En la anterior entrada de esta serie sobre el último cuarto del Siglo XIX, veíamos como, algún diario bilbaíno se encargaban de anunciar y apoyar intereses comerciales de acaudaladas familias de la Villa de Bilbao, reportando sobre sus instalaciones veraniegas en Las Arenas.
Continuando con el pleno municipal de Getxo del 22 de julio de 1897, en el mismo se traba, además de lo indicado en el anterior capitulo de esta serie sobre el pasado Siglo XIX, acerca de la nominación para Alcaldes de barrio: “...El Alcalde de Guecho puso en conocimiento del Ayuntamiento, el cual quedó enterado, haber nombrado, conforme le autoriza el Artículo 58 de la presente Ley Municipal, como Alcalde de barrio de Las Arenas a D. José Antonio Olavarria y del barrio de Santa María a D. Victoriano Izcoa, ambos electores y elegibles para concejales...” Los Alcaldes de barrio surgieron a finales del Siglo XVIII, tuvieron funciones de alguaciles y veladores nocturnos, desaparecieron paulatinamente a comienzos del siglo XX al tomar mayor protagonismo los cuerpos policiales de ámbito local.
En ese mismo pleno, ya cercanas las fiestas de Santa Ana en Las Arenas, el Ayuntamiento de Getxo acordaba:“...Asistir según costumbre en representación del Ayuntamiento a la misa mayor, que se celebrará el próximo día 26 de julio con motivo de la festividad de Santa Ana, en la ermita de este nombre del barrio de Las Arenas...”
Y mientras, según contaba la presa bilbaína, estábamos en época de prohibiciones, los amigos de lo ajeno se esforzaban cerca de nuestros límites municipales: “...La Sagrada Congregación del "Indice" acaba de prohibir, entre otros libros, los siguientes: M. Díaz Rodríguez: «Sensaciones de viaje por aldea Lombárda, Venecia, Florencia, Roma, Nápoles y sus alrededores y Constantinopla», París, Garniér hermanos, 1896. «Historia general de la masonería desde los tiempos más remotos hasta nuestro época», por Dauton G .\ 18, con un prólogo del eminente escritor don Emilio Estelar, Barcelona: Gracia. Imprenta de Jaime Séix y C.a, 1882...”; “...En la fábrica de jabón de Lamiaco robaron la noche del día 18 del actual cuatro tubos de metal amarillo de metro y medio de longitud y una llave del mismo metal...” (El Nervión del 23 de julio de 1897).
Algunas mejoras para los viajeros sucedían en el Tranvía Eléctrico de Bilbao a Las Arenas y Algorta: “...La Compañía del Tranvía Eléctrico, pone en conocimiento del público que desde mañana domingo 25 del corriente hasta el 31 del próximo mes de Agosto, los coches de las últimas llegadas a Las Arenas que mueren en este punto, si no llevan viajeros procedentes de Bilbao continuarán hasta Algorta si lo solicitan cinco viajeros o quien pague el importe de cinco billetes...” (El Nervión del 24 de julio de 1897).
Como decían con anterioridad, las fiestas ya estaban llamando a la puerta, y en la Villa Jarrillera comenzaban con una de la que compartían la ría como elemento festivo, lo que hacía fuera disfrutada por ambas márgenes: “...La pintoresca Villa de Portugalete se vio ayer concurridísima. La romería de Santiago resultó muy animada. La cucaña colocada en un remolcador en medio de la ría proporciono sucesos muy graciosos. Los fuegos artificiales que se quemaron por la soche gustaron muchísimo. La playa de Las Arenas estuvo también muy favorecida. Hoy se celebrará la tradicional romería de Santa Ana en Las Arenas. El puente transbordador entre Portugalete y Las Arenas, ha modificado los precios de los viajes, que serán 10 céntimos con derecho a ida y vuelta. Un servicio solo cuesta igual o sea 10 céntimos...” (El Nervión del 26 de julio de 1897).
