanas de pequeñas dimensiones; pero luego empezaron a fundirse otras mayores, y después otras más grandes, hasta llegar a tamaño monstruoso, especialmente en Rusia. La del Kremlin pesa sobre 200.000 kilogramos; la de Trotzkoi 175.000; la de San Juan 58.000; estas campanas, a causa de su enorme peso, están fijas, y sólo el badajo es movible. La mayor de Nuestra Señora de Paris, sólo alcanza 17.100 kilogramos.

En Asia, y singularmente en China, las hay también de extraordinaria grandeza y peso; las campanas chinas suelen ser de figura cilíndrica, tan anchas por arriba como por abajo, por lo cual se asemejan bastante a la hechura de los que aquí llamamos cencerros. En Grecia y Roma, por lo común, fueron esféricas.

Ha sido costumbre general de la Edad Media, y lo es todavía, grabar inscripciones en las campanas, declarando su nombró, el de su artífice, el año de su construcción y otras particularidades...” (El Nervión del 3 de abril de 1898).

Mientras, en es mismo diario, dejaban una pequeña reseña sobre Getxo: “...El alcalde de Guecho ha comunicado al Gobernador que en día de ayer chocaron dos coches del tranvía eléctrico en el cruce de Las Arenas...” (El Nervión del 3 de abril de 1898).

En la próxima entrada de esta serie veremos como, en un escrito del rematante de las obras del murallón carretera de Ereaga, el cual indicaba la necesidad de parar las obras por el peligro para la estabilidad del monte de Satistegi.

domingo, 16 de noviembre de 2025

ACONTECERES DEL ÚLTIMO CUARTO DEL SIGLO XIX EN GETXO -451

En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, la prensa bilbaína hablaba sobre el proceso electoral y la presentación de candidatos.

Aquel mes de marzo de 1898, el tiempo se puso de nieves, ya desde el jueves día 24, según relataba la prensa: “...El brusco temporal, iniciado anteayer continua haciendo de las suyas, y tiene tendencia a prolongarse. La nieve, granizo y los fuertes aguaceros son muy frecuentes. Los montes continúan nevados. La ría experimentado alguna crecida por la gran cantidad de agua que baja de los montes vecinos. Los buques anclados en este puerto han doblado sus amarras. La temperatura ha descendido notablemente, sintiéndose un frio más propio de enero, que del que transcurre...” Al día siguiente el temporal arreciaba: “...Anteanoche, y en medio de grandes y repetidos truenos, descargaron en esta Villa fuertes granizadas y ayer nevó copiosamente...” (El Nervión del 27 de marzo de 1898).

Las elecciones de Diputados a Cortes se presentaban agitadas y la prensa decía que: “...En Vizcaya, a juzgar por las noticias que llegaron ayer, los ánimos están muy excitados. Se ha detenido a candidatos y apoderados. A las doce de la mañana se pagaban los votos del señor Martínez Rivas a diez pesetas...” (El Noticiero Bilbaíno y El Nervión del 27 de marzo de 1898).

Al día siguiente, llegaban los resultados de las elecciones, la prensa bilbaína ofrecía los siguientes datos: “...En el distrito de Baracaldo, (al cual pertenecía Getxo), en esas mesas que abarcaban los Ayuntamientos de Berango, Erandio la Campa, Guecho, Plencia, Urduliz, el candidato Ramón Ibarra había obtenido 3.278 votos frente a Adolfo Urquijo que tuvo 1.953. Faltaban datos de algunos pueblos como Lejona, Gorliz y Sopelana, así como de alguna mesa de Baracaldo...” (El Noticiero Bilbaíno del 28 de marzo de 1898). Otro diario relataba: “...En Algorta.- El agente o delegado del gobernador civil, intentó ejercer coacción en Algorta, pero el juez municipal le aconsejó que se retirara si había de conservarse el orden y accedió a ello. Gracias a esta neutralidad, comenzó la votación, que dio un resultado favorable al señor Ibarra...” (El Nervión del 28 de marzo de 1898).

