jueves, 15 de diciembre de 2011

FEDERICO KRUTWIG SAGREDO, EL ARTE DE HABLAR


Federico Krutwing Sagredo, de padre alemán y de madre bizkaina, nacido el 15 de mayo de 1921 en la localidad bizkaina de Getxo, y fallecido el 15 de noviembre de 1998 en Bilbao a los 77 años de edad.

En 1943 ingresa en una euskaltzaindia poco más o menos inexistente proyectando, junto con Azkue, su revitalización. Por aquellas fechas crea el grupo Mikeldi de pintores y el Instituto Julio de Urquijo de Investigaciones. Ha sido uno de los principales sustentadores de la unificación literaria del euskara.

En mayo de 1952, pronuncia en la Diputación de Bizkaia un vehemente discurso con motivo de la entrada de Luis Villasante en Euskaltzaindia.

En este discurso, absolutamente inusual para la época, Krutwig denuncia a una iglesia que apadrina las lenguas vernáculas en unos sitios y las margina en otros, en este caso en el País Vasco.

Días más tarde se ve obligado a pasar la frontera acusado de intentar hacer revivir el antiguo espíritu separatista.

En San Juan de Luz conoce exiliados y gentes del movimiento Jagi. A partir de 1961 comienza la gestación de lo que será su libro más conocido que él mismo calificó de político, Vasconia (1963).

Bajo el seudónimo Sarrailh de Ihartza, auténtica biblia de gran parte de la generación joven antifranquista que empezaba a poner en cuestión el nacionalismo tradicional sabiniano.

A la muerte de Franco, casado con una profesora flamenca de literatura, se establece en Zarautz (Gipuzkoa) dedicándose exclusivamente a la reflexión y a la producción literaria.

Sus colaboraciones pueden leerse en las revistas como Egan, Gernika, Euskera o RIEV. Conocedor de varios idiomas tradujo a Mao: Liberalkeriari aitzi y Praktikaz (1968).

Además de Vasconia ha publicado los siguientes libros: La cuestión vasca (1965), Vasconia y la nueva Europa (1976), Mikelditarrak (1979), Ekhaitza (1980), Garaldea: sobre el origen de los vascos (1978), Belatzen Baratza (1979). En 1982, dentro de la colección Belatzen Baratza publica: Jakintza-baitha, Erroten Burgiko mystérioa, Halbelnoren amazônak y Mystagintza zaharra.

Sus últimas creaciones fueron: Crítica de la crítica (1985) y Los gitanos vascos (1986).

Es cerca de estas fechas, durante la preparación del Ibilaldia de 1984, cuando tuve la suerte de conocerle, le habíamos invitado, para que dentro de esta celebración, diese una conferencia sobre el euskera.


Cuando llegamos a su casa, me pareció un hombre de aspecto ciertamente impresionante, nos invito a pasar,  y sentarnos en su sala, con una gran amabilidad. A continuación nos dijo que iba a exponernos lo que tenia previsto decir en la conferencia.

De repente empezó a desgranar un discurso que nos mantuvo callados durante un largo tiempo, discurso cumulo de conocimiento y experiencia, pero que nos dejo “agotados”, casi diría apabullados. Al terminar nos pregunto “¿Que os ha parecido?”, le contestamos que “muy bien”, casi con un poco temor a que volviera a repetirlo de nuevo, no nos había dejado abrir boca durante mas de 30 minutos.

Así fue como le conocí, nos despedimos de el con la misma amabilidad que nos había recibido y al salir comentamos lo que nos había parecido su discurso y la impresión fue la misma “Sabe un montón, es muy bueno”, pero por favor “que nos nos lo vuelva a repetir”.

Días después dio su conferencia en Getxo y repitió casi milimetricamente, el discurso que nos había presentado en su casa de Zarauz.

Esta explicación de como le conocí no trata de ser una critica hacia Krutwing, simplemente es una explicación de como un hombre cargado de conocimientos y de gran bagaje intelectual, que cuando habla casi no respira, es capaz de transmitir ideas, como si de un cañón literario se tratara.

No hay comentarios:

Publicar un comentario