En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, se trataba sobre la figura del Tamborilero municipal.
En un diario bilbaíno aparecía un noticia relacionada con los escarpes del Castillo de San Ignacio: “...Por D. Higinio Cereceda se pretende sanear un arrecife de peñas, situado entra el muelle N. del puerto de Algorta y los escarpes de la costa, bajo el castillo de San Ignacio, que queda en seco totalmente en la bajamar, para dedicar el terreno desecado a edificación…” (“El Nervión” del 22 de octubre de 1895).
Algunos naufragios en el Abra se producían incluso con la mar bella, así lo relataba el anterior diario citado: “...En la marea de esta mañana, a poco de salir de nuestro puerto con rumbo, al de Middlesbrough, el vapor inglés «Brunswick», tuvo tan mala suerte, que, antes de llegar a la boya luminosa, embarrancó en la escollera del puerto exterior, un poco más adelante de donde embarrancó hace algún tiempo otro vapor inglés, quedó en la citada escollera.
El «Brunswick» llevaba además de su tripulación, ocho de los tripulantes para el nuevo vapor de esta matrícula «Diciembre”, estos ocho tripulantes han desembarcado en Santurce, en tres botes de aquel puerto; los tripulantes del «Brunswick» han desembarcado en los botes de la dotación de su vapor.
La pérdida es total, pues el vapor se ha metido entre los bloques de la escollera quebrantándose el casco, el que probablemente se partirá en una de estas bajamares. El «Brunswick» llevaba un cargamento de mineral de hierro, recibido en los cargaderos de la Sociedad Franco Belga.
Este vapor pertenecía a la matricula de West-Hartlepool, de porte de 904 toneladas de registro, y fue construido el año 1881 en los astilleros de Mr. W. Sons de Sunderland, para los señores Crosby y Cia. de West-Hartlepool.
Las dimensiones del vapor «Brunswick» son las siguientes: 246 pies de eslora, 33 de manga y 18 de puntal. La embarrancada fue a las seis menos cuarto de la mañana. Es de extrañar que con mar bella y día claro, sucedan estos siniestros…” (“El Nervión” y “El Noticiero Bilbaíno” del 23 y 24 de octubre de 1895). Un día más tarde, el 25 de octubre, lo que se temía respecto de la perdida del buque se confirmaba: “…Como se temía, ayer por la tarde, se partió en tres pedazos el vapor «Brunswick», que embarrancó en la escollera del puerto exterior...”
Y como tema curioso de la época, relacionado con nuestro vecino Lamiako, contaba el mismo diario bilbaíno: “...Por el tren del ferrocarril Central que tiene su llegada a la cuatro y media de la tarde, son esperados mañana en esta Villa los obreros alemanes y sus familias, que vienen con objeto de trabajar en la fábrica de vidrios de Lamiaco. El total de personas que llegarán será de noventa y seis…” Al día siguiente fueron llevados a la fabrica en el tranvía de Bilbao a Las Arenas.
También en el vecino Berango las cosas se movían: “...El Ayuntamiento de Berango llamaba a los propietarios forasteros para proceder a la renovación de la Junta Municipal de Estadística...” (“El Nervión” del 23 de octubre de 1895).
El asunto que aparecía en la prensa bilbaína, el 22 de octubre, relativo a la obra que pretendía llevar a cabo D. Higinio Cereceda, relacionado con los escarpes del Castillo de San Ignacio, era tratado en el pleno municipal del 24 de ese mismo mes: “...Por cerramiento en el Puerto por Higinio Cereceda.- Se da cuenta de un edicto remitido por el Gobernador Civil de la Provincia, con el fin de que se exponga al público para que llegue a conocimiento de este Ayuntamiento, de los propietarios ribereños, y de cuantas corporaciones y personas se crean perjudicados con el saneamiento pretendido, por D. Higinio Cereceda, del arrecife de peñas situado entre el muelle Norte del Puerto de Algorta y los escarpes de la costa bajo el castillo de San Ignacio, con un muro de 316 metros de longitud y 3 metros de altura, para dedicar el terreno desecado a la edificación…”
Y en ese mismo pleno, en su último punto, se trataba sobre el Hospital Hospicio de Algorta: “...Acuerda este Ayuntamiento remitir un oficio a los Sres. D. Luciano Alday y D. Pedro Amezaga, representantes de la finada Dña. Francisca Abaroa, con el fin de que se sirvan señalar el día y hora, para mantener una reunión con este Ayuntamiento con el fin de resolver amistosamente lo más conveniente a cerca de la casa llamada Hospital, construida por los testamentarios de de la indicada finada Sra. Abaroa…”
Y mientras que con motivo de la festividad de San Crispín, patrón de los zapateros, este gremio celebraba su día, guardando fiesta. La llegada de las primeras señales de un duro invierno comenzaban a aparecer en nuestra zona: “...Según dicen nuestros labradores, las aves anuncian por lo general, la proximidad del aterido invierno. A juzgar por la pasa de pajarillos que en estos día se nota, sobre todo de pinzones reales, no está lejos la época de las nieves. Dícese que el invierno entrante será bastante riguroso…” (“El Nervión” del 25 de octubre de 1895).
Una noticia referida a uno de los faros de nuestra costa más cercana aparecía recogida en la prensa bilbaína: “...A medidos de enero de 1896, según participa la Dirección de Obras Públicas, se inaugurará el faro con foco eléctrico recientemente construido en Cabo Villano. La luz será Blanca, con destellos agrupados en dos, con intervalos de cuatro segundos, entre los destellos de un mismo grupo, y de quince de un grupo al siguiente. Tiene un alcance de 25 millas en circunstancias ordinarias. La torre, octogonal como la linterna, se encuentra a 814 millas al Norte del bajo llamado “Bufardo”…” (“El Noticiero Bilbaíno” del 26 de octubre de 1895).
En la próxima entrada de esta serie veremos como se recibía una subvención, de la Diputación, para las obras del Hospital Hospicio de Algorta.
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