Y con un sector de la prensa empecinado en llamar al barrio de Santa Ana “Lamiaco”, las fiestas habían comenzado. Decían a cerca de ellas: “...En Lamiaco se celebró ayer la tradicional romería de Santa Ana. Lo espléndido del tiempo hizo que acudiera muchísima gente de Las Arenas, Algorta, Santurce y Portugalete. De Bilbao salieron los tranvías durante la tarde, repletos de gente. En los alrededores de la ermita no se podía dar un paso. La música de Garellano, el tamboril, varios pianos de manubrio, etc., amenizaron la romería, donde se bailó hasta bien entrada la noche. Mientras en Las Arenas algunos individuos se dedicaban a la explotación de rifas prohibidas...” Pero los accidentes del tranvía también nos dejaban notas desgraciadas: “...El alcalde de Guecho ha comunicado al señor Gobernador Civil que el domingo, a las tres de la tarde, un coche del tranvía eléctrico chocó con un carro de la panadería de Alonso, de esta villa. Con el conductor viajaban tres jóvenes de corta edad. Al topetazo volcó el carro. Uno de los niños resultó con gravísimas heridas. Los otros dos y el conductor sufrieron algunas contusiones...” (El Nervión del 27 de julio de 1897).
A finales de aquel mes de julio surgía una curiosa compañía de transporte marítimo que adoptaba el nombre de uno de nuestros barrios, Algorta: “...Esta mañana ha tenido lugar una reunión de amigos, en la cual se acordó formar una sociedad con el título de «Compañía del Vapor Algorteño» cuyo objeto es para dedicarlo, al transporte de mineral entre este puerto y los del Norte. Los allí reunidos, en acto de suscribieron con la cantidad necesaria para la inmediata adquisición de un vapor de 3.000 toneladas de carga, siendo nombrados sus directores gerentes D. Polícarpo de Eguiraun y Cortina, corredor marítimo de esta plaza, y D. Eugenio Erhardt cónsul alemán y representante de la importante casa de Krupp en ésta...” (El Nervión del 29 de julio de 1897). Cuentan en el libro “Un Siglo de la Marina Mercante.1895-1995” de Luis María del Busto y Mandaluniz: “...El 7 de Mayo de 1899, fue en realidad el año de la fusión de las cuatro compañías algorteñas, ya que con anterioridad Antonio Uribe, Policarpo Eguiraun, Evencio Cortina y Esteban Acillona ya administraron estos buques desde 1897 puesto que fueron de su propiedad. Su primer domicilio social lo tuvo en la calle Viuda de Epalza n°4 en Bilbao, y posteriormente en la calle Estación nº5, también en Bilbao. En 1908 se hizo cargo de la empresa Policarpo Eguiraun y un año después quedó definitivamente explotada comercialmente por la Compañía Algorteña, que tuvo como Presidente a Fidel Uriarte, como vocales a José María Iturria, Francisco Loizaga y Juan José Calvo, como Secretario a José Zubiaga y como Director General a Evencio Cortina Arteta...”
Aquel mismo día la prensa informaba: “...A las ocho de esta mañana salió de este puerto con dirección a Biarritz, el yath de vela, goleta «Goizeko ízarra»,própiedad de nuestro amigo el naviero señor Sota...” (El Nervión del 29 de julio de 1897).
En el pleno municipal de Getxo del 29 de julio de 1897, la Diputación de Bizkaia autorizaba la construcción de una alcantarilla desde la Cadena a Aretxondo: “...Se da cuenta de un oficio de la Exma. Comisión Provincial, concediendo permiso a este Municipio para la ejecución de una alcantarilla desde la casa antigua de la Cadena hasta Arechondo. El rematante de la misma es D. Francisco Elorriaga...”
En la próxima entrada de esta serie veremos como se adjudicaban las obras de cubrición del kiosko de la Plazuela de Las Arenas.
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