Por aquellos días los movimientos obreros se sucedían en la minas de Triano. Los motivos de las mismas estaban relacionados según decía la prensa: “...Pedían se aumentaran los jornales sin distinción de trabajo, lo mismo fuera en la cantera que en los hornos de descalcificación. Además se solicita la desaparición de los barracones y la disminución de las horas de trabajo...” (El Nervión del 29 de marzo de 1898).

En el último pleno de marzo de 1898, del día 31 de dicho mes, el Ayuntamiento de Getxo trataba sobra los siguientes asuntos: “...En primer lugar se da cuenta de una instancia de D. Miguel Uria, quien solicita autorización para construir un mirador en su casa llamada “Mariandresena”, de la calle de la Carretera...”

También se trataba sobre la finalización de la obra de la alcantarilla de punto de la cadena de Algorta: “...Se da cuenta de una instancia de D. Francisco Elorriaga solicitando se reciba definitivamente la alcantarilla que como rematante construyó en el punto de la Cadena y se le devuelva el deposito que realizó...”

Algunas tareas que realizaban los camineros municipales, al parecer provocaron el derrumbe de una tapia de una casa de Algorta: “...Acuerda el Ayuntamiento pasar a información de la comisión de Gobernación y Policía un escrito de D. Ramón Sánchez, en el que informa haberse caído una pared de la huerta de la casa “Ansoena”, perteneciente a los herederos de Dña. Josefa Antonia Iturriaga, ya difunta, según asegura por haber quitado los camineros del Municipio la tierra que sostenían los cimientos...”

El Ayuntamiento de Getxo acordaba abonar a un vecino de Portugalete una propiedad que el mismo tenía en el barrio de Las Arenas, y que era utilizada para el cobro, principalmente, de impuestos de consumo: “...Acuerda el Ayuntamiento se paguen a D. Pedro Langara, vecino de Portugalete, 90 pesetas por la venta que el Ayuntamiento tuene en el barrio de Las Arenas, destinada a Fielato o Deposito de bebidas del rematante de los arbitrios municipales...” Los Fielatos era el nombre popular que recibían las casetas de cobro de los arbitrios y tasas municipales sobre el tráfico de mercancías, aunque su nombre oficial era el de estación sanitaria, ya que aparte de su función recaudatoria servían para ejercer un cierto control sanitario sobre los alimentos que entraban en las ciudades. El término fielato procede del fiel o balanza que se usaba para el pesca.

Dentro de los pagos municipales aparecían cuentas relacionadas con la pasada enfermedad de la viruela: “...Se abonen a D. Valentín Galín y a D. Juan Tomás Zarraga las cantidades de 101,50 y 108,50 pesetas por los días empleados en la vigilancia de los virolentos, en varias casas, a razón de 3,50 pesetas al día...”

Seguía el pleno municipal de Getxo, y en el se trataba sobre una queja de los vecinos del barrio de Las Arenas, relacionada con la saca de arena de esa playa: “...Se da cuenta de un expediente remitido a este Ayuntamiento, fechado en Bilbao el pasado día 23 de enero, por el Ingeniero de Obras Públicas de de la Demarcación de Vascongadas y Navarra, con motivo de una instancia elevada al Sr. Gobernador Civil de la Provincia, por varios propietarios del barrio de Las Arenas, solicitando se dicten ordenes a fin de que no se permita la extracción de arenas de la indicada playa. Enterado el Ayuntamiento del contenido del citado expediente acuerda: Manifestar al sobre dicho Jefe de Obras Públicas, por vía de informe, con devolución del expediente de referencia, que en opinión de esta Corporación Municipal no se debe extraer arena de la Playa de Mar de Las Arenas en el trayecto destinado a baños, ni tampoco desde el ángulo oriental de la pared o cerradura de la señora Viuda de Gaminde, en 150 metros de distancia hacia el Norte, osea el contramuelle, pudiendo extraerla en la playa que se descubre en la bajamar entre el muelle y la rivera llamada “Mojijonera”...”

En la próxima entrada de esta serie veremos como, comisionados por el Ayuntamiento algunos ediles, junto a la Policía Municipal, preparaban las listas electorales.