En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, se daba cuenta de un acto religioso que se había celebrado el día de San Ignacio en Algorta.
Por ese tiempo del verano de 1897, era típico que lo niños y niñas en edad escolar fueran de Colonias a las playa cercanas, la prensa bilbaína recogía esos momentos de esparcimiento infantil: “...Esta mañana salió de Gorliz la colonia escolar bilbaína con dirección a Las Arenas y Portugalete, con objeto de saludar a sus protectores la señora viuda de Epalza y señor Martínez Rivas. Los niños han mejorado muchísimo durante su permanencia en Gorliz...” (El Nervión del 17 de agosto de 1897).
Las fiestas en nuestro entorno próximo se sucedían, las de Nuestra Señora de la Asunción y San Roque, tanto en la vecina Portugalete como en Getxo (Santa María): “...Ayer tarde se celebro en la ermita de San Roque de Portugalete una animada romería en la que abundaron las meriendas al aire libre. También en la campa de Guecho se celebro otra romería que estuvo bastante concurrida...” (El Nervión del 17 de agosto de 1897).
Durante las fiestas de Getxo, que se celebraban en la campa de la Iglesia, era costumbre realizar un “baile campestre”, que así era llamado, el día de la Virgen y el de San Roque, fiesta última que se venía celebrando, al menos desde 1888: “...En ellas, en 1897, los vecinos solicitaron al Ayuntamiento la implantación del arrastre de piedra. En ambas noches, se realizaban bailables en la campa. También era costumbre, aunque esto fuera del programa festivo, y se convirtió en una tradición, que el día de san Roque algunas cuadrillas celebraran un banquete en un arbolado de Sarrikobaso. Concluido el mismo, todos los asistentes cogidos de la mano, en alegre biribilketa, subían nuevamente hasta la campa. Allí, ante el alcalde y concejales, sentados y flanqueados por dos alguaciles con sus chuzos clavados en el suelo, se bailaba un “aurresku” de honor, tras el cual comenzaba el baile...” (Del Libro “Historia de Guecho” del Trinitario Carlos María Zabala 1990).
En esas fechas de 1897, se realizaron colectas en las escuelas, tanto públicas como probadas de Bizkaia, para ayudar a los soldados heridos que volvían de Cuba y Filipinas, entre los donantes de las escuelas privadas, aparecía en Las Arenas la de D. Paulino Mendivil. (El Nervión del 19 de agosto de 1897).
Eran aquellos tiempos de nuevos tendidos para alimentar de electricidad a nuestros barrios y otras poblaciones cercanas: “...La Compañía de electricidad de Guecho se encuentra actualmente tendiendo un cable para la luz eléctrica entre Algorta y Plencia, cuyas obras quedarán terminadas, según contrato, para el próximo sábado. Según nuestras noticias, el fluido eléctrico será suministrado en Plencia para las próximas fiestas de San Antolín, pues las instalaciones se encuentran terminadas...” (El Nervión del 19 de agosto de 1897).
Y aunque no se refería a nuestra Anteiglesia, ya que se trataba de un acto litúrgico en el Asilo de San Mames, pero que en algunas celebraciones en Algorta, como ya había mencionado con anterioridad, se cantaban unas voces, de las que quiero hacer una pequeña reseña, se trataba de los conocidos “Motetes”: “...El motete tiene su origen en las primeras décadas del siglo XIII, en París, entre los compositores relacionados con la catedral de Notre Dame. El motete nació cuando se le puso texto a la voz o voces superiores de una cláusula. De hecho, el término motete viene de la palabra "mot" en francés, que quiere decir “palabra”, haciendo referencia a las palabras nuevas de las voces superiores...”
Algunos ruidos en las ferias (barracas) no eran bien aceptados por algunos los concurrente por lo que el Gobernador Civil se apresuro a prohibirlos: “...El Gobernador Civil ha prohibido que los dueños de las barracas y de espectáculos toquen, por atraer a la concurrencia, los planos, de manubrio y demás instrumentos, cuyos sonidos solo sirven para atormentar los oídos de los transeúntes...” (El Nervión del 19 de agosto de 1897).
En el pleno municipal del 12 de agosto de 1897 se daba lectura, ya metidos en las fiestas locales de Algorta, las del Puerto, de la recepción de una autorización del Gobernador Civil para correr novillos en el Puerto de Algorta: “...Se da cuenta y queda enterado este Ayuntamiento de un Oficio del Gobernador Civil, autorizando al Alcalde para correr dos novillos embolados en el Puerto, el día 13 de agosto, debiendo adoptar las medidas convenientes para evitar desgracias...”
También se daba lectura a un Oficio de la Junta de Caridad del Hospital Hospicio, a cerca de los componente de dicho organismo: “...Se da cuenta de un Oficio de la Junta de Caridad, sometiendo, según se le indicaba en un Oficio de la Alcaldía, para la aprobación por la misma de los señores que ha de componer de dicha Junta de Caridad de este Asilo, se trata de los siguientes señores: D. Eladio Sustacha, D. Antonio Uribe, D. Juan Barasorda, D. Enrique Balparda, D. Luis Lasa y D. Juan José Sarria...”
En la próxima entrada de esta serie veremos como el Gobernador de la Provincia ordenaba que se procediera a la rotulación de calles y plazas, así como a la numeración de los edificios.
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